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Parana » Uno
Fecha: 15/12/2025 00:51
La venta de hipnóticos y sedantes subió a nivel país un 6,9% en los primeros meses de 2025. Es clave evaluar cuándo son realmente necesarios estos medicamentos El consumo de medicamentos como los ansiolíticos e hipnóticos para dormir viene en aumento en la Argentina y genera preocupación entre los profesionales de la salud mental: expertos alertan sobre los peligros de la automedicación y el uso no controlado de estos compuestos. Según datos difundidos por la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) destacan que las ventas de hipnóticos y sedantes subieron 6,9% en los primeros cinco meses de 2025 en comparación con el año pasado. Al respecto, Fernando Fusaro, reconocido médico psiquiatra de Paraná , comentó a UNO esta tendencia no sólo confirma lo que se observa a diario en los consultorios, sino que además expone errores frecuentes en la prescripción y una peligrosa banalización del uso de medicamentos con alto poder adictivo. “El país tiene una especie de récord en el consumo de ansiolíticos, y la mayoría de las veces están mal usados”, afirmó el especialista, quien explicó que drogas como alprazolam, diazepam o clonazepam –conocidas comercialmente como Xanax, Valium o Rivotril– no son medicamentos para dormir, aunque habitualmente se recetan con ese fin. farmacias medicamentos remedios pastillas.jpg Fusaro remarcó que estos fármacos pertenecen al grupo de las benzodiazepinas y que su mecanismo de acción es muy similar al del alcohol: producen sedación, relajación, desinhibición y disminución de la ansiedad. “Caen muy bien porque funcionan rápido, generan alivio inmediato y eso los vuelve muy atractivos, pero también muy peligrosos”, advirtió. Un buen diagnóstico es clave Uno de los principales errores, según el psiquiatra, es considerar al insomnio como una enfermedad en sí misma, cuando en la mayoría de los casos se trata de un síntoma. “El no dormir o dormir mal puede ser la punta del iceberg de otra problemática, como una depresión o un trastorno de ansiedad, o simplemente una reacción normal frente a una situación vital”, explicó. Asimismo, señaló que separaciones, duelos, estrés laboral o académico, conflictos familiares o momentos de alta exigencia emocional pueden alterar el sueño de manera transitoria. “Eso es sufrimiento, no enfermedad, y no debería tratarse con medicamentos”, subrayó. Sin embargo, afirmó que muchas personas comienzan a tomar ansiolíticos en estos contextos y continúan durante años. “Es muy común escuchar: ‘cuando falleció mi marido no podía dormir y el médico me dio algo’. Ahí empieza el error”. Medicamentos Para ilustrar el problema, el especialista utilizó una comparación clara: “Un antibiótico no es para la tos ni para la fiebre, pero cura la neumonía. Si sólo trato los síntomas, el paciente se siente mejor un rato, pero la enfermedad sigue avanzando. En el caso de los trastornos del sueño, ocurre algo similar: si el insomnio es consecuencia de una depresión o un trastorno de ansiedad, el tratamiento debe apuntar a la causa y no al síntoma”, precisó. “Los medicamentos para dormir no curan ninguna enfermedad que produzca insomnio. Solo tapan el problema”, insistió Fusaro, quien además alertó que estos fármacos generan tolerancia: con el tiempo, se necesitan dosis cada vez mayores para lograr el mismo efecto, lo que incrementa el riesgo de dependencia y otros efectos adversos. Falta de controles En varios reportes, la COFA y especialistas en neuropsiquiatría coinciden en que el uso prolongado y sin control médico de psicofármacos multiplica el peligro de desarrollar cuadros de adicción. Además, la prescripción inadecuada –donde se recetan ansiolíticos para cuadros de insomnio leve, cuando la evidencia internacional prioriza antidepresivos en esos casos– contribuye a un abuso de ciertas clases de medicación. La falta de controles estrictos explica muchas veces el crecimiento del consumo. Sobre este punto, Fusaro señaló que en la Argentina todavía existen grandes falencias en el seguimiento de este tipo de medicamentos. “Muchas veces se venden cajas completas, el paciente toma solo una parte y el resto queda dando vueltas, lo comparte con alguien y circula sin control”, describió. Medicamentos El uso prolongado y sin control de medicamentos multiplica el riesgo de generar adicción. Además, remarcó que médicos de distintas especialidades suelen recetar ansiolíticos ante síntomas que en realidad requieren otro abordaje. “Pasa en consultorios de clínica médica, ginecología o gastroenterología. Se indica un ansiolítico para el colon irritable, para trastornos del sueño en la menopausia o para ‘bajar un cambio’, cuando en realidad habría que tratar la causa específica”, expresó. Por otra parte, el especialista destacó la importancia de evaluar los hábitos diarios antes de recurrir a cualquier fármaco. Consumo de café, mate o bebidas cola, uso de pantallas, ejercicio nocturno, siestas prolongadas y desorden de horarios –especialmente los fines de semana– suelen ser causas frecuentes del mal dormir. “Muchas veces no es insomnio, es una mala higiene del sueño”, explicó Fusaro. Ordenar rutinas, respetar horarios, evitar estimulantes y comprender que el sueño no se busca sino que llega, puede ser suficiente para mejorar el descanso sin necesidad de medicación. ¿Cuándo ir al psiquiatra? El psiquiatra aclaró que no todos los cuadros requieren derivación inmediata. “Una depresión leve o un trastorno de ansiedad pueden ser manejados por el médico clínico”, explicó. Sin embargo, advirtió que cuando el tratamiento inicial no funciona, o cuando se trata de patologías más complejas, la consulta con un especialista en salud mental es clave para evitar cronificar síntomas o generar adicciones. INSOMNIO.jpg En su práctica diaria, Fusaro señaló que la mayoría de sus pacientes no tiene prescriptos hipnóticos ni ansiolíticos de manera crónica. “Si hay que usarlos, se usan, pero en el momento correcto, por un tiempo muy corto y siempre tratando la causa”, sostuvo. ¿Es segura la melatonina? En medio del auge de los problemas de sueño, también creció el consumo de melatonina, un suplemento de venta libre que muchos consideran una opción “natural”. Ante la consulta sobre el tema, Fusaro fue cauto: “Primero hay que saber si la persona realmente tiene un trastorno del sueño y cuál es la causa. Yo no conozco ninguna enfermedad que se cure con melatonina, como tampoco con ansiolíticos o con alcohol”, dijo. Además, advirtió que algunos productos comercializados como melatonina contienen otras sustancias sedantes, como la difenhidramina, por lo que su consumo no siempre es tan inocuo como parece. Medicamentos Alerta sobre el consumo de medicamentos que interpela a todos El aumento en el consumo de medicamentos para dormir refleja, según Fusaro, un contexto social atravesado por la incertidumbre, el estrés crónico y las dificultades cotidianas. Sin embargo, advirtió que la solución rápida puede traer consecuencias a largo plazo. “Son medicamentos muy efectivos, pero justamente por eso hay que usarlos con responsabilidad. De lo contrario, el remedio termina siendo peor que la enfermedad”, concluyó.
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