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» Elterritorio
Fecha: 17/12/2025 10:01
“La gente cuando ve algo dramático se asusta y cuando ve belleza, conecta”, reflexiona el reconocido artista español quien sintió en primera persona a las Cataratas del Iguazú, una sensación -describió- “potentísima” miércoles 17 de diciembre de 2025 | 7:03hs. Foto: Agustina Vera De repente siente la frescura de la geografía misionera y conecta con la tierra colorada, los saltos de las Cataratas del Iguazú y las múltiples especies de insectos y aves que componen ese ecosistema. Y el reloj del tiempo lo retrotrae a la niñez en Segovia, España, donde se nutrió de lo natural, que de forma posterior inspiró a su profesión. Luis Moro acepta el mano a mano con El Territorio distendido, reflexivo y con ganas de expandir su impronta. Aunque a veces prefiere que se dé de forma espontánea, como si la magia que tiene lo sorpresivo lo llene aún más. El reconocido pintor español, en compañía de su pareja, la posadeña Olga Simsolo, armó un itinerario casi sin proponérselo, pero que tenía un destino seguro: Misiones. De forma previa estuvieron en Buenos Aires, Mendoza hasta que se presentó la posibilidad de presentar su película Micromundos, exhibida el último fin de semana en el Museo Yaparí de la capital provincial. “Los procesos son importantes, porque hay una parte que sucede en un taller de Oaxaca (México), trabajamos con piedras litográficas y es un proceso real, mientras trabajábamos nos estaban grabando”, reflejó Moro. “Fue casual presentarla en Misiones, queríamos venir a Argentina, como terminamos la gira quisimos venir. Quedamos en ver varias ciudades, el cónsul español en Mendoza nos invitó, surgió de presentar en el Laberinto Borges en San Rafael y después, acá surgió lo del Yaparí”, repasó el artista radicado desde hace poco más de 16 años en México, que valora: “Lo bonito (después de la presentación) es el encuentro con la gente”. ¿Qué es Micromundos? Soy de Segovia, una ciudad que tiene un cinturón verde y una panorámica de las más bonitas de la península ibérica, y por este motivo suelen ir pintores becados por las universidades de arte. Desde pequeño tuve mucho vínculo y pintar por la calle y el campo formó parte de mi niñez. Y en esos paisajes vas viendo pájaros, insectos, por esas calles los animales tomaron protagonismo en mi obra y quedaron de lado los paisajes. De pequeño me gustaba también observar todo en microscopio, entonces hay un momento en mi trabajo en que empiezo a suprimir elementos y hago casi como un círculo al tema microscópico; hago una serie en el 2000, en el que es un fondo blanco como cuando ves el microscopio y habla de insectos, diferentes tejidos orgánicos y después se va ampliando y se convierte en paraísos elementales, con los cuatro elementos. Esa exposición estuvo en México, Estados Unidos y parte de Europa. Entonces un director me dijo ‘por qué no hacemos una película, con los procesos…’, y llevamos quince años trabajando. Es importante, porque la naturaleza lleva un tiempo. No es una película rápida como todo es ahora. El artista amplía su mirada y explica por qué su obra se inclinó hacia esta temática, que lo representa: “También una de las cosas que alego es que la historia del arte ha sido muy antropocentrista, todo ha sido la historia del hombre y sus batallas; y quizás lo que nos rodea ha pasado a un segundo plano. Y curiosamente el 80% de los seres vivos del planeta son insectos, fundamentales para la vida. Mi trabajo siempre ha tenido un punto ecológico, sensibilidad, conciencia y mucha gente después de ver la película tienen otro sentido y visión de la fragilidad de nuestro entorno”. Recordó que “en el valle donde vivimos en México era un lago y ahora han invadido toda la ciudad, y cuando en 2019 el museo de la ciudad de México me propone hacer una exposición, empiezo con unos bocetos que tienen que ver con la ciudad. Y ahí planteo la resistencia animal”. Hoy, ¿el humano está más distante con la naturaleza animal o busca la conexión? Vi pequeños cambios y desde la pandemia pasó lo contrario. De cuadros que imaginé, la gente me mandaba fotos de animales recuperando los espacios, fue un poco premonitorio y mágico ver cómo los animales recuperaban su territorio. Desde la pandemia vi que el hombre volvió a la locura, por miedo a que llegáramos al fin de una era. Y, por otro lado, están los conflictos mundiales, las guerras, digo que los animales son las víctimas invisibles. Y lo quiero visibilizar en mis trabajos… en la guerra de Ucrania se pierde todo el ecosistema. Ahora vemos en Gaza, los israelíes están masacrando Palestina, Gaza, Cisjordania, todo lo