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Parana » AnalisisDigital
Fecha: 14/12/2025 00:54
Hay historias que no se escriben con tinta, sino con el pulso secreto de un río. Historias que corren como un cauce bajo la memoria colectiva y que, al volver a la superficie, revelan quiénes fuimos y quiénes seguimos siendo. Los Hermanos Cuestas pertenecen a esa estirpe: la de los artistas que no sólo interpretan un género musical, sino que encarnan el espíritu de una tierra. Cuando “Memoria Frágil” (se emite todos los sábados a las 20:30 por Canal 9 Litoral, y también disponible en YouTube (http://www.youtube.com / @memoriafragiltv16), decide dedicarles un capítulo íntegro, no se trata sólo de un homenaje: es un acto de restitución cultural, un regreso al humus donde germina la identidad entrerriana. Porque si Entre Ríos tiene una voz, esa voz se afina en la cadencia de la chamarrita. Y si la chamarrita tiene un rostro, ese rostro adquiere forma en la sonrisa limpia de Néstor y en el silbido prodigioso de Rubén. Como dos zorzales del litoral que aprendieron a dialogar con los vientos del Paraná, hicieron de cada escenario un barranco, un monte, una patria mínima donde los entrerrianos podían reconocerse. Este documental vuelve sobre ese sonido esencial. No lo hace desde la nostalgia tibia, sino desde la reconstrucción precisa de quienes los conocieron, los estudiaron y los continúan. Las voces de Francisco Cuestas, Carlos Denegri, Roberto Romani, Marcelo Madonni, Rubén Giménez, Víctor Costa, Denise Lescano, Ismael Bejarano y Guillermo Viola no se limitan a recordar: abren una puerta. Los testimonios retratan con nitidez el momento fundacional: aquella mención especial en Cosquín de 1964 que puso a Entre Ríos en el mapa grande del folklore argentino. Fue un fogonazo inicial que no se apagó nunca. Después vino la gran Buenos Aires -a veces lejana, a veces reacia- a recibirlos con un bombo, una guitarra y un silbido que parecía invocar a todos los pájaros del litoral. Ese silbido, tan propio de Rubén, y convertido en marca indeleble, fue para muchos migrantes entrerrianos el sonido que devolvía el olor a pasto mojado después de la tormenta. Memoria Frágil repasa también los años luminosos: el Pre Cosquín del ’72, el premio Revelación, el disco “Canto a Entre Ríos” que viajó por el mundo como si llevara en su interior las semillas de un ceibo. Y recuerda que cada canción -desde “Soy entrerriano” hasta “Juan del Gualeyán”- no era sólo música, sino geografía sensible: una forma de llevar a cuestas la patria chica. La voz en off y los entrevistados reconstruyen el tramo final con la delicadeza que amerita la memoria afectiva. La muerte de Néstor en 2020, en plena pandemia, cerró un ciclo que parecía inagotable. Pero el silencio no borró la huella: en cada festival, en cada niño que aprende a silbar como un pájaro del monte, en cada acorde que suena a costa y a coraje, los Cuestas siguen presentes. Memoria Frágil lo confirma: hay artistas que no pasan; se quedan. Como las islas del río: cambian de forma, pero nunca abandonan la corriente que las lleva. Los Hermanos Cuestas, esos embajadores de la chamarrita Fue en la ciudad de Diamante, en pleno corazón de Entre Ríos, donde surgió en la década del ´60 uno de los dúos folklóricos más emblemáticos del litoral argentino. Los Hermanos Cuestas -Néstor Esteban y Rubén Rodolfo- lograron lo que pocos artistas regionales consiguieron: convertir la chamarrita en sinónimo de identidad entrerriana y llevarla a todos los rincones del país. De eso se trata esta historia. Los hermanos Cuestas comenzaron su formación musical en los coros de la Asociación Verdiana y el Coro de Cámara de su ciudad natal. Inicialmente se presentaban como “Los Baqueanos”, hasta que el encuentro con Linares Cardozo en la Escuela de Artes Visuales de Diamante marcó un punto de inflexión en sus carreras. El compositor paceño, rescatador de la chamarrita como expresión popular provincial, encontró en ellos a los intérpretes ideales para su obra. Francisco Cuestas “Los hermanos Cuestas sin dudas que … como ellos decían, me acuerdo siempre que mi viejo decía que ellos integraran la música entrerriana al mapa cancionero del país. Porque la música entrerriana no existía cuando ellos empezaron a irrumpir y a mostrar la chamarrita… La chamarrita la tenía Linares Cardozo, acá en Entre Ríos; algunos cantores más, pero no se conocía en absoluto a nivel nacional. De hecho, ´Los Hermanos Cuestas´ arrancan cantando música norteña con bombo y guitarra. Mi tío tocaba el bombo y la guitarra vestido de gaucho como los que venían de Salta, o sea que estaba ´salteñizado´ el país… y bueno… el litoral, el chamamé era para un sector de la población que estaba incluso mal visto… muchos para atrás. Y, bueno… ellos empiezan a tratar de agregarle a eso que hacían algo de chamarrita para que la gente empiece a identificar qué era. Porque incluso cuando aparecieron y ellos empezaron a rodearse con productores, con otros colegas, le decían que eso era un invento de ellos nomás, que no existía. Y no, la música estaba arraigada en los troperos, como decía Linares Cardozo, acá en la gente de a caballo. Y, bueno, ahí después cuando ellos empiezan a tener trascendencia, ya el país miró en serio la música entrerriana, la chamarrita principalmente, y bueno… y el canto de ´Los hermanos Cuestas´ con esa identidad, con ese dúo que eran tan artistas y más los silbidos de los pájaros y esas canciones tan paisajística que eran una pintura… bueno… el país le dijo un ´sí´ rotundo, por supuesto, que a través de ganar Cosquín en el año 72 ya pasa a un plano diferente y toma una trascendencia nacional”. Carlos Denegri “Para