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» Elterritorio
Fecha: 14/12/2025 03:02
Alexander A. (22) recibió ayer la imputación por homicidio por parte del Juzgado de Instrucción Tres. Se espera por el análisis de pericias complementarias y además se evalúan agravantes. domingo 14 de diciembre de 2025 | 2:00hs. Vecinos indicaron que la familia tenía una relación conflictiva. //Foto: Agustina Vera. Alexander Dionel A., el joven de 22 años que es el principal sospechoso de asesinar a golpes a su suegra Beatriz Cabrera (50) en su vivienda de la Chacra 101 de Posadas y dejarla ya sin vida en la letrina, fue trasladado en la mañana de ayer al Juzgado de Instrucción Tres para tomar el primer contacto con la justicia. Mediante fuentes judiciales, El Territorio pudo saber que el joven panadero llegó al juzgado ubicado sobre la calle Santa Fe de la capital provincial antes de las 11 para comparecer ante el magistrado Fernando Verón y ser notificado formalmente de los hechos por los que se le acusa. En ese marco, durante la audiencia indagatoria, Alexander se limitó a escuchar los elementos en su contra y -por recomendación de su defensa- se abstuvo a declarar, sin responder ninguna pregunta hecha por parte de la fiscal Adriana Herbociani. Luego de que se le leyera todas las pruebas que hasta el momento lo responsabilizan como único autor del crimen de su suegra, el sospechoso fue imputado por homicidio de forma provisoria, a la espera de pericias para determinar si amerita algún agravante -alevosía o femicidio, entre las posibilidades-. Terminada la audiencia de indagatoria, el joven fue nuevamente llevado por la custodia policial hasta la comisaría local, donde permanecerá alojado mientras prosigan con las distintas investigaciones de la causa que comenzó en la tarde del último miércoles con el descubrimiento del cadáver de la mujer de 50 años, que yacía sin vida y con signos de una muerte violenta dentro de su letrina. Arrastrada Como viene informando este medio, el fatal desenlace se descubrió en la tarde del miércoles 10, cuando efectivos de la Comisaría Decimoséptima de la Policía de Misiones fueron alertados sobre el hallazgo del cuerpo sin vida de una mujer de 50 años que se encontraba en una letrina de su casa de la chacra 101 de Posadas. La intervención tuvo lugar alrededor de las 16, por lo que preservaron la escena hasta el arribo del juez Fernando Verón, quien coordinó las primeras diligencias en el lugar. A partir de estas actuaciones, la Policía detuvo a Alexander Dionel A. (22), yerno de la víctima, para determinar su posible vinculación con el caso. De manera paralela, se solicitó la presencia de Policía Científica, Bomberos y del médico policial, quienes realizaron las tareas periciales de rigor. Respecto al descubrimiento, los voceros policiales mencionaron que fue la propia hija quien denunció haber encontrado a su madre ya sin signos vitales, expresando que no la veía desde el lunes. En ese marco, el informe preliminar de las pericias de luminol revelaron que la víctima murió en su habitación y que su agresor la arrastró hasta dejarla recostada entre la pared y la puerta de la letrina, al fondo de la vivienda que compartía con su hija y el novio de ésta, sobre calle Semilla e intersección con calle 82-A. Mediante pruebas de luminol se pudo reconstruir parte del ataque mortal. Las muestras tomadas con la solución de luminol graficaron una escena cruda en la casa de Cabrera. Según se supo, había manchas de sangre en el colchón de su cama y hasta en la cabecera. Los rastros -seguramente limpiados después de cometido el crimen- continuaron en el piso. El recorrido de la sangre se dirigía hasta el baño donde finalmente fue encontrada. Peritos también pudieron reconstruir que el asesino intentó quitar las manchas en el colchón, rasgando parte del mueble. Fue encontrado dado vuelta, sobre recortes de cartón, en un intento de ocultar aquella sangre que no logró borrar definitivamente. Autoincriminación Desde el descubrimiento del asesinato de Cabrera, Alexander Dionel fue el apuntado como responsable, ya que según la denunciante éste le habría confesado lo cometido: “Fui yo, está en el baño del fondo”. Esa autoincriminación y el hallazgo del cuerpo motivaron al llamado a la Comisaría Decimoséptima de la Unidad Regional I, que en la vivienda constataron la muerte de la mujer de 50 años. Era pensionada y -según señalaron vecinos del barrio a El Territorio- no mantenía una buena relación con su yerno y presunto asesino. El ensañamiento del ataque se reconstruyó, en parte, con el resultado de la autopsia ordenada por el juez interviniente. El informe reveló que la mujer sufrió múltiples golpes y fractura de cráneo, lesiones compatibles con el mango de un hacha. De hecho, un hacha de pequeño tamaño se secuestró el miércoles, en el marco de los allanamientos y labores de Cibercrimen y de la Dirección General de Policía Científica.
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