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  • Cafetines de Buenos Aires: la postal casi centenaria de Villa Devoto que tienta con fabada, sidra tirada y pan dulce todo el año

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 14/12/2025 02:40

    El Café de García es una postal tradicional del barrio de Villa Devoto En tiempos de redes sociales, influencers, tendencias, franquicias y emprendedores cool vengo a contarles que un café se parece a una postal. Similar a esas piezas de cartón que enviábamos a familiares por correo o comprábamos con la intención de congelar para siempre una imagen, recuerdo o sensación. Hoy presento un relato sobre una cafetería de Villa Devoto. Pero no de las tantas que abrieron en los últimos años. Es una que está próxima a celebrar su primer centenario. Se trata del Café de García. Una postal de barrio. ¿Por qué digo que el Café de García es una postal que narra la historia de Villa Devoto? Por lo siguiente. A ver si coinciden conmigo. Hacia fines del siglo XIX, esto es 300 años después de la fundación de la ciudad, las tierras que en la actualidad ocupan el barrio de Villa Devoto se mantenían despobladas. Pertenecían al partido de San Martín y recién se incorporaron a la Capital Federal en 1888. Ese mismo año, Miguel Altube, heredero del terreno y residente en Pilar, se acercó hasta el centro de la ciudad para elevar una demanda frente a las empresas ferroviarias que habían ocupado ilegalmente parte de su propiedad. La segunda intención de Altube fue poner en venta la chacra. El potencial negocio llamó la atención del empresario genovés Antonio Devoto que presidía, por entonces, el Banco Inmobiliario dedicado a la compra y venta de terrenos. ¿Cuál fue el negocio que olfateó Don Devoto? El auge económico surgido a partir de 1880 que provocó una oleada inmigratoria sin precedentes. El café conserva su damero, boiserie, mesas de madera y sillas thonet con los que pronto celebrará su centenario Los recién llegados al puerto de Buenos Aires fueron instalándose en conventillos del Centro, cercanos a sus fuentes de trabajo. Pero a partir del desarrollo ferroviario y, sobre todo, los trazados de las líneas de tranvías, comenzó la mudanza de empleados que pudieron comprarse un terrenito en barrios alejados. Se organizaron remates y loteos. Sin embargo, la falta de control urbanístico —sumado a la especulación financiera que elevó a valores urbanos los lotes periféricos— asustó a los funcionarios municipales que suspendieron todo tipo de emprendimiento en marcha hasta que los desarrolladores no presentaran planos que incluyeran el diseño de calles y la creación de espacios verdes. Este proceso se extendió entre 1890 hasta 1904. Villa Devoto, sin embargo, se fundó en 1889. ¿Justo un año antes de que comiencen las suspensiones? ¿Cómo obtuvieron la información y se adelantaron a la medida? Pues porque el directorio del Banco Inmobiliario estaba constituido por personas muy vinculadas al ámbito político y económico. Entre ellos, accionistas de empresas de tranvías, estancieros, concesionarios de líneas ferroviarias, ingenieros constructores y el mencionado Antonio Devoto. Además de ofrecer el tradicional café con medialunas, el lugar es famoso por las picadas que sirve a diario En enero de 1889 Devoto recibió la oferta de venta de las tierras de Altube y organizó una recorrida por la zona donde observó —como fortaleza— la cercanía de las tierras con el pueblo de Belgrano, la construcción de la estación ferroviaria y el trazado del tranvía rural. De inmediato le encargó el proyecto de la villa a los ingenieros Carlos Buschiazzo y José Poggi quienes plantearon un esquema que rompía con la histórica grilla española. Proyectaron una gran plaza céntrica atravesada por dos diagonales, las actuales avenidas Lincoln y Fernández de Enciso. Y con manzanas longitudinales, en lugar de cuadradas, para una mejor circulación y aprovechamiento de la superficie. Presentaron los planos al municipio y el 13 de abril —desde entonces fecha fundacional del barrio— el intendente de la ciudad, Guillermo Cranwell, los aprobó. En tiempos analógicos, un auténtico trámite express. La creación del barrio, sin embargo, no provocó su rápida ocupación. La crisis económica de 1890 ralentizó el desarrollo del lugar que recién retomó impulso una década más tarde. ¿Qué otro hecho trascendente transformó al barrio? A principios del siglo XX el gran depósito distribuidor de agua corriente construido en 1894 sobre la Avenida Córdoba dio señales de agotamiento. En 1908 se elaboró un nuevo plan de abastecimiento con la construcción de dos nuevos depósitos de reserva en los dos puntos más altos de la ciudad: Caballito y Villa Devoto. El