la cultura de Entre Ríos, yo pienso que fueron los máximos exponentes que tuvimos. Porque si bien la música de Entre Ríos existía ¿no es cierto? … o sea, existía Linares Cardozo, Santos Tala, Florencio López… pero, no era conocida a nivel nacional. No trascendía más de los límites de la provincia. El aporte musical que le hicieron ´Los Hermanos Cuestas´ fue lo que nos llevó a nosotros a que nos conozcan no solo a nivel nacional, sino también a nivel internacional. Ese álbum que ellos graban en el año 1974, ´Canto a Entre Ríos´, con la Orquesta Sinfónica de Paraná y el Coro de la Verdiana, fue editado en 5 países: en la Argentina, en Israel, en España, en Italia, y en Francia. O sea, el mundo conoció la música de Entre Ríos a través de ello. Ellos fueron nuestros embajadores culturales y de todo lo que es la parte turística, podemos decir de la provincia, porque a la provincia se la empezó a conocer también gracias a ellos. Cuando ellos subían al escenario, no solamente mostraban las canciones… mostraban las provincias en forma didáctico musical. Se conocían personajes, se conocían oficios, se conocían lugares, aves, la fauna de Entre Ríos. Por eso, para mí fueron los máximos que tuvimos a nivel cultural”. Roberto Romani “Los hermanos Cuesta, sin lugar a dudas, abrieron en el panorama musical de la República Argentina, un momento, un espacio realmente trascendente para alegría, para felicidad de los entrerrianos y de todos los litoraleños, ¿no? Hablamos de Néstor Cuestas, que nació el 17 de agosto del año 1944, y de Rubén Cuestas, que nació el 7 de febrero de 1942. En el Colegio de La Salle, en Paraná, están sus huellas. Compartí muchas veces actos, aniversarios, ceremonias con Rubén, y siempre se encontraba con algunos amigos de aquella época de la niñez, de la juventud, donde también cantaron como en el coro de la Asociación Verdiana. Después, vendría ya la etapa de salir a los escenarios como ´Los Baqueanos´, este dúo que integró la delegación entrerriana a Cosquín en 1964. Vestidos de paisanos, Néstor con la guitarra y Rubén con el bombo. Después dijeron, bueno, el futuro de nosotros tiene que ser Buenos Aires. Se golpean todas las puertas, pero las que se abren son las de Buenos Aires”. En enero de 1964, el Festival de Cosquín les otorgó una mención especial -por entonces no existía categoría para dúos- que significó la incorporación definitiva de Entre Ríos al mapa folklórico nacional. Tres años después -en 1967- desembarcaron en Buenos Aires con un bombo y una guitarra, debutando en los míticos programas “Patio de Tango” y “La Querencia”, en plena época dorada del folklore argentino. El sello distintivo del dúo fue el virtuoso silbido de Rubén imitando el canto de los pájaros, técnica que perfeccionó desde la infancia y que se incorporó de manera definitiva a su repertorio tras una afonía de Néstor durante el Festival de Posadas de 1963. Esta característica, sumada a su imagen cuidada -siempre de traje-, les abrió puertas que otros cultores del género litoraleño encontraron cerradas. Marcelo Madonni “Creo que el trabajo de los hermanos Cuestas… creo, no … estoy convencido, que puso, salió a la luz una riqueza cultural no solo musical, sino de nuestro paisaje, de nuestra gente, llevando, entre otras cosas, la obra de Linares Cardozo a nivel nacional e internacional. Hubo un antes y un después de los hermanos Cuestas. En mi caso particular, también tuvo una incidencia muy fuerte mi vida personal, porque en el año 89 nos invitan a participar de gran Cosquín con una delegación entrerriana. En ese momento teníamos un grupo que se llamaba ´Tiempo Joven´, y después de ahí se formaron ´Los musiqueros entrerrianos´, que fuimos junto a Francisco y a Rubén tratando de que la música entrerriana, o tratando que, junto a otros colegas, mejor dicho, la música entrerriana vuelva a estar en los lugares que se merece estar”. Rubén Giménez “Hablar de ´Los hermanos Cuestas´ es hablar de músicas entrerrianas. Es hablar de chamarrita. El país conoció la música entrerriana a través del canto de ellos. Siempre lo distinto se destaca. Y los Cuestas eran distintos. Porque cuando hablamos de festivales, principalmente de los más grandes, Cosquín, llegaban delegaciones de distintos lugares. Estoy haciendo por ahí ritmos parecidos, formatos parecidos. Pero, llegamos a los Cuestas y era como que abrías las ventanas y llegaba frescura al escenario. Llegaban los árboles, llegaban los pájaros, llegaban los ríos, llegaban las historias, llegaba el mate. Todo eso llegaba cuando entraban los Cuestas. Yo crecí con los Cuestas desde muy chico… en aquel tiempo que cuando veíamos con mi abuela un programa que llamaba ´Argentinísima´, que conducía Julio Marbiz, yo estaba aprendiendo a tocar guitarra y me acuerdo que aparecen dos muchachos con un ponchito de cuero con flecos. Y empezaron a cantar cosas que a mí me llamó la atención, las letras que tenían; porque hablaban del campo, de los pájaros, del río, distinto a todos los cantores. Encima uno se metía los dedos en la boca e imitaba a los pájaros. Eso me llamó mucho la atención porque en ese tiempo, al no tener tecnología, estábamos en contacto con la naturaleza los gurises. Conocíamos de pájaro y de todas las cosas que ellos hablaban. Nosotros lo conocíamos. Entonces, por eso, fui a mi profesor de guitarra y le digo, quiero cantar algo de ´Los hermanos Cuestas´, me dice, sí, son de Entre Ríos. ¡Yo no lo podía creer!”