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    » La Capital

    Fecha: 15/12/2025 13:49

    Cierre de año con una aceleración del desempleo y caída de la actividad. Justo en momentos de reformas que proponen modificar el sistema de raíz Si 2024 fue un año frenético de reacomodamiento del sistema, este 2025 se trató de la puesta en escena de un modelo que empezó a blanquear los heridos y a recalentar los filamentos de la estructura. Pero ahí sigue todo, con un gobierno nacional fortalecido y unos meses que podrían reconfigurar el mapa: mercado laboral, economías provinciales y actividad económica. Se está en la previa a la consolidación del modelo , se está frente a qué Argentina resulta de todo esto que comenzó con un cambio radical del sistema y recién ahora se empezó a aceptar las condiciones. Dos reformas, una laboral y una tributaria, que calientan motores. En ese mapa, hay dos figuras centrales: un gobierno nacional, con una figura fuerte como Javier Milei , que avanza con un látigo que no blande y una billetera vacía, frente a las gestiones federales que están más que nunca en la agenda pero no terminan de ser protagonistas y roer el hueso. Con el gobierno libertario siempre está flotando la sensación de que algo está por ocurrir. Una crisis, un acierto, una reforma, un escándalo. Pero esta vez, con el escenario de explosión despejado y una aparente estabilidad general, se empezó a vislumbrar un goteo. Goteo inflacionario: llegó a su piso y no puede bajar del 2,5 %, alto. Los combustibles siguen subiendo. Tarifas de servicios también. La carne vale entre 16 y 20 mil pesos el kilo. La suba del dólar se contuvo en su momento y ahora, de a poco, liberan todo aquello. Goteo en el consumo, clave en la rueda para que gire. 52814674659_641c3df14d_o.jpg Desde hace tres años, los perfiles se fabrican en un 100 % gracias al reciclado de aluminio que les compran a los chatarreros. Foto gentileza Fexa. También el goteo de efectos destructivos en el empleo y en el tejido económico y social. El sector que genera empleo, como el manufacturero, está en caída. Todo eso en la previa a una reforma laboral que ya está en boxes y que genera, naturalmente, tópicos que son una incógnita. El gobierno dice que es justamente para corregir esa destrucción. Se habilitaría la creación de un fondo de cese laboral como en la construcción. Lo piensan como una contribución mensual para activar en caso de despedir. Sin embargo, la mayoría de las pymes lo rechazan -hay otras que no- porque argumentan que no despiden personal constantemente y llegado el caso verán como “la juntan” en lugar una erogación mensual extra y fija. “No me salva una reforma laboral sino una rebaja impositiva fuerte”, explica el titular de una fábrica de agropartes de la región Rosario. Y observa que el problema de fondo para la producción y la ventas de ciertos bienes como maquinaria agrícola sigue siendo la falta de crédito. “Tienen que arreglar el financiamiento, lo otro es secundario”, agrega. Explica que empiezan a surgir casos de morosidad de pago, por ejemplo, cheques que rebotan. Se llegó a un momento en que prima la necesidad de hacer volumen de ventas aunque sea a un precio más bajo. Hay una fábrica de tractores nacionales de la región, quizás la única, que está con problemas graves porque es un vehículo que entra cada vez más desde China. Una autopartista muy conocida está en tratativas con la pata sindical para amortiguar despidos, muchos, con suspensiones y otras alternativas. Otra multinacional de maquinaria agrícola está stockeada y, por ende, podría desacelerar la producción. Resultado, adelanto de vacaciones, suspensiones, etc. El 2026 Claramente, el cierre de año, sobre todo después de las elecciones, parece haber acelerado el goteo de despidos y, por ende, la agenda laboral está más fuerte. “Será un año complejo el 2026. Algunas no sufrirán porque tienen el rumbo y otras que no, y ahí es donde hay que poner el ojo: reconvertirse. Y ver cómo ayudamos para encontrar otro lugar donde trabajar”, afirmó el ministro de Desarrollo Productivo, Gustavo Puccini. Es decir, habrá una grieta. La construcción no se salva. Rubén Llenas, gerente de la Cámara de la Construcción (delegación Rosario), indicó que “fue un año malo”. “No hay inversión de obra pública nacional y no hay señales de que van a arrancar ni continuar las frenadas. La obra pública nacional no está en agenda, sí la provincial, debe ser de las pocas”, agregó. Además, sostuvo que la obra privada era un “motorcito” hasta mediados de año, pero se ralentizó. Lo curioso es que el gobierno de Milei se presenta como fuerte. Se despejó el escenario de crisis que, antes de las legislativas, amagaba con incinerar todo. La inflación se percibe como resuelta por gran parte de la ciudadanía pese a haberse estancado. No se estaría cayendo como un piano, como se dijo. Claro que hay sectores que prometen y resultan los ganadores, como la energía, la minería, el petróleo y el agro, al que le bajó las retenciones. Esa es la matriz mileísta. El gobierno sacará reformas de peso para moldear definitivamente una gran parte del sistema y, encima, sin oposición aparente enfrente. Esto parece que tiene para rato. Pero, como se dijo, siempre está la posibilidad de que ocurra algo. El gobierno de Santa Fe trabaja en cerrar un año que termina “ajustado”, como definieron en el gobierno. Andar holgado no parece una opción en este momento de cambios. Nada sobra, todo es desafío permanente por delante. Este lunes hay una reunión interministerial del gobierno provincial, la última del año y en la que se hace el balance general y lo que viene. Dos años, clave para la reelección de Pullaro, en una época en que todo crédito soberano parece volátil.

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