17/12/2025 12:13
17/12/2025 12:12
17/12/2025 12:11
17/12/2025 12:11
17/12/2025 12:10
17/12/2025 12:10
17/12/2025 12:10
17/12/2025 12:10
17/12/2025 12:08
17/12/2025 12:07
» Clarin
Fecha: 17/12/2025 08:33
La empresa desarrolladora Argencons se quedó con la última manzana de tierras disponible en una zona muy cotizada de la Ciudad de Buenos Aires: Bajo Belgrano. Pagó 46 millones de dólares en una subasta pública -casi 120% por encima del valor base- y proyecta construir alrededor de cien viviendas de lujo. El gobierno de Javier Milei continúa así con la venta de tierras, a las que considera "prescindibles" para su gestión. El proceso arrancó el año pasado y se estima que en territorio porteño terminará subastando más de 40 propiedades. En octubre se desprendió de más de 4 hectáreas ubicadas en Palermo, a un valor récord: 127 millones de dólares. Ambas subastas tienen un nombre en común: Eduardo Costantini. El propietario del museo Malba y creador de Nordelta compró con la empresa Consultatio en Palermo; y con Argencons en Bajo Belgrano. Desde junio, posee el 51% de las acciones de ésta última. Todo este plan de venta de tierras, pone en alerta a los vecinos de los barrios. Y en el Bajo Belgrano, venían siguiendo la evolución de esta subasta en particular. Esta manzana está en el corazón del barrio. En rigor hay una pequeña parte que no se vendió; en la esquina de Juramento y Artilleros funciona la comisaría vecinal número 13. Fuentes de la Policía de la Ciudad dijeron a Clarín que continuará operando en el mismo lugar. El predio adquirido por Argencons. Se construirán 100 departamentos. Foto Luciano Thieberger Vista aérea del predio de Juramento y Artilleros que vendió el Gobierno nacional. Imagen Google Maps Sobre el Bajo Belgrano, el director comercial de Argencons, Carlos Spina, le anticipó a este diario que "ni locos" van a solicitar un convenio urbanístico para construir torres. "Nuestro proyecto para esta manzana es similar al que se encuentra en construcción a pocas cuadras, con cinco pisos de altura y un gran pulmón de manzana", explicó. La semana pasada, los vecinos realizaron de un abrazo simbólico al predio y se hicieron oír para que este futuro proyecto de Argencons se limite a lo que indica el Código Urbanístico: "Las tierras que se subastaron están en el corazón del barrio. Por supuesto, lo ideal hubiera sido que se transformara en una plaza pública; fue un pedido del barrio pero no fuimos escuchados", lamentó Liliana, que forma parte de la Asociación Vecinal Bajo Belgrano. La transformación barrial; de casas unifamilares a edificios multifamiliares entre medianeras. Foto Juano Tesone El proyecto de Argencons desactiva uno de las preocupaciones vecinales, que es la construcción de torres. Sucede que en este polígono ubicado dentro del barrio de Belgrano las familias vecinas se pusieron al hombro la lucha para frenar la construcción en altura. Lo lograron en 2022, con la votación en la Legislatura porteña de una modificación en el Código Urbanístico, específica para la zona delimitada por las calles Sucre, Migueletes, Monroe y Ramsay (identificada como U23). Estos cambios no impiden a los desarrolladores recurrir al Ejecutivo porteño para solicitar una "convenio urbanístico". Significa que la Ciudad presenta un proyecto en la Legislatura para que a cambio de metros en altura, las empresas desarrolladoras aporten dinero al tesoro o construyan algo a cambio para usos públicos; por ejemplo, una plaza. El proceso de aprobación legislativo requiere doble lectura y una audiencia pública. La empresa construye a sólo cuatro cuadras un Quartier; es la marca de lujo de la empresa, que ya construyó 22 torres, tiene 2 en obra y uno en suscripción, en Punta del Este. En la manzana de Monroe, Migueletes, Blanco Encalada y Miñones avanza con un proyecto inmobiliario que "morfologicamente es parecido a lo que podríamos construir en este nuevo terreno que adquirimos al gobierno nacional", explicó Spina. El proyecto que actualmente Argencons construye en el barrio, sobre avenida Monroe. Foto Martín Bonetto La diferencia sustancial estará en la cantidad de unidades: en Monroe habrá 270, mientras que en Juramento serán 100. Pero en altura serán similares, "respetando las limitaciones del Código", refuerza. Para esta zona, y con su propio proyecto de ley -que implicó modificar el Código Urbanístico- los vecinos lograron imponer, por ejemplo, que no se pudieran englobar parcelas; es decir, que los terrenos chicos, se mantengan chicos. Y que en ellos se pueda construir hasta 9 metros de altura (planta baja y dos pisos). En las parcelas mayores (de hasta 1.500 m2 y con un frente mínimo de 14 metros) y en las superiores (de más de 1.500 m2 y 25 metros de frente), está permitida la vivienda colectiva y los 17,40 de altura. Considerada una parcela superior, se permite construir hasta 17,40 metros de altura. Foto Martín Bonetto Antes de estas reformas, el barrio de llenó de construcciones en altura y de obras expandiéndose al pulmón de la manzana. La experiencia de la organización y la visibilización del conflicto los llevó a lidiar con actores hasta ese momento desconocidos para ellos, las desarrolladoras: "Con el proyecto de Monroe, la empresa nos convocó a una reunión y nos mostró lo que iba a hacer. Ahora sabemos que este nuevo proyecto generará menos incidencia porque serán menos viviendas. De todos modos, estamos en alerta porque la obra se llevará a cabo en el corazón del barrio", advirtió Liliana. Citados nuevamente por la empresa, quizá esta semana accedan a mayores detalles. Quartier del Bajo. Estas tierras fueron adquiridas a Nación, en 2017. Las dos torres de la derecha ya comenzaron a habitarse. Foto gentileza Argencons No es la primera vez que Argencons adquiere tierras del Estado; en Ingeniero Huergo al 500, en Monserrat, acaban de terminar la construir dos torres con 800 viviendas. Entre ambos edificios hay una plaza semipública. Estas parcelas fueron parte de las venta que llevó a cabo la gestión nacional de Mauricio Macri para la construcción del Paseo del Bajo. La manzana que acaba de adquirir Argencons tenía una base de 21 millones de dólares, pero la empresa se la quedó por 46 millones. Por decreto (575/2025), el dinero por la venta de tierras ingresa al Tesoro Nacional.
Ver noticia original