. Víctor Costa “Hice un libro que se llama ´La Chamarrita entrerriana´ … Entre mis libros yo escribo solamente sobre Entre Ríos está ´La Chamarrita entrerriana´, y en la investigación descubro que la chamarrita ´Juan del Gualeyán´ estuvo en el puesto número 1 de todas las músicas del país… ¡En el puesto número 1! Arriba del tango, del folklore, del del rock, de la balada, y de todos los otros ritmos musicales. Estuvo número 1 del ranking… y ahí todos los jóvenes de aquel entonces, los gurises de aquel entonces, comenzamos a ver de otra manera nuestra identidad”. Denise Lescano “La verdad que es muy importante lo que ellos lograron como dúo, ¿no? Porque cuando en Cosquín se los reconoce como revelación, creo que lograron instaurar la chamarrita en lo que sería el repertorio de nuestro folklore argentino, que estaba siendo poco visibilizado. Entonces, creo que el mayor aporte que ellos hacen es que se nos reconozca en el ámbito nacional a través de la chamarrita (…) Yo creo que es lo que más se reconoce en la trayectoria de ellos, que hayan puesto nuestra música al nivel de las grandes composiciones y poesía del del folklore nacional. Lo que se venía escuchando mucho era Horacio Guaraní, Atahualpa Yupanqui y Mercedes Sosa, que los caracterizan, ¿no? por una regionalización mucho más centro norte. Y nuestra música, nuestro sentir no llegaba. Entonces, a lo largo de esta revelación que ellos consiguen en Cosquín pone a nuestro cancionero popular, a nuestro sentir y que mucha gente del litoral se vio reflejado en lo que son las historias que los hermanos Cuestas cuentan… ¿no? … el paisaje, la flora y la fauna, que es lo que nos identifica”. Ismael Bejarano “Para mí fue mucho… fue un antes y un después. Es algo que pienso que todavía no se les ha dado la importancia a los hermanos Cuestas, el precedente que marcaron ellos a nivel nacional. Después a nivel internacional también, porque los discos de ellos fueron editados en España y en Japón, y hasta el día de hoy me cuesta creer que no lo reconozcan que fueron y serán los embajadores de Entre Ríos”. El año 1972 fue crucial: apadrinados por Florencio López, ganaron el Pre Cosquín y luego obtuvieron el premio “Revelación” en el festival mayor, consagrándose definitivamente a nivel nacional. Su tema “Soy entrerriano”, que abría la cara uno de sus icónicos discos “Canto a Entre Ríos” (1974), se convirtió en el himno no oficial de la provincia y en su éxito más emblemático. Junto a “Juan del Gualeyán”, “Peoncito de estancia” y “Coplas Felicianeras”, estos temas formaron el repertorio que identificó a generaciones de entrerrianos dentro y fuera de la provincia. Guillermo Viola “Los hermanos Cuestas le dieron una personalidad increíble a la música entrerriana. Tal es así que la pusieron en la cúspide, en la cúspide de todo el folklore de nuestro país. En esa época era impensable que se abra Cosquín con música entrerriana. Siempre se abría con chacareras o gente de Tucumán, Salta… eran los dueños del folklore. Y ellos le dieron una personalidad avasallante… avasalladora… le dieron una personalidad a la chamarrita, a la música entrerriana. De tal manera que ese año, el año que hicieron el disco ´Canto Entre Ríos´, Cosquín los ovacionó de punta a punta”. Francisco Cuestas “Ellos vestían de gaucho, y hasta cuando a ellos lo llevan a Buenos Aires y empiezan a rodearse, hubo productores que les dijeron: no se vistan más de gaucho. Entonces, vistieron de esmoquin, con traje, con moño… para darle ese nivel que querían mostrar que no era una música para un baile, para el… porque el chamamé estaba identificado por ahí con el borracho, con la pelea, con los cuchillos. Entonces, ese era el problema de ese momento. Sacar, que no que no era solo para eso, el chamamé, por supuesto, es mucho más rico en un montón de cosas y no tiene que ver con eso. Con el tiempo lo fue logrando y, bueno, y en la actualidad el chamamé también es parte importantísima del cancionero nacional. Pero, la chamarrita, como era venida del Litoral, de la misma zona, imagínate que no sabían bien qué era Entre Ríos y Corrientes, era todo juntos. Entonces, por ahí la chamarrita podría haber sido lo mismo y había que darle esa identidad también hasta del vestuario ¡mirá lo que te digo!”. Carlos Denegri “Ellos debutan, la primera vez que suben al escenario. eso fue ahí en Paraná: el 12 de agosto del año 1958, como el ´Dúo Baqueano´. Era en conmemoración a un aniversario de la Asociación Verdiana, donde ellos cantaban. Luego, el 9 de noviembre del año 63, se hace por primera vez el Festival Nacional de la Canción del Litoral en Posadas, Misiones; que es donde yo digo que nació el canto alado de Entre Ríos, porque es cuando Rubén por primera vez en un escenario imita el canto de las aves. Fue tal la repercusión que tuvo eso, que van en el año 64 a Cosquín y ganan el festival de Cosquín. Pero, ¿qué pasa? Cosquín en ese momento no premiaba a los dúos, sino era a los conjuntos. Entonces, ellos ahí se radican en Buenos Aires y comienza… siempre… hasta ese festival de Cosquín… ellos fueron en el 64 como el ´Dúo Los Baqueanos´. A partir de ahí, ellos comienzan a presentarse como ´Los Hermanos Cuestas´, que se radican en Buenos Aires. Recorren las peñas que había en ese momento, qué sé yo… por nombrarte alguna, ´La Querencia´, ´Patio de Tango´, y los canales de televisión, ´Sábados circulares´ con Pipo Mancera, Canal 11, Canal 13, y ahí se fueron haciendo conocidos, ¿viste? Y comenzaron a mostrar la provincia”. Ismael Bejarano “Y estuve 20 años con ellos… Sí, sí… Después… así que te imaginás todo lo que vivimos, lo que conocimos. Realmente, te puedo contar millones de anécdotas y de cosas lindas… cómo yo, después de dos años de estar con ellos, viene el boom de ´Juan del Gualeyán´, ¿entendés? Entonces ahí se abrió otra puerta y era una cosa… lo simple lo que llegó a la gente”. Víctor Acosta “Para el que no me conoce, yo soy fundador de ´Las voces de