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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 16/12/2025 00:12
Imagen destacada En el contexto de una desaceleración global en la industria de la consultoría y bajo la presión de los avances en inteligencia artificial, McKinsey & Company ha iniciado planes para recortar hasta un diez por ciento de su plantilla en áreas de soporte, lo que podría traducirse en miles de despidos a lo largo de los próximos 18 a 24 meses, según informaron personas con conocimiento del proceso a Bloomberg y The Times. Esta decisión, que afecta principalmente a los equipos no vinculados directamente con clientes, responde tanto a la necesidad de optimizar operaciones mediante nuevas tecnologías como a la caída en la demanda de servicios de consultoría por parte de empresas y gobiernos, que han reducido su gasto ante la incertidumbre económica y geopolítica. El impacto de la automatización y la inteligencia artificial en el sector ha sido señalado por el propio portavoz de McKinsey, quien declaró a The Times: “Estamos operando en un momento marcado por rápidos avances en la inteligencia artificial que están transformando los negocios y la sociedad. Así como colaboramos con nuestros clientes para fortalecer sus organizaciones, estamos en nuestro propio proceso de mejorar la eficacia y eficiencia de nuestras funciones de soporte”. La firma, que celebró su centenario en octubre en Chicago, ha visto cómo su plantilla global pasó de 17.000 empleados en 2012 a un máximo de 45.000 en 2022, para luego descender a unos 40.000 tras una ronda previa de despidos en 2023. Las mayores empresas de Estados Unidos están recortando sus plantillas (Imagen ilustrativa Infobae) Durante la reunión anual de socios en Chicago, el director global Bob Sternfels reafirmó la intención de la compañía de reestructurarse para afrontar los desafíos actuales. Sternfels, en entrevista televisiva citada por The Times, anticipó que “probablemente tendremos menos personas en las áreas que no están desplegadas con clientes”, aunque subrayó que la firma sigue contratando consultores para proyectos directos y busca expandir esa área. En el evento, que también sirvió como celebración del centenario, asistieron figuras como el presidente de Rio Tinto, Dominic Barton, el director ejecutivo de Visa Inc., Ryan McInerney, y la exsecretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice. El proceso de reducción de personal en McKinsey se encuentra en una fase inicial y aún no se han definido los países o equipos que resultarán más afectados. En el Reino Unido, la firma emplea a dos mil personas, muchas de ellas en funciones de soporte. La medida se suma a una tendencia en el sector: empresas como Salesforce y Klarna han recortado miles de puestos en áreas de atención al cliente, reemplazando parte de esas funciones con inteligencia artificial, según reportó The Times. La presión para recortar costes no es exclusiva de McKinsey. Sus principales competidores, las denominadas Big Four —Deloitte, EY, KPMG y PwC— también han reducido sus plantillas tras experimentar un estancamiento en el crecimiento de ingresos. En el caso de McKinsey, los ingresos anuales se han mantenido entre USD 15.000 millones y USD 16.000 millones durante los últimos cinco años, de acuerdo con Bloomberg, aunque Sternfels expresó a los socios en Chicago que observa señales de recuperación. La medida alcanza sobre todo a áreas internas, y obedece tanto a la implementación de nuevas tecnologías como a una menor demanda de consultoría de empresas y gobiernos, que ajustan gastos por la incertidumbre económica y geopolítica. (Imagen Ilustrativa Infobae) El entorno desafiante para la consultoría se ha visto agravado por factores externos. En Estados Unidos, la administración de Donald Trump ha impulsado recortes en el gasto gubernamental en consultoría, mientras que en China, las autoridades han favorecido a firmas locales frente a las internacionales. En Arabia Saudita, uno de los mayores clientes de McKinsey, el gobierno ha reducido los pagos por servicios de consultoría, cuando la firma llegó a facturar al menos USD 500 millones anuales en la última década, según fuentes citadas por Bloomberg. A estos retos se suman los efectos de escándalos recientes que han afectado la reputación de la consultora. McKinsey ha enfrentado críticas en Estados Unidos por su trabajo con China y Arabia Saudita, y ha debido pagar cientos de millones de dólares en sanciones civiles y acuerdos legales tras ser acusada de contribuir a la crisis de los opioides en ese país. A pesar de este panorama, Sternfels transmitió un mensaje de optimismo a los socios en la reunión de octubre, asegurando que la firma está lista para superar los reveses y retomar el crecimiento. “Siento que hemos enderezado el rumbo colectivamente”, afirmó el directivo, según Bloomberg.
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