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» Clarin
Fecha: 16/12/2025 08:34
La estética y lo confortable muchas veces actúan como fuerzas opuestas. Para que la zapatilla no sea un lastre, habrá que inspeccionar que la mediasuela no sea una goma esponjosa ni una placa de concreto. Mirar el apoyo del arco, la firmeza del talón, la estabilidad lateral y cómo reparte presiones en cada paso evita dolores y lesiones. Los podólogos insisten: los diseñadores rara vez considera a la ergonomía como un valor en su catálogo. El resultado son calces livianos que obligan al antepié y a la zona posterior a exigencias desmedidas. En caminatas largas, esa falta de soporte genera rozamiento y microgolpes sobre los tejidos blandos, que pueden derivar en distensiones musculares. Los bordes externos soportan impactos constantes y necesitan suelas capaces de absorber el choque con el pavimento. Cuando esa protección desaparece, la fascia plantar y las articulaciones sufren una sobrecarga. Priorizar lo decorativa conduce a elecciones engañosamente placentero que terminan por generar malestar y daños evitables. Hay pares aireados que prometen libertad y confort, pero esconden una paradoja: lo que al principio resulta agradable puede volverse inestable con las horas. Sin sostén ni estructura firme en la plantilla, la comodidad se evapora. Especialistas advierten que, sin soporte ni estabilidad, no son aptos para uso constante. Los cinco pares contraindicados para marchas intensivas —pese a su gran aceptación y a sus exitosas ediciones 2025— para trabajos con muchas horas de apoyo o recorridos bajo pleno sol son: Adidas Samba, Nike Air Force 1, Converse Chuck Taylor All Star, Vans Old Skool y Puma Suede Classic. Adidas Samba Adidas Samba, con aire retro de futsal, comprimen mucho el empeine. Seducen por su aire retro de futsal: perfil bajo, combinando cuero y gamuza, suela gum y una EVA mínima. Para salidas cortas y un ritmo urbano tranquilo resultan ideales, pero su origen deportivo deja huella: la horma es angosta y el empeine bajo. Con la exigencia, comprimen metatarsos, aparecen roces laterales y callosidades, sobre todo cuando sube la temperatura veraniega. La amortiguación es el gran límite. La mediasuela es delgada y firme, casi de botín y deja que el cimbronazo pegue directo en el talón y antepié. Sin rebote ni efecto balancín, en pisos duros, las articulaciones los sienten y efecto llega a los gemelos. Además, la sujeción del empeine es moderada: con sudor la planta patina, se desalinean apoyos y crece la sensación de desequilibrio. El arco recibe poca ayuda y la fascia plantar trabaja de más en recorridos largos, cargando tensión extra en tobillos, rodillas y espalda baja. El contrafuerte del talón es rígido; si el calce queda justo, roza el talón de Aquiles y aparecen ampollas o irritación. La Samba brilla en estética y agarre, pero para uso extendido pide plantilla de soporte, medias adecuadas y pausas frecuentes. Nike Air Force One Nike Air Force One. Un ícono urbano nacido en el básquet que sofocan. Consolidó su estatus como ícono del básquet, pero ese ADN de “tanque” se paga: su peso elevado y la rigidez general impactan rápido en turnos largos, caminata extensa y clima caluroso, donde cada gramo se siente. El problema no es solo la masa. La suela de caucho denso y la construcción en cazoleta vuelven rígida la pisada, alargando el período de ablande y restando fluidez. La extremidad declina transición, el antepié empuja de más y el esfuerzo muscular crece, sobre todo en escaleras, giros cortos y superficies duras repetidas. A eso se agrega un ajuste poco amable: cuero firme, cuello acolchado y cordones que tiran desde los laterales limitan la expansión natural, con roces en dorso, presión en metatarsos y calor retenido. La amortiguación alivia el pinchazo del talón, pero el reparto desigual de cargas empuja trabajo extra a fascia plantar y flexores de los dedos. En tramos dificultosos, el retorno energético bajo acelera el cansancio. Lo discutible aparece con uso continuo: rigidez, calor interno y peso convierten un clásico cool en elección poco estratégica para trabajo demandante. Converse Chuck Taylor All Star Converse Chuck Taylor All Star. Emblema del estilo casual: suela plana y la plantilla fina. Son un emblema del estilo casual: livianas, simples y casi sin cambios desde hace décadas. Esa austeridad funciona para salidas breves, pero expone su límite técnico. La suela plana y la plantilla fina, sin soporte de arco, dejan sin sostén, guía ni amortiguación real cuando la jornada se estira en veredas duras o se trabaja erguido. El textil rígido y la puntera de goma estrecha obligan a las falanges a contraerse. Con calor el empeine se tensa y aparecen roces en dorso y laterales. Sin elevación de talón ni contrafuerte firme, el retropié flota, la pisada se abre y aumentan la chances de torceduras de tobillo. Podologos señalan que el Chuck clásico casi no controla la pronación ni estabiliza el arco. En caminatas largas sobre pisos asfaltados, la punzada se transmite directo a talón y mediopié. En la primera hora: se reporta dolor plantar y episodios de fascitis, coherentes con su escasa absorción. Además, la suela se deforma más rápido y resigna simetría de apoyo, empeorando el reparto de presiones. Como objeto de moda es intocable; como herramienta diaria pide plantilla extra o rotación. Vans Old Skool Vans Old Skool. Clásico de skater con suela poco absorbente. Se presentan como un complemento del buen skater: lona, gamuza y suela waffle vulcanizada que adhiere la cara inferior al suelo. Esa sensación de proximidad da control en lapsos breves, pero revela su límite en rutas empinadas. Perfil bajo y mediasuela mínima priorizan estilo y tacto, no descanso sostenido en turnos interminables sobre el pavimento. La suela de caucho es firme y poco absorbente; sin una EVA generosa, el coletazo asciende a talón y la región plantar. El arco recibe un apoyo casi nulo y la rigidez lateral es modesta, así que la pisada se resiente y se desordena con horas expedición. En veredas duras o fábricas, el retropié queda poco contenido, torsiona, y el tobillo se vuelve más vulnerable a esguinces repetidos al final del turno. La puntera algo ceñida comprime dedos, sobre todo en hormas anchas y con calor aparecen roces y uñas castigadas. La capellada respira, sí, pero la falta de amortiguación y soporte convierte la comodidad inicial en aflicción plantar y sobrecarga de rodillas y zona lumbar. Brillan para paseos cortos; para tareas extremas demandan plantilla extra, medias gruesas o rotación frecuente. Puma Suede Classic Puma Suede Classic. Sólo para para paseo urbano tranquilo o evento social. Encarnan la herencia deportiva hecha moda: ante suave, perfil bajo y estética limpia que combina con todo. El acolchado del talón y el forro interno otorgan un bienestar instantáneo y la suela plana aporta una sensación de control inmediata. Para paseo urbano relajado o evento social, lucen elegantes y estables en las primeras horas del día, sin exigir demasiado. El problema aparece cuando la jornada se estira. La mediasuela de caucho es poco compresible y amortigua en bloque, sin progresión, de modo que el encontronazo viaje al talón y antepié en cualquier superficie. El arco casi no recibe soporte y la fascia trabaja de más, con menor retorno energético y tensión creciente en tobillos, rodillas y espalda baja al final del turno, sin tregua real.
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