Montiel´. Pero, antes de ´Las voces de Montiel´, en primaria tuve conjunto con mis hermanos, en secundaria tuve conjunto con mis hermanos, y cantábamos lo que podíamos… lo que podíamos. No teníamos… casi no teníamos identidad entrerriana para cantar en aquel entonces. Hasta que en 1977-78 llega Néstor Cuestas, siendo número 1 del país, a vivir a aquí, a Diamante. Y entre los aportes culturales que hizo para Diamante, fundó lo que se llamó ´La Peña la Chamarrita´, que estaba frente a la Plaza 9 de Julio, una de las plazas principales de Diamante, en un ex teatro. La Peña estaba en un ex teatro con palco, con todo, era con escenario, con todo… perfecto era el lugar… perfecto… un teatro, ¡era un teatro! Y bueno, ahí nos fuimos toda la gurisada de aquel entonces, fuimos a esa peña, no a actuar ni a hacer nada. Nosotros fuimos con el objetivo de aprender. Y eso nos enseñó el mismo Néstor Cuestas, que nosotros teníamos que aprender primero antes de salir a cantar a cualquier escenario. Para ello, nos empezó a traer, entre otras cosas, a sus amigos artistas. Nosotros hemos conocido a Linares Cardozo personalmente, a Víctor Velázquez… una vez lo trajo a (Luis) Landriscina, otra vez lo trajo a Orlando Vera Cruz, pero no a actuar… repito eso: no a actuar, sino a aprender y a contamos sus historias de carrera artística”. Roberto Romani “Los discos que grabaron ´Los hermanos Cuestas´ le permitieron, lógicamente, a través de los medios de comunicación de entonces, trascender los límites de la comarca, ¿no? ´El canto de los pájaros´, así abrieron las distintas grabaciones que hicieron muchas de ellas, que tuvieron enorme repercusión. ´De Entre Ríos al país´, ´Canto a Entre Ríos´, y digo esto y subrayo 1974 porque fue, sin lugar a dudas, uno de los grandes álbumes musicales de ´Los hermanos Cuestas´, con la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos, con el coro de la Asociación Verdiana y la dirección de (Luis) ´Lucho´ Servidio, la participación de Raúl Barbosa, entre otros, un disco memorable, ¿no? Después vendría ´Nacidos en Entre Ríos´, ´Invitación al vuelo´, ´Sonidos de la tierra´, ´Entrerriano y de a caballo´, ´El árbol de los pájaros´ o ´El concierto virginal´, por mencionar algunas de las obras que tuvieron mucha llegada al pueblo. Ya estaban definitivamente metidos en el corazón de los entrerrianos y las giras de ´Los hermanos Cuestas´ eran interminables. Las obras mayormente correspondían a autores muy queridos, muy respetados en la provincia, como Linares Cardozo, cuya obra trascendió a nivel país y mundial a través de ´Los hermanos Cuestas´, Santos Tala… podemos mencionar al gran Víctor Velázquez, interpretaron obras de Jorge Méndez, de Juan Carlos Mondragón, de Carlos Santamaría, de Ángel Vicente Aráoz, de Adolfo Cosso… Con Adolfo Cosso, el payador Adolfo Cosso de Gualeguay, tuvieron una amistad muy linda y fue así que entre los papeles de Adolfo había canciones bellísimas, algunas musicalizadas por Raúl Ponce, otras musicalizadas por Juan Carlos Mondragón y que después en las voces y los instrumentos de ´Los hermanos Cuestas´ tuvieron una enorme repercusión. Es decir, el canto del payador, lo que había generado el payador Cosso tuvo una enorme difusión a través de ´Los hermanos Cuestas´”. Para los migrantes entrerrianos que llegaron a Buenos Aires durante las migraciones internas de mediados del siglo XX, “Los Hermanos Cuestas” representaban un anclaje musical con su tierra natal. Su producción discográfica fue prolífica: “Canto a Entre Ríos” (1974), grabado con la Orquesta Sinfónica y el Coro de la Asociación Verdiana bajo la dirección de Osvaldo Requena, fue editado en España, Italia, Estados Unidos y Japón. “Sonidos de mi tierra” (1983) obtuvo Disco de Oro y Platino. Los reconocimientos se sucedieron: “El Racimo de Oro” en Mendoza, “El Ñandú de Oro” en Chile, “El Charrúa de Oro” en Uruguay, el “Discepolín de Oro” en Buenos Aires, el Premio Nacional de SADAIC, y la declaración como “Hijos Predilectos de Cosquín” y “Ciudadanos Destacados” de Paraná. Francisco Cuestas “Empiezan a encontrar la identidad. ´Los Hermanos Cuestas´, en el festival de música litoral, en el año 63, en Misiones, en Posadas, el festival nacional del litoral.Porque ahí es donde mi papá se enferma de la voz y, bueno, iba a toda una delegación de Paraná y a mi papá el médico… le dice a mi papá que no podía cantar. Le dijo ´yo voy a cantar igual´ y, bueno, ahí le dice a mi tío, mirá, vamos a cambiar el repertorio, vamos a hacer una canción de Linares como ´Los pájaros´, que dice… yo la voy a cantar a media voz, suavecito, y vos hacé el silbido de los pájaros y tápame. Y él no quería, mi tío, porque le parecía que era una payasada para ese momento, que a la gente lo iba a tomar a mal. Entre toda la delegación los convencieron y, bueno, suben al escenario, la gente prendía antorchas, mi tío se asustó por eso, pensó que estaban enojados y no, era porque eran los ganadores y ganaron el primer premio de esa delegación. Y a partir de eso se dieron cuenta que esa era la identidad que ellos necesitaban. Y, bueno, empezaron a incorporar canciones entrerrianas cada vez más, hasta que en el año ´72 logran ir a Cosquín… porque ahí se da el primer pre Cosquín. Ellos ganan el primer pre Cosquín de la historia del festival. Y, bueno, y ahí arrancó ya definitivamente la historia”. Guillermo Viola “El legado de los hermanos Cuestas para los músicos, los artistas, poetas, cantantes, de todos acá, fue muy importante. Porque no solo lo intangible respecto a la cultura, a todo lo que ellos aportaron, sino que también, por ejemplo, los músicos de la Sinfónica ganan lo que ganan porque ellos, gracias a ellos, nos aumentaron el