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  • Desde paracetamol hasta Viagra: hallan 16 medicamentos en el Río de la Plata

    Parana » El Once Digital

    Fecha: 17/12/2025 05:30

    Es un relevamiento de un equipo del Conicet y de la Universidad Nacional de La Plata; alertan sobre fallas en tratamientos cloacales n equipo conformado por científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y de la Universidad Nacional de La Plata publicó un estudio único en la región sobre presencia de fármacos en los cursos de agua. Su particularidad no radica solo en la magnitud de las zonas que se tomaron como muestras, sino también en las conclusiones a las que los especialistas llegaron: hallaron en siete afluentes que cruzan el área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) concentraciones llamativamente altas de medicamentos.   Las sustancias más encontradas fueron paracetamol, ibuprofeno, el antiepiléptico carbamazepina y la metformina, una droga usada principalmente para tratar la diabetes tipo 2 y la resistencia a la insulina. También hallaron dosis altas de sildenafil, más conocido como Viagra, y clonazepam, junto a una decena de medicamentos.   Daniela Pérez y Pedro Carriquiriborde, dos de los autores del estudio publicado en la revista científica estadounidense Environmental Toxicology and Chemistry, que es distribuida por la Universidad de Oxford, afirman que, pese a que en muchos países se detectaron fármacos en ríos y arroyos, el caso argentino se destaca por las altas concentraciones halladas, sumado al hecho de que, según pudieron verificar, estas sustancias burlan en cierta medida los sistemas de tratamiento cloacal. Río de la Plata “Lo que observamos es que, cuanta mayor es la densidad humana en una zona, mayor cantidad de sustancias farmacológicas hay en el agua, independientemente de que haya plantas de tratamiento primario. Las plantas de tratamiento convencionales de tratamiento primario no son efectivas para eliminar el 100% de los medicamentos. Por eso, estas sustancias pasan a los cursos receptores, en este caso, el Río de la Plata”, explica Carriquiriborde, que es doctor en Ciencias Naturales Pedro, investigador del Conicet y especialista en Contaminación Ambiental y Ecotoxicología.   El origen principal de la contaminación por fármacos del agua, destacan los autores del estudio, son tanto los efluentes sanitarios como los residuos domiciliarios que van a parar a los arroyos y ríos. “Queríamos mostrar que el problema son principalmente las urbanizaciones sin servicios o sin servicios adecuados. De hecho, uno de los lugares donde encontramos mayor concentración de medicamentos fue en el Reconquista, en un punto de muestreo ubicado frente al Ceamse, por lo que entendemos que hay un grado de participación de los rellenos sanitarios en este tipo de contaminación. Un punto de alta contaminación por fármacos que nos sorprendió mucho fue en el arroyo Maldonado, que cruza por varios asentamientos donde muchas veces las personas tiran directamente sus efluentes directo al arroyo”, detalla Carriquiriborde.   El equipo del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIM), del que forman parte Carriquiriborde y Pérez, la autora principal del estudio, viene estudiando la presencia de fármacos en el ambiente desde hace 10 años. En 2022, el grupo de científicos que lo componen participó de un proyecto de comparación internacional de contaminación por medicamentos en el que participó una centena de países. Río de La Plata Cada nación aportó los números de concentración de fármacos de uno de sus afluentes urbanos. En el caso argentino, se eligió el Riachuelo. El estudio comparativo colocó al país en el puesto número 15 de los que tenían mayor concentración de drogas en aguas superficiales. El ranking tuvo en su primer puesto a Pakistán, seguido por Bolivia, Etiopía, India, Túnez, República Democrática del Congo y Armenia   Fue a partir de este proyecto que los científicos del CIM se propusieron entender con mayor profundidad cómo se comportan y cuánta incidencia tienen los fármacos en los cursos de agua que cruzan la región metropolitana bonaerense.   