fulminan por un deseo de poder. Lo vemos con los americanos, con los rusos, da lo mismo. Un territorio natural que queda virgen quieren explotarlo. Los chinos lo mismo. Estamos en manos de descerebrados. Hice una serie que hablaba que el hombre es como un caballo de carrera que va con los ojos tapados y sólo ve donde corre y no el entorno. A través de mi trabajo quiero mirar ese entorno y ponerlo en el arte… y ponerlo a través de la belleza. Porque la gente cuando ve algo dramático se asusta, cuando ve belleza conecta, porque en realidad estamos preparados para vivir en naturaleza, no para en moles de hormigón. Moro se inserta de lleno en la atmósfera que ofrece la tierra colorada. Se toma unos segundos, se relaja y reflexiona. “Ahora cuando estuve en las Cataratas del Iguazú, que estaba lloviendo, me quité los zapatos, anduve con los pies mojados y la sensación es potentísima. Y cuando tus pies tocan la tierra, sientes esa parte animal que llevamos, y que se pierde más en las ciudades”. En ese sentido, considera que “hay niños que conocen lo que pasa a través del teléfono, por eso trabajo con nuevas tecnologías, a pesar de que no soy un amante grande, pero es necesario utilizarlo como elemento para acercarle la poesía, el medioambiente, la historia. Una de las cosas que leía era que no dejaban que el niño se aburra, y lo importante es aburrirte y ver los pájaros, las hojas, conectar y no aburrirte. Eso les está faltando, la naturaleza. Y Micromundos te acerca ahí”. También hace hincapié en la relación cultura-hombre. ¿Hoy cómo lo ve? Estamos en un momento de polarización. Hay personas que tienen como una conciencia más elevada, con un nivel espiritual que sube; y hay otra parte que está muy banalizada, por ejemplo en la música. Por eso giro hacia la poesía, el arte contemporáneo no interesa y es lo que me importa a mí sacar. Nos están anestesiando con una cantidad de información que te vuelve loco, en vez de calidad. Antes leías un libro y entrabas en una historia y ahora estamos leyendo titulares, no lees ni la noticia. Ves la televisión y es todo fútbol, que si (al jugador) le torció la uña, que no va a jugar con la selección, que el entrenador ha cambiado… qué nos cambia eso en la vida. Lo que nos cambia es si mañana un petrolero se hunde aquí, en la Costanera, por decir un ejemplo, y contamine todo. Estamos como en la época de los romanos, pan y circo. Puedes leer textos de hace dos mil años y ya hablaban de estas historias de la naturaleza y del hombre, que cada vez interesan menos. Incluso están quitando la filosofía como asignatura porque no interesa que la gente piense, sí interesa lo que dijimos: pan y circo. ¿Se puede recomponer a esa parte de la sociedad? La naturaleza es como la ola que sube y baja, se construye y se destruye. Ahora pasan cosas graves, como lo de Palestina, y quizás el universo nos pone en ese punto para después volver atrás. Porque por ahí tienen que pasar cosas terribles para que el hombre despierte y dé marcha atrás. Entonces uno trata de entender que el universo las cosas son así, tienen su equilibrio, y tú puedes aportar su granito de arena, entonces sufres una frustración y al final te desengañas. Entonces, mejor poco a poco, voy dejando este mensaje y llega más allá de lo que te imaginas. Me pasa que gente de otros lugares conecta con lo que hago, entonces dejo mi mensaje y que sea lo que tenga que ser. Porque después de una tragedia vuelve a crecer la vida. Perfil Luis Moro Artista Nacido en Segovia en 1969, Luis Moro es un artista que, desde muy temprano, contó con una importante difusión internacional de su trabajo. Con 21 años presentó su primera exposición individual en una galería de París (Galerie 53, París, 1991) y, después de eso, tuvo exposiciones individuales en Roma, Praga, Berlín, Bruselas, Oporto, Milán, en varias ciudades de los Estados Unidos y en el prestigioso Museo de la Ciudad de México, en la que reside habitualmente. Su trabajo ha ido evolucionando desde la pintura figurativa, mezclada con un fuerte expresionismo casi abstracto, hasta la instalación y la exploración de los recursos expresivos de las nuevas tecnologías. Sus temas sin embargo siempre han estado muy vinculados a una doble preocupación: la relación del hombre con la naturaleza, ejemplificada por la imagen reiterada y obsesiva del animal en su trabajo, y la relación del hombre con la tradición y la cultura, ejemplificada esta fundamentalmente por su reiterada conversación con escritores, músicos y poetas. *Está en pareja con la posadeña Olga Simsolo. Presentó en Posadas de forma reciente su película ‘Micromundos’.
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