sueldo. Recuerdo que estábamos en la orquesta y vienen los hermanos Cuestas a hablarnos, que querían hacer un disco con la Orquesta Sinfónica, el coro de la Asociación Verdiana, y querían hacer algo importante. Bueno, muchos músicos de la orquesta pusieron el grito en el cielo y dijeron: no, nosotros somos toda una orquesta sinfónica, no vamos a tocar música popular bajándole el precio. Pero, no, realmente no era así. No, no… porque aparte estamos nosotros, ganamos poco, le decían a él. Le plantearon, estábamos ganando yo, recuerdo que mi sueldo era el más bajo de la provincia. Era solista, pero tenía el sueldo más bajo de todos: categoría 1. Entonces, ellos dicen, sí, realmente son bajos los sueldos. Permítanme, yo voy a hablar con el gobernador o con el vicegobernador o quien sea, y voy a interceder por ustedes. Y así fue… Fue, habló con el vicegobernador, habló con el gobernador, hablaron con todos. Y el vicegobernador les plantea, le dice, mire, aumentarle a la orquesta, vamos a hacer lo posible. A ver, venga, y lo llamó al contador. Esto me lo contó Néstor y después me lo corroboró Francisco muchos años después, que se lo había contado Néstor también a él. Entonces viene y le dice, escúcheme, señor contador, lleve esto, los números, hay que hacer tal aumento a la Orquesta Sinfónica. Entonces viene el contador y le dice, mire, imposible, no se puede aumentar un peso, ¿no? Esto es imposible, no se puede llevar a cabo esto. Bueno, le dice el vicegobernador, mire, va a tener que llevarlo y va a tener que aumentarlo. Así que haga lo que sea, pero le aumenta a la orquesta esto. Yo quiero que Entre Ríos sea conocida, no solo por los pollos, por la carne, por el agro, yo quiero que sea conocida por su cultura también. Quiero que Entre Ríos exporte cultura. Y así fue. ´Los hermanos Cuestas´ lo consiguieron. Le dieron una personalidad a la música entrerriana avasallante, avasalladora. Era increíble como toda la gente los esperaba”. Carlos Denegri “Ellos en el 72 insertan Entre Ríos -como digo yo- en el mapa cancionero de nuestro país, y comienzan a mostrar la chamarrita, ¿viste? Obviamente, ahí es donde la chamarrita cobra fuerza y comienzan a grabar. Néstor escribe la primera chamarrita, ´Pájaro de mi flor´, que es la que graban en el año ´72 en el álbum ´El canto de los pájaros´, y ahí comienzan eso… Linares Cardozo a escribir más chamarrita, porque Linares no tenía mucha chamarrita escrita. Y ellos que comienzan a recorrer acá, como decía Néstor, a echarle nafta al auto, a salir a recorrer los pueblos, a incitar a los autores nuestros que escriban chamarrita. Y ahí surgen ¿viste? Ángel Vicente Araoz, Mondragón, Lindolfo Leiva, yo particularmente lo coloco a Carlos Santamaría, Víctor Velázquez que tenía muy pocas chamarritas empieza a escribir chamarritas también. Se comienza a recorrer el interior de la provincia buscando a octubre, que ya te digo, existían… lo que pasa es que como no estaba la música de Entre Ríos conocida, no eran conocidos, y eso fue lo que hicieron. Yo te digo la verdad: conocí a un Carlos Santamaría, a un Jorge Méndez, gracias a los hermanos Cuestas… hasta que ellos no graban en el año 80 ´Puentecito de la Picada´, yo no lo conocía a Jorge Méndez, ¿viste? Y ahí empecé a conocer… y como yo mucho, ¿viste? Y así la mayoría de la gente. Empezaron a a conocer a una cantidad de autores y de compositores que hay y había en Entre Ríos, ¿no es cierto? Ellos lo empezaron a buscar uno por uno y empezaban a hacer las grabaciones, o la hacían con ellos: le grababan los temas de hecho, ¿viste? Por eso te digo que la música estaba, no estaba mostrada, que fue lo que hicieron ellos, insertarnos musicalmente en el mapa cancionero de nuestro país”. Denise Lescano “Ellos fueron criados desde muy pequeños en un entorno donde se consumía el folklore y donde también inmerso en una naturaleza, tanto musical y sonora… que, sin lugar a duda, fue lo que los marcó como ´Los hermanos Cuestas´. Esto del silbido de los pájaros, que lo veo así desde la naturaleza contándonos a nosotros lo que significa vivir en nuestra región a través de la voz de ellos y del silbido tan característico de nuestros pájaros. Entonces, creo que eso hizo que adquieran una identidad tan fuerte y que uno hace raíz en su tierra y en sus costumbres. Por esto de que te digo, fue transmitido desde una forma muy natural… en tanto desde su entorno de familiares, como ellos siempre contaban, que siempre había una guitarra, siempre había canciones en sus reuniones familiares, como la identificación con nuestro monte, con nuestro río, con todo lo que nos rodea. Lo pudieron llevar a través de las canciones a los escenarios”. Víctor Acosta “Todo el espectro, el abanico de artistas del folklore entrerriano, nacimos de esa Peña de diamante. Por eso, hoy somos, es decir, sin quererlo, ¿no es cierto? somos protagonistas de la música entrerriana, los diamantinos, ¿no? Y en cuanto a lo personal, mi relación con la orquesta ha sido fundamental, porque yo antes de ser escritor exclusivamente, pude desarrollar mi vocación de escritor, siempre fui escritor, pero pude desarrollar mi vocación de escritor sin escribir libros, haciendo canciones. Para mi grupo, para ´Las voces de Montiel´, la mayoría de las canciones de ´Las voces de Montiel´, tengo el honor de ser el autor y compositor. Cuando digo autor y compositor, para el que no sabe, autor es el que hace la letra y compositor el que hace la música. Por eso, Sociedad Argentina de Autores y Compositores. Y bueno, un día Néstor Cuestas se acerca a mi casa en un auto último modelo, porque era número uno del país, y me dice: ´Nene´; porque nos trataba así a todos, porque éramos gurises, estamos