Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Cuál es el ejercicio físico más recomendado para rejuvenecer el cerebro y ganar agilidad mental

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 17/12/2025 10:46

    Las rutinas que combinan cargas moderadas y repeticiones múltiples activan mecanismos biológicos que ayudan a reducir el riesgo de padecer trastornos como el Alzheimer y el deterioro cognitivo (Imagen Ilustrativa Infobae) La relación entre ejercicio y cerebro es estudiada desde hace décadas por la ciencia: en sociedades cada vez más longevas, hoy gran parte de las investigaciones se orientan a averiguar cuál es el tipo de actividad física que marca la diferencia. En esa búsqueda, el entrenamiento de fuerza y resistencia emerge hoy como la estrategia más eficaz para preservar la salud cerebral y mantener la agilidad mental con el paso de los años. El famoso “ardor muscular” parece ser, en realidad, el motor biológico de la juventud cerebral. Investigaciones recientes presentadas en la Sociedad Radiológica de Norteamérica difundidas por Infobae revelaron cómo el desarrollo de masa muscular y la reducción de grasa visceral no solo benefician al cuerpo, sino que también se asocian a un cerebro más joven y saludable. Este efecto se atribuye a mecanismos biológicos como la liberación del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), una proteína clave para la neurogénesis y la plasticidad cerebral. El doctor López Rosetti nos cuenta la importancia de generar fertilización cerebral. El doctor Jorge Franchella, director del Programa de Actividad Física y Deporte del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), explicó a Infobae que el entrenamiento de fuerza es la actividad a priorizar: “Actualmente, se sabe que hay una relación estrecha entre la fuerza muscular real y el envejecimiento saludable. Pero especialmente es la fuerza resistencia la que más participa en el cuerpo y en la prevención". En sus columnas en Infobae, el médico cardiólogo Daniel López Rosetti, especialista en medicina del estrés, definió al ejercicio físico como un fertilizante cerebral: “Cuando uno realiza actividad física, sea aeróbica o de fuerza, el movimiento de los músculos genera mioquinas. Estas viajan a través del cuerpo y llegan al cerebro, donde desencadenan la formación del BDNF”. Esta molécula, explicó Rosetti, favorece tanto el crecimiento de nuevas neuronas como la mejora de las conexiones entre ellas, potenciando la memoria, el aprendizaje y la velocidad de procesamiento de la información. Más masa muscular en cerebros más jóvenes La fuerza resistencia es fundamental para mantener la vitalidad y reducir el riesgo de problemas de salud a medida que pasan los años (Imagen ilustrativa Infobae) El estudio reciente liderado por el doctor Cyrus Raji, profesor asociado de Radiología y Neurología en la Universidad de Washington en St. Louis, analizó a 1.164 adultos sanos de mediana edad mediante resonancias magnéticas y algoritmos de inteligencia artificial. Los resultados revelaron que quienes presentan mayor masa muscular tienden a tener cerebros con una edad biológica menor, mientras que una alta proporción de grasa visceral se asocia a cerebros de aspecto más envejecido. Raji explicó que “cuanto mayor es la masa muscular, más joven parece el cerebro”, mientras que la grasa visceral, localizada en la cavidad abdominal, se relaciona con un envejecimiento cerebral acelerado. El estudio también señaló que la grasa subcutánea, a diferencia de la visceral, no muestra una relación significativa con la edad cerebral. Según los investigadores, estos hallazgos validan la importancia de la composición corporal como biomarcador para la salud cerebral y abren la puerta a intervenciones que busquen reducir la grasa visceral y preservar la masa muscular como estrategia preventiva frente a enfermedades neurodegenerativas. “El ejercicio físico no solo ayuda a que nuestros músculos y articulaciones funcionen mejor, sino que también mejora nuestras funciones cognitivas. Se optimiza la capacidad de aprender, recordar y hasta la velocidad con la que procesamos información. Es sorprendente, pero al mover el cuerpo estamos cuidando también nuestra mente", consideró el doctor López Rosetti. ¿Qué es la fuerza de resistencia? El ejercicio de fuerza no solo ayuda a que músculos y articulaciones funcionen mejor, sino que también mejora las funciones cognitivas (Imagen Ilustrativa Infobae) El doctor Franchella explicó que existen varios tipos de fuerza muscular. La fuerza máxima es “la mayor carga que una persona puede levantar en un solo intento”, conocida como repetición máxima o 1RM. Si esa fuerza se aplica rápidamente, hablamos de fuerza de potencia. Pero cuando usamos cargas más livianas y hacemos muchas repeticiones, se llama fuerza de resistencia, según describió. El cardiólogo