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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 16/12/2025 21:01
El equipo de la expedición del Conicet "Vida en los extremos" En las profundidades del Mar Argentino, la aventura comenzó antes del amanecer del 14 de diciembre. Desde el puerto de Buenos Aires, el buque Falkor (too), del Schmidt Ocean Institute, zarpó hacia el sur con rumbo a zonas donde el mapa se convierte en incógnita. Su objetivo: revelar los secretos de ecosistemas extremos que prosperan a cientos de metros bajo la superficie, en una travesía llamada “Vida en los extremos” que concluirá el 10 de enero de 2026 en Puerto Madryn. Guiados por la doctora María Emilia Bravo y un equipo de veinticinco investigadores del Conicet, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y colegas internacionales, la expedición se propuso explorar tres áreas clave del talud continental, marcando un hito en la investigación marina argentina. Desde la primera inmersión en el norte del mar, cada descenso del ROV SuBastian transformó la oscuridad abisal en un laboratorio vivo, mientras la transmisión acercaba a la sociedad imágenes inéditas de paisajes y especies nunca antes observados frente a las costas del país. Junto a una gran audiencia estos son los mejores momentos de la transmisión. El reciente proyecto de transmisión en vivo realizado por científicos del Conicet en el cañón submarino Mar del Plata obtuvo gran repercución y el primer puesto en los premios Martín Fierro a los Canales de Streaming 2025. La iniciativa recibió el galardón de oro Pez plano y compañía Una de las primeras imágenes que impactaron a la audiencia Este pez plano, con cuerpo ovalado y camuflaje moteado, reposó en el lecho fangoso a 476 metros de profundidad. A su alrededor, una ofiura desplegaba sus largos brazos articulados y una pluma de mar blanca emerge como un látigo del sedimento. La imagen registrada por el ROV SuBastian en aguas del Mar Argentino mostró la diversidad de organismos adaptados a un ambiente frío, oscuro y bien oxigenado, propio de la zona batial. Pez trípode El pez que enamoró a las redes Este pez trípode (género Bathypterois), de cuerpo alargado y aspecto plateado, se desplazó en posición vertical a 481 metros de profundidad. La imagen mostró cómo flota en la columna de agua, característica típica de este grupo especializado en detectar presas en la penumbra abisal. El entorno, con temperatura de 4,63 °C y alta saturación de oxígeno, favoreció el desarrollo de estas especies adaptadas al camuflaje y la vida en las capas profundas del Mar Argentino. Pluma de mar La pluma de mar plumosa impactó por su color y textura Esta pluma de mar, con una forma más plumosa y arqueada, se erigió en el centro del lecho fangoso a 477 metros de profundidad. El eje central sostenía numerosos pólipos plumosos que capturaban partículas diminutas de alimento, mientras el bulbo en la base la ancla firmemente al sedimento. Registrada por el ROV SuBastian en el Mar Argentino, la imagen también reveló la presencia de un pequeño crustáceo o molusco semienterrado, en un ambiente frío y bien oxigenado que favorecía la diversidad de la fauna bentónica de la zona batial. Anémona Las anémonas fueron otras protagonistas de la transmisión Una anémona de tubo extendió sus largos tentáculos radiales desde su refugio enterrado en el sedimento. La especia prospera en aguas a 473-477 metros de profundidad, bajo condiciones ambientales estables registradas por el ROV SuBastian en el Mar Argentino: temperatura constante de 4,63 °C, salinidad oceánica y una alta saturación de oxígeno que permite el desarrollo de abundante fauna bentónica. Anemona y pluma de mar Otra anémona acompañada de una pluma de mar A 484 metros de profundidad, esta imagen reveló una escena bentónica donde dos cnidarios muy distintos comparten el lecho fangoso del Mar Argentino. A la izquierda se destacó una anémona de mar de cuerpo discoidal y tentáculos cortos distribuidos en torno al disco oral, adoptando una forma similar a una flor abierta. A la derecha, una pluma de mar tipo látigo se elevaba con su eje fino y flexible, cubierta por una hilera de pólipos que filtran partículas del agua. Colores y camuflaje La imagen colorida y llena de especies que enamoró tanto a los responsables de la expedición como a los espectadores Un auténtico “oasis” bentónico emerge a 475 metros de profundidad: la imagen muestra un ecosistema marino vulnerable donde una colonia de coral de aguas frías, probablemente un coral negro o una gorgonia, se alza con ramificaciones tupidas que ofrecen refugio y protección a numerosas especies. Junto a ella, una esponja de cristal de forma globosa, con esqueleto de sílice, filtra grandes volúmenes de agua rica en partículas. En las ramas del coral se distinguen varias ofiuras trepadoras, que aprovechan la altura para alimentarse sin esfuerzo, mientras que una ofiura rojiza de brazos espinosos recorre el fondo fangoso. Coral ramificado y espectáculo visual Las anguilas se hicieron presentes en la transmisión Un grupo de anguilas de fango se desplaza por el sedimento; estos peces serpentiformes, de hasta 60 cm de largo, actúan como carroñeros y depredadores característicos del fondo batial. La secuencia se completaba con imágenes previas de plumas de mar, anémonas de tubo y plumas de látigo, todas registradas en un ambiente con temperatura constante de 4,63 a 4,64 °C y excelentes niveles de oxígeno, condiciones que sostienen una gran diversidad de invertebrados y peces adaptados a la oscuridad del Mar Argentino. Araña de mar La temible araña que sorprendió a la audiencia Una araña de mar, con patas alargadas y cuerpo diminuto, destacó en la imagen final obtenida a 481 metros por el ROV SuBastian. Este picnogónido, de unos 15-20 centímetros de envergadura, utiliza su probóscide para alimentarse de invertebrados blandos del fondo. En otra toma, un grupo denso de anguilas de fango recorre el sedimento: estos peces alargados son depredadores y carroñeros abundantes en la zona batial. El micro-arrecife de coral de bambú y esponja de cristal suma más complejidad al hábitat, proporcionando soporte a ofiuras y otros organismos.
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