hablando de 1980 y pico, después de la Peña de la Chamarrita, ¿no? En la Peña de la Chamarrita, vuelvo, hago un paréntesis, en la Peña de la Chamarrita un día estábamos los tres hermanos: Néstor Cuestas nos abraza y nos dice, ustedes a partir de ahora van a ser ´Las voces de Montiel´. Él nos bautizó ´Las voces de Montiel´”. Marcelo Madonni “Los hermanos Cuestas anteriormente, ya ellos por su lado, como dúo y una formación muy muy pequeña, ya habían…. cuando nosotros fuimos a Cosquín, ya habían triunfado a nivel país. Y ellos nos contaban lo que nosotros también vivimos en los años 2000, digamos, que cuando los Cuestas llegan a Buenos Aires, la música argentina, las otras provincias tenían mucha presencia, y Entre Ríos se quedaba corto. Nosotros cuando fuimos nos pasó exactamente lo mismo; quiere decir que 30-40 años después, la música entrerriana volvía a estar ausente o medio ausente o poco presente, mejor dicho, en los grandes festivales del país. Así que Cosquín, a nosotros ´Los musiqueros´ también nos abrió algunas puertas allá por fines de los ´90. Y a partir de ahí, bueno, creo que pudimos conquistar algunas cosas. Nos faltó mucho… nos falta mucho, y a los entrerrianos también. Así que bueno, aprovecho la oportunidad para convocarnos a que los entrerrianos sigamos peleando por lo nuestro y a los más jóvenes que ingresen a nuestra cultura”. Roberto Romani “Si tuviéramos que hacer una encuesta entre todos los televidentes, seguramente habría cantidad de temas. No nos pondríamos de acuerdo, porque hay tantos temas que fueron popularizados por ´Los hermanos Cuestas´ que sería difícil quedarnos con uno. Sin lugar a dudas, ´Soy entrerriano´ es una carta de presentación de cualquier entrerriano en el mundo: ´Entrerriano, para los que gusten paisano´. Bueno, las voces de los hermanos Cuestas, la Sinfónica de Entre Ríos, el coro de la Asociación Verdiana, arreglos de Raúl Barbosa, una cosa extraordinaria. ´Soy entrerriano´, una de las más bellas obras del gran Linares Cardoso. Pero, no le va en saga ´Copla Felicianera´, el Festival del Ternero, de la Fiesta Provincial del Ternero en Feliciano, como tantos otros espectáculos comienzan con esa hermosa chamorrita de Linares. O el ´Peoncito de estancia´, que es clásico también en su repertorio, donde se comenzó a lucir plenamente Rubén Cuestas con los silbidos imitando todos los pájaros de la tierra. Hablando de pájaros, viene un tema muy popular también llamado ´El amigo de los pájaros´, o aquel tema tan dulce, tan tierno, que se llama ´Ojitos color del tiempo´, una letra de Lito Pérez Cattaruzza… ´Canción a Puerto Sánchez´, del gran Jorge Méndez, que se nos fue el pasado 12 de octubre, o ´Juan del Gualeyán´. Dejo para el final porque esta sí es emblemática, ¿no? Yo he estado muchas veces en Cosquín, como ustedes saben, y cuando algún intérprete ha llevado al escenario ´Juan del Gualeyán´, todos cantan, todos silban, todos se adhieren a esta obra que realizaron Ángel Vicente Aráoz con música de Juan Carlos Mondragón. ´Los hermanos Cuestas´ impactaron con ´Juan del Gualeyán´, que hoy tiene cantidad de versiones. Pero, todas en las líneas de arreglos musicales de ´Los hermanos Cuestas´, que también gravitaron en el cine. Yo estaba estudiando en La Plata en el año 75 y por allí dice uno de mis amigos: vamos que se estrenan ´Los gauchos judíos´. La emoción de nosotros allá en uno de los cines pequeñitos de La Plata, de ver ´Los gauchos judíos´, basado en el libro de Alberto gerchunof, ¿no? … ´Los gauchos judíos´, que se presentó en 1910, ganó el premio nacional de literatura de aquel momento… Bueno… y por allí aparecían ´Los hermanos Cuestas´, y gran emoción cuando aparecen en la película, cantando en un escenario improvisado ´Los hermanos Cuestas´… Una gran alegría para todos. La vimos 2 o 3 veces porque queríamos seguir viendo detalles y, fundamentalmente, gozar de la actuación de ´Los hermanos Cuestas´, de Alfredo Zitarrosa, de distintos músicos y actores famosos que participaron en la película. Y después ´Los hermanos Cuestas´ intervinieron también en la película ´Mire que es lindo mi país´”. Ya en el nuevo milenio, tras más de cuatro décadas de carrera compartida, los hermanos Néstor y Rubén tomaron caminos artísticos separados. Néstor estuvo más cerca de “Los Musiqueros Entrerrianos” y los acompañó hasta que el 23 de septiembre de 2020 falleció en Paraná a los 76 años, por secuelas del Covid y así se puso un fin definitivo a la trayectoria del dúo. Su hijo Francisco Cuestas confirmó la noticia en las redes sociales con un emotivo mensaje: “Chau Pa! Volá alto! Más alto que nunca!”. Francisco Cuestas “La música de los Cuestas sin dudas que circuló por todo el mundo. Ellos no aceptaron algunos viajes porque mi papá tenía mucho miedo al avión. Así que invitaciones a ir a Japón y eso fueron desestimadas porque no le gustaba eso. De hecho, a la Argentina la recorrieron 2 o 3 veces en auto, en giras; no iban en avión. Al sur se iban 2 o 3 días de viaje más 2 o 3 días de vuelta porque las rutas tampoco eran… un desastre. Así que la música de ellos sin duda trascendió, tanto que hasta el año pasado una cineasta que está en Londres me pidió autorización para utilizar una canción de ´Los hermanos Cuestas´ para un documental que va a estar circulando por Europa, o sea… y otra cosa que me llama la atención es que en estos tiempos donde ellos ya hace varios años que no están en los escenarios, ves las plataformas de música y siguen creciendo los oyentes mensuales de ´Los hermanos Cuestas´, y vos decís, ¿cómo es esto? Cosas increíbles”. Ismael Bejarano “Por ahí, yo pienso, algo mío, yo pienso que por ahí a veces la envidia, el odio callado, que cómo