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» Elterritorio
Fecha: 17/12/2025 10:18
Un relevamiento local indicó que el 42,7% afirmó haber tenido la enfermedad al menos una vez y que la prevención se asocia a la limpieza y control de criaderos miércoles 17 de diciembre de 2025 | 7:22hs. La circulación del dengue y las estrategias de prevención siguen siendo un eje central de preocupación en Posadas, no sólo por su impacto sanitario, sino también por las prácticas y percepciones que adopta la comunidad frente a la enfermedad. En ese contexto, un estudio realizado de manera conjunta por el Instituto de Estudios Sociales y Humanos (Iesyh), Conicet, la Unam y la Municipalidad de Posadas analizó cómo piensan y qué hacen los vecinos frente al dengue. Los resultados se presentaron ayer en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. El trabajo se desarrolló a partir de datos recogidos en distintos barrios de la ciudad, con la participación de 380 personas, mediante 368 cuestionarios psicosociales y 43 entrevistas semiestructuradas. Entre los resultados relevados, el 42,7% de las personas indicó haber tenido dengue al menos una vez, mientras que el 66,3% manifestó no haberse vacunado contra la enfermedad. Natalia Amerio, doctora en Ciencias Aplicadas, señaló que “estamos trabajando dentro de un grupo multidisciplinario y la idea es presentar los resultados preliminares del proyecto que llevamos adelante en vinculación con la Municipalidad de Posadas. Lo que se muestra hoy es una actualización de datos porque aumentamos la base a partir del trabajo en el territorio, con encuestas y entrevistas a ciudadanos en diferentes barrios”. Por otro lado, el análisis del porcentaje de contagio consignó que el 52,2% manifestó no haber tenido dengue, frente a un 42,7% que afirmó haber cursado la enfermedad al menos una vez, según los registros obtenidos hasta el momento. “Un poco esto refleja que actualmente existen medidas preventivas activas. Sin embargo, no son suficientes para disminuir el riesgo a nivel comunidad de lo que es la enfermedad”. En relación con la vacunación, el 66, 3% dijo no haberse vacunado mientras que el 27,2% lo hizo. Entre quienes accedieron a la vacuna el 28,3% reportó haber tenido dengue, de ese grupo, 33,3% se vacunó después del primer contagio y un 71,7% de las personas vacunadas no tuvo dengue. “Estos resultados permiten problematizar aspectos vinculados al acceso, la percepción de riesgo, la confianza en la vacuna y las prácticas preventivas sostenidas”. Además, la caracterización de la población incluida en el trabajo abarcó un rango etario que va de los 16 a los 88 años, con mayor concentración en el grupo de entre 40 y 60 años, aspecto considerado relevante para analizar prácticas y representaciones vinculadas a la enfermedad. “Todo lo que es representaciones sociales y prácticas preventivas están muy asociadas y se relacionan dependiendo de la edad de la persona, por eso nos resulta relevante haber abarcado un rango etario tan amplio”. A la vez, los datos sobre nivel educativo mostraron presencia en todos los tramos de formación, con un 4,35% sin escolarización, un 12,50% con primario incompleto y un 22,83% con primario completo. La formación secundaria alcanzó un 18,48% en el nivel incompleto y un 19,84% en el completo, mientras que el nivel terciario y universitario representó un 10,33% en el tramo incompleto y un 9,51% en el completo. “Tenemos representaciones de todos los niveles educativos y eso nos resulta interesante para analizar cómo el acceso a la información y la comprensión de las medidas sanitarias pueden variar según el nivel de formación”, planteó la investigadora. En relación con la vacunación contra el dengue, la información consignada indicó que el 66,3% de las personas relevadas no accedió a la vacuna, dato que aparece de manera transversal al cruzarse con el nivel educativo. “Que haya un alto porcentaje de personas no vacunadas puede interpretarse de varias maneras, ya sea por falta de información, por falta de acceso o por disponibilidad de la vacuna”, expresó. Por otra parte, el relevamiento de las acciones municipales reconocidas por los vecinos identificó principalmente el control de larvas y el descacharrado, mientras que la fumigación apareció en menor grado y más asociada a personas que dijeron haberse contagiado. “La fumigación no se reconoce tanto como una práctica preventiva primaria, sino más bien como una respuesta posterior a haber estado en contacto con la enfermedad. Los vecinos reconocen como medida preventiva la limpieza y la higiene, más que el ciclo de vida del vector, y después aparecen la eliminación de criaderos, el repelente y el descacharrado”, expuso Amerio. En relación con el tratamiento de la información, el investigador Agustín Villarreal, indicó que los datos fueron procesados mediante un programa desarrollado en el campo de la psicología social para medir factores vinculados a los determinantes sociales de la salud, el cual requiere una base mínima de 368 cuestionarios, condición que fue alcanzada para poder ejecutar el análisis. “A partir de la evocación de cinco palabras es que uno va comentando qué piensa acerca del dengue y en qué orden aparecen esas ideas. Muchas personas contestaron de forma similar y esas recurrencias nos dieron un 64% de concurrencia”. En cuanto a las representaciones sociales, el análisis permitió identificar un núcleo central compuesto por las palabras mosquito, enfermedad, fiebre, fumigación y virus. En una zona de contraste aparecieron limpieza y agua, mientras que en una zona periférica se ubicaron términos como dolores y basura. A partir del análisis de similitud, Villarreal explicó que el mosquito se constituyó como eje de las asociaciones, con 22 recurrencias en relación con virus, 75 con agua, 54 con limpieza y 84 con enfermedad, según los niveles de concurrencia observados. En cifras 380 El relevamiento se realizó con la participación de 380 personas, mediante 368 cuestionarios psicosociales y 43 entrevistas semiestructuradas
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