destacó que este tipo de entrenamiento es el primero que debería incorporarse porque suma numerosos beneficios: activa la liberación de más de 600 mioquinas, sustancias generadas por los músculos al moverse. Según el especialista, “estas moléculas cumplen diversas funciones en el organismo” y, al ejercitarnos, circulan por el cuerpo y benefician diferentes sistemas. Entre sus efectos, Franchella resalta que “las mioquinas influyen en el control de la glucemia y en la prevención de la diabetes, así como en la función cardiovascular. También participan en el tratamiento y la prevención de la obesidad”. Por eso, ejercicios como levantar pesas, usar bandas elásticas o el propio peso corporal resultan esenciales para ganar salud y vitalidad con el paso del tiempo. El ejercicio activa la creación de nuevas neuronas La adaptación de rutinas musculares ayuda a preservar la vitalidad y la memoria en la madurez (Imagen Ilustrativa Infobae) El impacto del ejercicio de fuerza sobre el cerebro va más allá de la simple mejora física. El entrenamiento de alta intensidad estimula la liberación de BDNF, la proteína que favorece la creación de nuevas neuronas y fortalece las conexiones sinápticas. El proceso se activa especialmente cuando los músculos experimentan el conocido “ardor muscular”, resultado de la acumulación de lactato durante el esfuerzo intenso. Un estudio publicado en septiembre en Frontiers in Cellular Neuroscience, demostró que el lactato actúa como mensajero molecular, incrementando los niveles de pro-BDNF en sangre y contribuyendo así al desarrollo cerebral. Las guías internacionales, como las de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), recomiendan a los adultos realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, o 75 minutos de actividad vigorosa, junto con dos días de entrenamiento de fuerza. Franchella sugiere comenzar con la medición de la fuerza máxima y trabajar con cargas del 40% de ese valor, realizando varias repeticiones y series para estimular tanto el desarrollo muscular como la liberación de mioquinas. Cuáles son los ejercicios recomendados Levantar pesas, utilizar el peso corporal o herramientas como bandas elásticas son alternativas efectivas para mantener la masa muscular (Imagen Ilustrativa Infobae) La idea es iniciar con sesiones de 20 minutos y aumentar progresivamente la duración a medida que se gana fuerza. Entre los ejercicios más recomendados para mayores de 50 años se encuentran sentadillas, planchas, puentes de glúteos, prensa de piernas, flexiones de brazos y remo. La supervisión profesional y la adaptación de la intensidad son fundamentales, especialmente para quienes se inician o presentan condiciones de salud particulares. El entrenamiento de fuerza reduce el riesgo de Alzheimer El entrenamiento de fuerza no solo contribuye a mantener la masa muscular y reducir la grasa visceral, sino que también se asocia a una menor incidencia de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el deterioro cognitivo. Estudios del Instituto Salk de Estudios Biológicos, La Jolla, California, han demostrado hace décadas que el ejercicio físico estimula la generación de nuevas neuronas incluso en cerebros envejecidos. La actividad física genera proteínas llamadas mioquinas. Estas viajan a través del cuerpo y llegan al cerebro, donde desencadenan la producción de una sustancia clave: el BDNF (Imagen Ilustrativa Infobae) En ese sentido, investigaciones publicadas en Journal of the American College of Cardiology revelaron que las mujeres que practican ejercicios de fuerza de dos a tres veces por semana presentan un 30% menos riesgo de morir por enfermedades cardíacas y una mayor esperanza de vida. En otro estudio reciente, investigadores de la Australian Catholic University, subrayaron que “el ejercicio no se trata solo del rendimiento físico, sino de una poderosa intervención biológica que afecta nuestra salud a nivel molecular más profundo”. Este enfoque refuerza la idea de que la actividad física debe integrarse como una herramienta preventiva en la atención médica. A pesar de la evidencia creciente sobre los beneficios del entrenamiento, siempre se recomienda consultar a un profesional de la salud antes de iniciar rutinas de ejercicio intenso, especialmente en personas con enfermedades preexistentes o limitaciones de movilidad. Cada vez son más las investigaciones que confirman que incorporar el entrenamiento de fuerza y resistencia en la rutina semanal puede ser una de las decisiones más efectivas para preservar la salud cerebral y la agilidad mental a lo largo de la vida. Cuando el esfuerzo físico se traduce en ese “ardor muscular” característico, el cuerpo no solo fortalece los músculos, sino que también activa procesos que favorecen el desarrollo y la juventud del cerebro.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por