puede ser que estos ´negros´ … ´negros que viven a la vuelta de casa´ hayan surgido y nosotros no. Vos sabés que yo después tuve, después que dejé ´Los hermanos Cuestas´, como estuve muchos años con ellos, voy a un concurso de la Banda de la Policía de Entre Ríos, para el bajo, gano, entro y estuve 34 años. Ya me jubilé, hice toda mi carrera ahí, pero me encontraba con todo esto. Yo nunca dije que estuve con ´Los hermanos Cuestas´, nada, que había estado en películas… nada, yo nunca dije nada, es decir, nunca me gustó chapear, siempre con humildad como me enseñaron ellos”. Guillermo Viola “Una anécdota, tengo varias, tengo varias una vez. Hicieron un asado grande en Feliciano y nos invitó a todos, como 80, 100, en Lázaro Blanco, y me dice, vamos a Lázaro Blanco, que hice un asado para todos, era un el Festival del Ternero. ¿Por qué? Yo prometí que iba a ser un asado. Pero ¿por qué prometiste? Yo prometí que cuando me comprara la casa iba a hacer un asado en Lázaro blanco, ¡y lo hizo! Lo hizo, éramos un montón de gente. Pero, aparte de eso, mientras estábamos grabando el disco en los Estudios Ion de Buenos Aires, era el estudio más grande que había en ese momento. La orquesta grababa. No solo el legado fue monetario para la orquesta, sino que la orquesta cuando se escucha, por primera vez se escucha en un estudio importante, escucha la grabación y dice, ¡Epa! Esos somos nosotros los que sonamos, y se quedaron entusiasmadísimos. Y al poco tiempo la orquesta empezó a sonar muy parecido a la grabación, que se escuchaba muy bien la grabación. Ahí también participaron Antonio Adri, músicos del Colón, Raulito Barbosa, al lado mío estaba Domingo Cura, con él toque yo… realmente fue importante… importante. Y ese día terminamos de grabar, un día que estábamos grabando, terminamos de grabar muy tarde. Yo iba a la mañana, veía la grabación del coro porque me gustaba, y estaban Rubén y Néstor mirándola y supervisando todo, detrás de los controles, Y a la tarde íbamos a grabar con la orquesta. Y se terminó muy tarde ese día, pues, había que grabar más temas. Pero, la orquesta se tenía que venir de Buenos Aires se tenía que volver a Paraná, al otro día. Y entonces hubo que grabar mucho, quedaba un solo día de grabación. Y me dice, Néstor, querés venir, nos tenemos que ir ahora a Pergamino, tenemos una actuación en Pergamino. Bueno, dale, voy con ustedes. Fuimos, pasamos por la casa, buscó la guitarra, bombo, todo, y salimos. Un Fiat 128 manejaba Rubén. Salimos con tiempo como para llegar bien, pero nos agarró una tormenta a los 20 minutos que no se veía nada, ni a un metro se veía. Era una cosa terrible. Menos mal que Rubén era muy prudente para manejar. Pero, bueno, fuimos y llegamos con una tormenta terrible a Pergamino. Y llegó… ´Los hermanos Cuestas´ llegaron tarde a la actuación, pero la gente no se había movido, estaban todos en el teatro. En esa época no había celular, no había teléfono, no había cómo avisar que se llegaba más tarde. No había de qué manera, y entonces llegaron, y empieza a protestar al organizador. Bueno, el organizador sube, bueno, vengan, que van a actuar. Sube el organizador y empezó a hablar muy mal de ellos. Empezó a decir que los Cuestas llegaron tarde y que no era culpa de él, y que ellos, venían y cobraban su cachet y se iban y había que pagarle uno por uno. Bueno, la cuestión que suben… Los hermanos Cuestas … silencio total… lleno, no cabía un alfiler. Y Néstor empieza a decirles, bueno, disculpen primero la tardanza, no fue culpa nuestra. Primero que había una grabación que venimos haciendo desde hace varios días, había más de 100 personas participando, no las podíamos dejar sin grabar. La Orquesta Sinfónica está participando, se tienen que volver a Entre Ríos… este, ya mañana es el último día de grabación y, bueno, este, y nos agarró una tormenta en el camino terrible, que está bien… está bien, se inundó por todos lados. Bueno, de todas maneras, no es que venimos acá, dice Rubén, por el dinero. Venimos por querer compartir nuestra música con ustedes y nuestro cachet lo vamos a donar a cualquier entidad de beneficencia que haya por aquí. El cachet lo necesitaban mucho en esa época, los muchachos, eran jóvenes. Y efectivamente, los ovacionaron, bajaron, donaron al cachet, trajeron un escribano público y lo donaron ante escribano. La gente los ovacionó, los amó. Ellos, vuelvo a insistir, eran muy generosos. Muy generosos”. Roberto Romani “Cantidad de anécdotas con ´Los hermanos Cuestas, de presentaciones, de largos viajes… Bueno, como decía anteriormente, tuve la suerte de presentarlos muchas veces, de compartir la intimidad, de presentarlo por primera vez a Francisco Cuestas cuando su papá Néstor lo invita a participar de los primeros espectáculos, que fueron los primeros escenarios que tuvo Francisco, hoy consagrado también en la música de Entre Ríos y del país. Y una anécdota muy linda porque en Larroque se realizaba un festival muy popular llamado ´Entre Ríos Canta´. Y ya habían estado ´Los hermanos Cuestas´ con gran éxito, así que la comisión del Club Central Larroque los volvió a convocar. Tenían que actuar a las 10 de la noche. Había llovido un poco, se compuso y estaba lleno el Club Central Larroque, esperando a todos… pero fundamentalmente a ´Los hermanos Cuestas´ que iban a actuar tempranito, 10 y media, 11 de la noche. Llegaba la hora, no estaban ´Los hermanos Cuestas´, entonces el presidente de la institución me dice: yo los voy a llamar -dice- algo ha pasado. Los llaman, estaban en Diamante en el festival, porque coincidía ese festival de Larroque con el Festival de Jineteada de Folklore de Diamante… Me dice, yo los voy a llamar. Llama no sé si a Néstor