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» Elterritorio
Fecha: 17/12/2025 03:08
La elección de Guadalupe como abanderada de la Escuela Especial N° 43 del barrio Itaembé Guazú celebró el camino recorrido, el esfuerzo cotidiano y la inclusión real, reflejando el acompañamiento familiar y escolar que hizo posible un logro que emocionó a toda la comunidad educativa. martes 16 de diciembre de 2025 | 22:00hs. La comunidad educativa del barrio Itaembé Guazú vivió un momento cargado de emoción y orgullo cuando Guadalupe Beñacar, una alumna de 12 años con síndrome de Down, fue elegida abanderada de la Escuela Especial N° 43 de Posadas. El acto escolar, sencillo y profundamente significativo, dejó una imagen que conmovió a docentes, estudiantes y familias, y que rápidamente se multiplicó en redes sociales. Guadalupe asiste a un aula satélite, un espacio que depende de la escuela central y que funciona en otra zona del barrio para garantizar el acceso a la educación de niñas y niños que viven lejos de la institución principal. Allí, con acompañamiento constante y un entorno inclusivo, fue construyendo un camino de aprendizaje sostenido, crecimiento personal y confianza. Un recorrido de esfuerzo, inclusión y acompañamiento La elección como abanderada fue el reflejo de ese recorrido. Reconoció su evolución, el esfuerzo cotidiano y los avances logrados a lo largo de los años, pero también el trabajo silencioso y comprometido de una escuela que apuesta a la inclusión real, aquella que se expresa en hechos y no solo en discursos. El momento de recibir la Bandera Nacional estuvo atravesado por aplausos, lágrimas y sonrisas. Fue una celebración compartida, que trascendió lo individual para convertirse en un símbolo de lo que se puede lograr cuando hay acompañamiento, paciencia y oportunidades en igualdad de condiciones. La historia de Guadalupe puso en primer plano la importancia del trabajo articulado entre la familia, los profesionales y la institución educativa. Detrás del reconocimiento hubo años de constancia, aprendizajes, desafíos superados y vínculos que sostuvieron cada paso del proceso. En Itaembé Guazú, la imagen de Guadalupe con la bandera no solo representó un honor escolar. Se transformó en un mensaje de esperanza, inclusión y orgullo colectivo, recordando que cada logro merece ser celebrado y que la educación, cuando abraza la diversidad, abre caminos y multiplica posibilidades.
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