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» El vigia
Fecha: 15/12/2025 20:19
Se cumplen dos décadas de una decisión que marcó un hito en la historia económica reciente de Argentina: el pago total de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Fue el 15 de diciembre de 2005 cuando el entonces Presidente de la Nación, Néstor Kirchner, anunció la cancelación del pasivo de 9.810 millones de dólares, encargando la ejecución a la Ministra de Economía y Producción, Felisa Miceli. Al cumplirse veinte años del pago total de la deuda argentina con el Fondo Monetario Internacional, el Foro Economía y Trabajo recordó aquella decisión adoptada el 15 de diciembre de 2005 por el entonces presidente Néstor Kirchner, a la que definió como un hito estratégico en la recuperación de la soberanía económica del país. La cancelación de los 9.810 millones de dólares adeudados al organismo, ejecutada por la entonces ministra de Economía Felisa Miceli, puso fin a décadas de condicionamientos externos sobre la política económica nacional. El documento señala que aquella determinación cobra especial relevancia en el contexto actual, marcado por las consecuencias del regreso del FMI a la Argentina a partir de 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri, y por la continuidad de ese vínculo bajo la actual administración. Según el Foro, la deuda histórica con el Fondo, originada en las décadas de 1980 y 1990, no contribuyó al desarrollo del país y, como en otras oportunidades, sirvió para financiar la fuga de capitales. Desde el inicio de su gestión, Néstor Kirchner planteó como eje central el desendeudamiento. Asumió un país en default y con negociaciones estancadas, y avanzó en una estrategia basada en el sostenimiento de los superávits fiscal y comercial, el crecimiento económico, el fortalecimiento del mercado interno y las exportaciones, la creación de empleo formal y la mejora en la distribución del ingreso. En ese marco, la acumulación de reservas internacionales genuinas se convirtió en una prioridad para garantizar estabilidad cambiaria y de precios frente a presiones especulativas. El texto destaca que esa solvencia externa fue posible gracias a una regulación activa del comercio y de la cuenta capital. Cuando Kirchner asumió, las reservas internacionales ascendían a 8.250 millones de dólares, con apenas la mitad de libre disponibilidad. A fines de 2005, las reservas disponibles alcanzaban los 26.800 millones, producto del ahorro sistemático del superávit comercial. Esa fortaleza permitió encarar el pago al FMI como parte de una estrategia planificada desde el inicio del gobierno para ganar autonomía en la toma de decisiones económicas. El Foro recuerda además que, aun cuando Argentina cumplía con los vencimientos del acuerdo stand by firmado en 2003, el país era sometido a exigencias de ajuste fiscal, privatizaciones y condicionamientos políticos. En ese contexto, Kirchner cuestionó el rol del FMI como promotor de políticas que, a su entender, habían generado pobreza y dolor social. Con el respaldo de los países del Mercosur, en especial de Brasil, y el apoyo de Venezuela, el gobierno argentino avanzó en la cancelación total de la deuda. Lejos de los pronósticos catastróficos de sus detractores, el pago no provocó desestabilización económica. Pese a la utilización de una porción significativa de las reservas, estas se recuperaron rápidamente y el tipo de cambio se mantuvo estable. Además, el documento subraya que la operación implicó un ahorro de divisas, dado que parte de las reservas utilizadas rendían intereses menores a los que Argentina pagaba al Fondo. Como resultado, el riesgo país descendió a 216 puntos a fines de 2006, uno de los niveles más bajos de la historia reciente. El contraste con los años posteriores es uno de los ejes centrales del pronunciamiento. Durante doce años, la Argentina no tuvo la intromisión directa del FMI en su política económica. Esa situación se revirtió en 2018 con el acuerdo firmado por el gobierno de Macri por 57.000 millones de dólares, de los cuales se desembolsaron 45.500 millones. Según el Foro, ese préstamo facilitó una masiva salida de capitales y presentó graves inconsistencias técnicas, jurídicas y estatutarias, además de violar normas del propio FMI y de la legislación argentina. En esa línea, el texto sostiene que el acuerdo de 2018 tuvo un carácter eminentemente político y buscó condicionar a los gobiernos posteriores. Respecto de la situación actual, el Foro advierte que no existe información completa sobre los compromisos asumidos en el último acuerdo con el FMI bajo el gobierno de Javier Milei y considera que, al no haberse cumplido los procedimientos legales correspondientes, se trata de una “deuda odiosa”. A veinte años de aquella cancelación histórica, el documento concluye que la Argentina se encuentra hoy muy lejos de aquel horizonte de independencia económica. Frente a un escenario de ajuste, empobrecimiento social, pérdida de recursos estratégicos y creciente dependencia externa, el Foro Economía y Trabajo llama a construir una unidad con contenido, basada en un proyecto común que recupere la autonomía nacional. Sin apelaciones a la nostalgia, plantea que la historia debe servir como aprendizaje para enfrentar los desafíos del presente y volver a levantar la bandera de la independencia económica. LEER DOCUMENTO COMPLETO
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