Depósito Villa Devoto se terminó de construir en 1917. Es un edificio de características palaciegas, de estilo neorrenacimiento francés, con revoque símil piedra y remate de mansarda. Se inauguró el 1 de diciembre de 1917. Solo diez años más tarde, a cien metros, nació el Café de García. Carolina y Metodio donaron la esquina a sus hijos, quienes continuaron escribiendo la historia familiar El Café de García abrió en 1927 en la esquina de Sanabria y José Pedro Varela. La construcción pertenecía al matrimonio Metodio y Carolina García. Tenía dos dormitorios, cocina, baño y local comercial con entrada por la ochava. Con esas características funcionó durante sesenta años. En 1987 se le hicieron reformas. Los García se mudaron a otra casa. Entonces se agrandó el salón. Y el dormitorio matrimonial se convirtió en un salón privado que recibió el nombre de sus dueños: Salón Metodio y Carolina. Los años pasaron, partió Carolina y Metodio les donó la esquina a sus hijos: Rubén y Hugo. La condición paterna fue que trabajaran juntos. La popularidad del Café de García siguió en aumento. Se extendió por toda la ciudad y conurbano. Sus picadas llegaron a oídos del vecino más famoso del barrio: Diego Armando Maradona. Diego se hizo fanático de los buñuelos de pescado, cazuela de calamares, strudel de verdura, tortilla y salchichas acarameladas. Cuando falleció Rubén, su hermano Hugo se mantuvo al frente del boliche hasta que la pandemia lo obligó a ponerlo en pausa. Luego sobrevino otra tragedia familiar que llevó a Hugo al cierre definitivo en julio de 2022. La esquina de Sanabria y José Pedro Varela estuvo cerca de convertirse en una vieja postal de un edificio con destino de demolición. Como la imagen amarillenta de la vieja rambla marplatense. Hasta que Hugo García acordó la continuidad de la empresa familiar con dos grupos gastronómicos de probada experiencia y gestión gastronómica. Pocos lo saben, pero en Café de García elaboran pan dulce todo el año La reapertura del local llevó varios meses. Los vecinos se inquietaron e hicieron saber sus dudas. Tanto que los nuevos gestores tuvieron que colgar un cartel quitando incertidumbre a la barriada. Finalmente, el Café de García reabrió a principios de 2024. Desde entonces lo visité varias veces. Esta semana volví a pasar. La nueva puesta respeta el mobiliario —piso damero, boiserie, mesas de madera y sillas thonet— y, por fortuna, la parafernalia que los vecinos del bar fueron donando con el paso de los años. Entre otros objetos siguen en exhibición copia de los documentos de Metodio García, Carlos Gardel, fotos de artistas populares, tacos de billar y polo, la camiseta del equipo de fútbol del barrio: el Club Atlético General Lamadrid, una biblioteca con información cafetera y el rincón dedicado al Diego. También siguen el buzón de la esquina, el farol marino, la bomba manual y una vieja rueda de carro. Ya no están las dos mesas de billar. El encargado de la mañana me confió que Hugo le regaló una al contador y la otra se la llevó a su casa. Lo que desapareció es el Salón Metodio y Carolina. Ese espacio se incorporó al salón principal. Y ahora habilitaron la terraza con un precioso mural de Diego y el Hueso Houseman jugando al billar. El Café de García abre de lunes a lunes de 8 a 1. Las famosas picadas ahora se sirven todos los días. El tercer paso que acompaña a la sidra tirada es el pan dulce. Lo hacen en el lugar. Aviso: me llevé uno para las fiestas, pero no resistí verlo intacto, dentro del celofán, hasta el 24. Mientras escribo estas líneas lo disfruto. Y enchastro el teclado. Es exquisito. Por si no registraron el dato, el Café de García hace pan dulce todo el año. Vecinos de Villa Devoto y alrededores vayan por el pan dulce del Café de García. Es como ir de compras a un hito barrial y llevarse de recuerdo una vieja tarjeta postal, pero en este caso comestible. Otros imperdibles del Café de García son el Ojo de Diego —ojo de bife con morrones asados, chimichurri de menta, papas fritas a caballo— y la Fabada Asturiana. Todavía quedan mozos de la gestión García. Como también se repiten los parroquianos. Alberto, con 89 años, es un infaltable los fines de semana. Para terminar, les deseo a todos conocer el Café de García. Disfruten la estadía. El lugar es muy fotografiable, pero sugiero guardar el teléfono. Convivan con la historia de la esquina. Guarden en su interior las sensaciones de visitar un espacio que en 2026 cumplirá 99 años. Y para contarles la experiencia a otros recuerden las épocas en que usábamos postales. Reitero, por si la información pasó inadvertida, en la esquina sigue en pie el buzón del correo. @cafecontado

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