o a Rubén, y estaban en el festival disfrutando porque algún teléfono desenchufado hubo… el tema que no hubo conexión y ellos no estaban enterados o había cambiado el día, no sé… el tema que estaba lleno de público y ´Los hermanos Cuestas´ con sus músicos en Diamante. ¿Qué hicieron a esa hora? Se organizaron y llegaron 3 y media de la mañana. El problema fue contentar al público, así que hicimos improvisaciones, reunimos músicos de Larroque y los volvimos a invitar al escenario, y a las 3 y media de la mañana, sin que nadie se moviera de su lugar, llegaron ´Los hermanos Cuestas´”. La partida de Néstor Cuestas, conocido como “la voz de oro de Entre Ríos”, marcó el cierre de una era para el folklore entrerriano. Rubén continúa activo musicalmente, pero “Los Hermanos Cuestas” como dúo quedaron en la historia. Su legado permanece vivo en cada festival donde se escucha una chamarrita, en las calles y escenarios que llevan su nombre en distintas localidades entrerrianas, y en la memoria colectiva de un pueblo que los considera sus embajadores culturales más queridos. Víctor Acosta “Yo creo que debiéramos todos los músicos, en realidad, debiéramos tenerlos bien presentes siempre a los hermanos Cuestas… cantar siempre sus canciones, recordarlos siempre con mucha, obviamente, que fueron personas y tuvieron sus errores humanos, digamos… Y, bueno, y a veces los contemporáneos de los distintos artistas, ¿cierto? Los contemporáneos siembran mucha música, mucho espectáculo y todo… y siembran también algunos odios, ¿no? … Bueno, después de todo este tiempo, creo que esos odios habría que dejarlos de lado y aquellas envidias habría que dejarlas de lado y reconocer la obra que dejaron los hermanos Cuestas y Linares Cardozo ¿no es cierto? Y todos esos grandes cultores que nos han precedido, ¿no es cierto? Así que yo creo que va a ser difícil que se llegue, va a ser muy difícil que otro artista llegue al nivel que llegaron ellos, de conocimiento y de popularidad que llegaron ellos, que fueron -como repito- número 1 de los rankings de todas las músicas”. Ismael Bejarano “Otra cosa que quiero destacar. La cabeza que tenía Néstor era un adelantado, realmente era un adelantado porque todos dirán, ah sí, pero lo arregló Requena, lo arregló Cardi, lo arregló Fulano, Mengano. Y vos sabés que no era así. Por eso, ahora que se puede la posibilidad de contar toda esa historia en breve, los directores venían acá a Diamante. Néstor no sabía leer ni escribir música, muy poco la guitarra. Pero, el tipo tenía una cabeza así abierta. Le decía, yo quiero tal arreglo, y el tipo le tarareaba. Entonces, ellos lo buscaban con el piano. Lo escribían y así… yo quiero que acá, por ejemplo, cuando se grabó con la Sinfónica, el sapo que lo hagan las tubas, que suene como si fuese un sapo, ´po, po, po, po, po, po´ ... Toda esa imaginación que tenía y se armaban unas grabaciones impresionantes, de mucho nivel, hablando de 50 músicos con orquesta, coro, y después éramos 4 los que íbamos a tocar a Cosquín, a cualquier lado… 4 éramos. O sea, y la gente escuchaba los violines, escuchaba esto, aparte… unos artistas, ellos. Por eso digo que eran unos adelantados, porque arriba del escenario eran unos artistas. Manejaban el público como querían. Néstor manejaba el público como quería. Rubén, con su silbido, los atrapaba todos. Y después, el show que hacían ellos mismos… No, no… era una cosa que yo ahora, con mis 62 años, digo, qué grande que fueron, ¡qué grande! Y todavía no se le ha dado… Por ahí reniego y no quiero decir que ya estoy viejo y rezongón, pero por ahí digo que se le da auge a cualquier otro que no ha marcado nada. Y yo no tengo nada, no estoy en contra de nadie, Pero, por ahí dejamos los que han marcado una huella de la provincia de Entre Ríos, porque vos vas donde vaya, te dicen, ah, ¿ustedes son de Entre Ríos? Sí, es de los hermanos Cuestas. Y no tiene otro referente. Entonces, así, cómo se ha perdido eso. Por ahí dice, sí, pero fueron con Linares Cardozo, mi respeto para Linares. Fue un gran autor, punto. Porque si ustedes realmente conocieran, y si no busquen grabaciones viejas de Linares, que lo hicieron grabar los hermanos Cuestas, digo, sí, este tema… qué horrible. Y hecha por ´Los hermanos Cuestas´, la movilidad que le dieron, todos los arreglos que hicieron, era de otro planeta. No, no… por eso sigo diciendo que fueron unos adelantados”. Francisco Cuesta “Ojalá la historia que han marcado ´Los hermanos Cuestas´, el legado se mantenga… se mantenga no solamente a través de los cantores, de nosotros, de sus herederos musicales, que somos varios y varias. Pero, que también traiga un poco de sentido, de pertenencia a todos los provincianos, a todos los que están en organizaciones de festivales acá en esta región. Porque es importante que guarden un lugar en las programaciones de los festivales para que la música tenga esa visibilidad, que donde va la familia, donde el niño puede ver un artista haciendo música entrerriana y que tiene la posibilidad, que… bueno, esas cuestiones también a nivel a nivel de los gobiernos, que estemos… que nos cuidemos… que cuidemos eso porque es un patrimonio nuestro, porque a nosotros se nos hace difícil en otras provincias, porque ellos están defendiendo lo suyo. Entonces, no digo que no dejemos entrar a nadie porque no es así. La música no tiene frontera. Pero, sí que lo cuidemos, que guardemos un lugarcito en cada lugar, en cada festival, en cada fiesta, para que puedan estar los músicos entrerrianos mostrando lo que hacen con el valor que se le da a los demás”. Memoria Frágil: Los Hermanos Cuestas, esos embajadores de la chamarrita
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