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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/12/2025 02:43
En una charla profunda y humana, la coreógrafa y bailarina repasa desde sus inicios hasta su presente multifacético (Gentileza de prensa) Con una carrera marcada por la inquietud creativa, la disciplina y el amor genuino por el arte, Flor Viterbo se consolidó como una referente de la danza y el teatro musical en la Argentina. Hoy, a los 41 años, está al frente de la coreografía de Cabaret Courage, de la mano de Artëm Volchenko, en el restaurante concert Albur y se reconoce en un presente multifacético: intérprete, creadora de contenidos, directora artística, productora y maestra, la artista comparte con Teleshow no solo el repaso de su trayectoria, sino también sus sinceras reflexiones sobre el oficio, las crisis del ambiente y los desafíos de reinventarse en cada etapa. Desde los primeros pasos en un estudio de Merlo, en Zona Oeste, y el debut respaldado por el sacrificio familiar, hasta explotar como la morocha de pelo corto del Bailando y armarse un nombre propio en teatro, publicidades y televisión, Flor suma anécdotas, aprendizajes, cambios y viajes que delinearon su camino. La pandemia, lejos de detenerla, la empujó a gestar su propia productora y afianzar su independencia, abriéndose a nuevas disciplinas, experiencias internacionales y proyectos audiovisuales de alto perfil, como el reciente rodaje para la serie de Moria Casán y previamente su participación en el elenco de Pretty Woman. Hoy, desde la creación coreográfica, Flor celebra estar rodeada de talentos a los que admira y con los que construye nuevos universos en escena. El motor de su carrera no es solo la pasión por el movimiento, sino también la posibilidad de compartir y de formar equipos donde la creatividad fluye con libertad. Después de tantos años, sigue apostando a lo colectivo y recuerda que, incluso en los desafíos y los momentos de caos, el arte siempre fue su refugio y la danza, su forma más sincera de manifestar alegría, coraje y autenticidad ante la vida. Con tan solo 41 años, la bailarina y coreógrafa muestra su lado multifacético tanto en redes como arriba del escenario Desde tempranada edad, Flor supo que quería dedicarse a la danza de manera profesional —¿Cómo comenzó tu camino en la danza? —Empezó desde muy chiquita. Siempre cuento la anécdota de que arranqué con danza clásica cuando tenía cinco o seis años, y la profesora me parecía muy estricta. Les dije a mis padres que no quería seguir. Más adelante, a los 12, pasamos por un estudio de danza en Merlo, en Zona Oeste, de donde soy. Vi bailar por la vidriera y sentí que sí quería bailar, que quería aprender. Me inscribieron en otra escuela y desde ahí no paré más. Combinaba las clases con la escuela y, cuando estaba en quinto año, vi un aviso en el diario con mi mamá sobre el estudio de Julio Bocca y Ricky Pashkus. Empecé el primer año de adultos en esa carrera y, al terminar la escuela, me inscribí en el el Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA). Tomaba clases particulares y, en un momento, pude ir a Nueva York a tomar muchas clases allá. Nunca dejé la danza. Recuerdo terminar el secundario y decidir que mi primera opción de vida y de trabajo era el arte. Si no funcionaba, vería qué hacer, pero aposté todo a esto, siempre con mucho apoyo de mi familia. Mi papá me iba a buscar a cualquier lado, a cualquier hora. Cuando empecé en el estudio de Julio Bocca, ya grababa publicidades y hacía cosas. Vivía lejos y, a veces, terminaba una publicidad en el Unicenter a las tres de la mañana y al otro día iba a la escuela. Hacía todas esas cosas. —¿Desde chica tenías claro que querías dedicarte profesionalmente a esto? —Sí, totalmente. El arte era mi primera opción de vida, de trabajo, de vocación, y de ganarme la vida. Recuerdo mi primer musical profesional en la calle Corrientes y la primera publicidad que hice cuando iba a la escuela, a los 16 años. Me pagaron 500 dólares y me compré un equipo de música. Siempre fui teniendo la suerte de recibir reconfirmaciones, señales, que me indicaban que debía seguir ese camino. Cuando terminé el último año en el estudio de Julio Bocca, quedé para mi primera obra profesional, donde estaban Elena Roger y la dirigía Pashkus. "El arte era mi primera opción de vida, de trabajo, de vocación, y de ganarme la vida", confiesa Flor Flor causó un furor que trascendió los límites en su paso por el Bailando, donde se la conoció como "la morocha de pelo corto" (Archivo) —En 2014 te hiciste muy conocida como “la morocha de pelo corto del Bailando“. ¿Cómo fue ese salto a la televisión? —En 2014 ya había participado varias veces. En 2009 y 2010 participé con Matías Alé. Siempre hacía mucho teatro, pero en 2014 no tenía trabajo y me propusieron volver. Me acuerdo de decir: ‘Me acabo de cortar el pelo’, y desde la producción me dijeron que no importaba, que fuera igual. Al final fue un golazo porque quedé. Marcelo (Tinelli) dio un discurso en el primer programa y yo quedé justo al lado, atrás. Se empezó a viralizar un hashtag, aunque no era como ahora, no existían las historias. Me enteré que estaba viralizada en Twitter porque alguien me lo dijo en un festejo después del programa. Ahora todo es más espontáneo, pero de eso ya pasaron 11 años. —¿Te sigue reconociendo la gente por ese boom en la pantalla chica? —Sí, cada tanto. En el ambiente de bailarines y comedia musical, y también gente que me para para una foto o me dice: ‘¿De dónde te conozco?’. Incluso personas más jóvenes. En TikTok circulan muchos bailes y cosas con Pedro Alfonso. Me divierte mucho. Yo siemper digo que son muchas vidas en una sola. Todo eso me parece cercano y lejano a la vez. Sigo trabajando con la misma gente, más o menos, pero el camino se renueva y a la vez es siempre medio lo mismo. Ahora, que soy más grande, me muevo por lugares de coreógrafa, armando producciones, colaboraciones, creando cosas, y me doy cuenta de que tengo muchos contactos, trabajé con mucha gente y eso me permite moverme en diferentes ámbitos. Luego de la pandemia, la bailarina y coreógrafa mostró su lado multifacético y causó furor en redes con un particular video (Instagram/@fran.canosa) —Después del Bailando, ¿te alejaste de la televisión por elección o por otras oportunidades? —Siempre me fui moviendo. Hice mucho teatro después del programa, como Sugar y Cabaret. Empecé a armarme mucho más en Instagram y las redes. Salvo el teatro, no estuve fija en muchos espacios, como la tele. A veces me convocaban, pero ya estaba con otros proyectos. Me hubiese gustado volver alguna vez, pero para jugarlo más, armar un personaje que no me afectara tanto. En ShowMatch éramos un equipo muy transparente y se notaba todo lo que nos pasaba. Fue desgastante. En el teatro armás espacios más amenos, menos expuestos, y eso me gusta también. Después de la pandemia, me armé como mi propia jefa. Mis amigos me dicen que soy Flor Viterbo Producciones. Yo incluyo todo: puedo ser intérprete, como en Pretty Woman, o coreógrafa, como ahora en Cabaret Courage. También hago contenidos para varias marcas, edito videos, armo coreografías, todo se mezcla y se alimenta de diferentes áreas. Este año grabé para la serie de Moria Casán, fue espectacular. No puedo mostrar nada todavía, pero fue una belleza. —Ahora sos coreógrafa en Cabaret Courage, ¿Cómo surgió esta oportunidad? —Fue durante la etapa post pandemia. Cuando arrancó, estaba en dos obras de teatro y se cayó todo en un segundo. Los artistas tuvimos que reinventarnos, dar clases online, armar cosas. Después de eso, quedé como una versión totalmente independiente de mí misma, ramificada en muchos espacios. Fui a hacer Cabaret a Punta del Este y ahí me vio Artëm Volchenko, un ruso que ya había hecho este proyecto en Moscú y en Punta del Este. Me contactó, nos reunimos en Buenos Aires, le gustó mi trabajo y empezamos a hablar. Siempre decía que quería hacer un Cabaret en Buenos Aires. Cuando lo concretó, me llamó y nos pusimos a trabajar juntos. Armamos equipo, hicimos audiciones, vino mucha gente interesada. Haber trabajado tanto de intérprete me permite ahora entender el rol de quienes le dan vida a ese arte y ese show. —¿Qué es lo que más te apasiona de este proyecto? —Me gusta mucho la parte creativa y la libertad de proponer y crear con gente talentosísima. Hacer una convocatoria y que vengan amigos, colegas, profesionales muy buenos, y poder armar un equipo con ellos es lo que más me emociona. Compartir con gente a la que admiro, tanto en Pretty Woman como en otros proyectos, es lo que más me motiva. El trabajo creativo de Artëm, la elección musical, la cantidad de vestuarios, todo su mundo, poder crear con eso fue espectacular. "Me gusta mucho la parte creativa y la libertad de proponer y crear con gente talentosísima", asegura Viterbo sobre su rol como coreórafa en Cabaret Courage Flor junto a Artëm Volchenko, la mente maestra detrás de Cabaret Courage, y el elenco del proyecto —¿Te resultó un desafío coreografiar este espectáculo? —Sí. En Argentina, todo sucede muy rápido, por presupuesto y por muchas situaciones. Desde la primera audición hasta el estreno pasó solo un mes, y es un espectáculo de una hora y media con 20 coreografías. Cada chica se cambia nueve veces de vestuario. Fue un proceso muy veloz. Combiné videos y lo que ya se había hecho con las personas que estaban ahora y con cambios que él quería. Tuvimos 15 ensayos, que terminaron siendo 17. En el medio tenía otros compromisos, como el rodaje de la serie de Moria o el casamiento de mi hermana. Armé coreografías a las 11 de la noche para ensayarlas al día siguiente. Fue caótico, pero ahora que está estrenado, me siento bien. En su momento fue un desafío enorme, pero los proyectos salen adelante por el talento y la buena onda del equipo. Además, el teatro Albur, donde se presenta, es una joya. Empecé ahí bailando en la inauguración y ahora vuelvo como coreógrafa. El show suma a la cartelera porteña y es una propuesta increíble para Buenos Aires. —¿Cómo ves el presente del arte y la cultura en Argentina? —Creo que el arte, en todas sus formas, nos salva. Hay algo de la pasión que uno pone ahí que es un refugio absoluto, sobre todo en momentos de crisis. El arte siempre es la respuesta, estés bien o mal. Me duele el desfinanciamiento en ciertas áreas, como el cine, pero pienso que la cultura es parte del país. Buenos Aires es una ciudad que nunca se apaga y siempre hay cosas nuevas. Me pone muy feliz ser parte de eso. Siempre es un buen momento para el arte en esta ciudad, que es tan rica en todos los sentidos: arte, arquitectura, pintura, todos los espacios. Con un espectáculo lleno de coreografías realizadas por Vertibo y talento, Cabaret Courage brilla en la cartelera porteña "Combiné videos y lo que ya se había hecho con las personas que estaban ahora y con cambios que él quería", explica Vertibo sobre el proceso que le llevó este proyecto —¿Qué otros proyectos tenés en marcha o pensás encarar próximamente? —Ahora estoy produciendo dos videos personales con un amigo creativo audiovisual que viene de Barcelona. Siempre estoy activando cosas en lo audiovisual. Me gusta estar abierta a posibilidades. Hace poco trabajé en un evento privado en Uruguay. Me gusta ser independiente para poder abarcar cualquier situación. El año que viene quiero volver a viajar, como hice antes a Japón o Europa, para seguir desarrollando mi faceta artística y ampliar mi cabeza. Me emociona experimentar cosas nuevas. Para 2026 quiero encarar un proyecto cien por ciento mío que englobe todas las áreas: creativa, intérprete, coreógrafa, fotógrafa, directora de movimiento. También coacheo a cantantes en shows, y todo eso es parte de Flor Viterbo Producciones. Ahora tengo mucho conocimiento de teatro, producción de foto, publicidad, televisión, y me gusta ponerlo todo junto, siempre desde mi mirada y armando equipo. Antes uno se entregaba más, ahora tengo muy formado lo que me gusta y me inspira. Intento abarcar todos los trabajos desde ese lugar. —¿Cómo manejás la multiplicidad de roles y proyectos? —Por suerte, ahora se me juntaron muchas cosas y uno se estresa, pero son los problemas que quiero tener. En este país y en este mundo, prefiero estar estresada porque se me superponen las cosas. Igual me estreso, pero son los problemas que elijo. En los momentos más caóticos y estresantes, aprendí a delegar, armar equipo y organizarme. Cuando estás en algo artístico, es importante prevenir, organizarse, delegar y trabajar bien. Generar confianza en quienes siguen tus indicaciones, como el equipo artístico de Cabaret Courage. Estoy contenta del caos. Cuando tengo un poco más de tiempo, aprovecho para activar nuevos proyectos, como un video de Instagram que armé con un equipo increíble y que se viralizó. Me llegan seguidores de todo el mundo. Hacer eso es el resultado de todo lo que consumo y me gusta, y de todos los mundos que puedo mezclar. En ese sentido, soy todo: intérprete, creadora, todo junto. Flor, la apuesta multifacética en el teatro musical argentino, asegura que siempre nuevos horizontes creativos "El arte, en todas sus formas, nos salva", comenta la artista multifacética (Gentileza de prensa) —Para cerrar, ¿cómo definirías la danza en tu vida? —La danza representa para mí un espacio de entrega total, un refugio donde puedo ser yo misma y expresarme plenamente ante el mundo. Fotos: gentileza prensa.
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