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» Elterritorio
Fecha: 16/12/2025 17:16
A días de Navidad y Año Nuevo, el rubro de bebidas alcohólicas llega al cierre de 2025 marcado por la retracción del consumo, la pérdida de poder adquisitivo y estrategias defensivas para sostener ventas. “Son los primeros gastos que la gente posterga”, aseguró Carlos Beigbeder, empresario del sector. martes 16 de diciembre de 2025 | 11:00hs. En la antesala de las fiestas de fin de año, el consumo de bebidas alcohólicas muestra señales de estancamiento y baja en comparación con períodos anteriores. Así lo describió Carlos Beigbeder, empresario del rubro al analizar el desempeño del sector durante todo 2025 y proyectar el escenario inmediato. “La realidad es que viene bastante tranquilo porque son productos que no son de la canasta básica. Nadie necesita para vivir un litro de vino, un fernet o un champagne”, explicó Beigbeder, y agregó que, frente a la pérdida de poder adquisitivo, “son los primeros gastos que se suprimen, se postergan o se reemplazan por marcas más económicas”. Según el empresario, la caída del consumo se profundizó tras el cambio de gobierno y el proceso de sinceramiento de precios. “No hubo más aumentos de sueldos y eso hace que la gente empiece a perder capacidad de compra”, afirmó. En ese sentido, sostuvo que el impacto es generalizado: “Si tuviste inflación y no te aumentaron el sueldo, perdiste capacidad de compra. Y eso se nota en todos los rubros, no solo en las bebidas”. La retracción del mercado obligó a las empresas a desplegar distintas estrategias para atravesar el año. “Siempre que se genera una crisis, se genera una oportunidad”, señaló Beigbeder, aunque aclaró que las respuestas varían según la salud financiera de cada firma. “Hay empresas que hacen ofertas y promociones, otras que necesitan vender porque se les vence la mercadería, y algunas que directamente no pueden aumentar precios pese a la inflación”. En ese contexto, mencionó casos emblemáticos que reflejan las dificultades del sector. “Hace poco surgió la noticia del desastre financiero de Bodegas Norton, una bodega con más de 100 años que presentó concurso de acreedores”, indicó, y sumó ejemplos de empresas que redujeron personal o enfrentan sobrestock. “Eso se traduce en precios que no se mueven durante meses, lo cual es un síntoma de que no hay rotación ni ventas”, explicó. El empresario además comentó que al formar parte de una distribuidora, también debió adaptarse a este escenario. “Nos han ofrecido productos a precios más bajos porque se están por vencer y necesitan venderlos en tres o cuatro meses”, contó. Al mismo tiempo, señaló que otras compañías optaron por ajustes mínimos: “Algunas decidieron aumentar solo un 5% después de varios meses para alinearse a la inflación, porque si suben más, la mercadería se les envejece”. Consultado sobre si la caída se sintió más en algún tipo de bebida en particular, fue categórico: “En general es con todos los productos”. Y ejemplificó con cambios en los hábitos de consumo: “La gente deja de consumir primeras marcas, baja un escalón o directamente no consume más. Lo mismo pasa con salir a comer afuera: es un gasto superfluo que se recorta”. De cara a las fiestas, Beybeder relativizó el impacto de diciembre en el rubro mayorista. “Para nosotros diciembre es un mes de transición. Las ventas se anticipan: se compra en julio para vender en octubre”, explicó. “Los supermercados y comercios ya se abastecieron antes; ahora queda transitar el cierre del año, mientras que el consumidor final compra sobre la última semana, el 23 o el 24”. En cuanto a las perspectivas, el empresario se mostró moderadamente optimista, aunque realista. “Siempre creemos que esto va a mejorar, pero el 2026 va a ser un año difícil, con mucho trabajo y poco cambio”, advirtió.
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