Para su último estudio, tomaron muestras en siete afluentes del Río de La Plata que corren paralelos a lo largo del área, partiendo de zonas rurales y atravesando a lo largo de su recorrido distintos focos poblacionales. Los seleccionados fueron los ríos Luján, Reconquista y Matanza-Riachuelo; los arroyos Del Gato, Maldonado y El Pescado, cuyas cuencas cruzan las ciudades de La Plata, Berisso y Ensenada, y el arroyo Espinillo, ubicado en el partido de Magdalena.   Los investigadores tomaron muestras a distintas alturas de las cuencas analizadas. Concluyeron que, a medida que aumenta la cantidad de habitantes, “también lo hacen el número y las concentraciones de este tipo de sustancias químicas”. Mientras en las aguas de las zonas rurales hallaron una presencia promedio de dos o tres fármacos, en las muestras tomadas en puntos donde el agua atraviesa las ciudades se detectaron residuos de prácticamente la totalidad de los 16 medicamentos buscados.   Lo que llamó especialmente la atención de los investigadores fue la alta presencia de paracetamol. “Es el medicamento que tiene mayor concentración promedio en el agua testeada. Esto tiene que ver con el consumo de la población. Por ejemplo, en la Argentina no se encuentra en el agua tanta fluoxetina, que es un antidepresivo, como en Canadá y Estados Unidos, pero se encuentra más sertralina, que es otro tipo de antidepresivo. Acá el clonazepam, por ejemplo, aparece más que en otros países del mundo donde quizás ya han reemplazado el consumo de esta droga por otra”, explica Carriquiriborde.   El estudio fue realizado en dos periodos de 2022, durante el invierno y durante el verano. De esta forma, los investigadores pudieron concluir que, aparte de los factores culturales, hay otros, como el clima y la época del año, que influyen en el consumo de medicamentos. Un ejemplo es la presencia en el agua del Viagra, indicada para las disfunciones eréctiles, que, según describieron en su estudio, tuvo mucha mayor concentración y presencia en los cursos de agua durante la toma de muestras del verano, lo que podría asociarse a un incremento de la actividad sexual en esa época. Análisis del agua Efectos Consultados sobre el impacto en la salud humana de las concentraciones de medicamentos en el agua, los investigadores destacan que, con la información obtenida, no es posible emitir conclusiones al respecto, dado que no han analizado agua potabilizada. “En principio, yo estimaría que el impacto es nulo”, destaca Carriquiriborde.   Sin embargo, el especialista considera que seguramente la contaminación por fármacos sí tenga efectos en la salud de la fauna y flora acuática de los afluentes estudiados, uno de los temas que hoy investiga su equipo. “Hay lugares en que tomamos muestras, como los últimos puntos del Reconquista y el Riachuelo, donde casi no hay plantas ni animales. Parecen canales muertos. Es producto de estos y de muchos otros contaminantes. Con nuestros desechos vamos matando a esos arroyos, que dejan de prestar los servicios que le prestaban a los seres humanos, como fuente de agua potable y como lugar recreativo para la sociedad. Estos arroyos urbanos se van convirtiendo en cloacas a cielo abierto. En el Matanza-Riachuelo hay una sola especie de peces, cuando en ríos similares tenés hasta 24 especies”, detalla.   Consultado sobre posibles soluciones a este tipo de contaminación, el especialista sostiene: “Se podría fomentar la devolución de fármacos vencidos en lugar de tirarlos al techo. También sería bueno que se hagan obras de infraestructura de red cloacal y que lleven los residuos cloacales a playas de tratamiento con tecnología que pueda eliminar fármacos”, sostiene.   El equipo del CIM espera que los datos obtenidos a partir de su informe sirvan de punto de partida para que las autoridades y áreas gubernamentales correspondientes puedan conocer el estado de situación de los arroyos y ríos metropolitanos y accionar en consecuencia.   “Se trata de comprender que lo que ingerimos y descartamos no termina su ciclo en el inodoro o en el tacho de basura, sino que va a algún sitio, y por lo general es el agua o la tierra, y esto es algo que afecta al ambiente y por ende a todos los seres vivos”, sostiene Pérez. (La Nación)

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