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» Diario Cordoba
Fecha: 13/12/2025 00:55
Es tímido y discreto, uno de los personajes públicos más discretos que se mueven por la actualidad cordobesa; de hecho, rara vez se asoma a ella, estar está y mucho, pero se le ve poco. Lo que pasa es que hasta las personas más comedidas salen de su reserva cuando llega la hora, y ese es el caso de Juan Miguel Moreno Calderón, que estos días no para de ser noticia; aunque una se pregunta cómo se las ingenia este cordobés multifacético, con la trayectoria que lleva tras de sí y el presente que lo avala, para hacerse el hombre invisible. Pianista, catedrático, escritor, crítico musical de Diario CÓRDOBA desde hace más de tres décadas, académico numerario -a su mediación se deben cuantas actuaciones musicales ofrece la institución- y gestor cultural. Esto último, la administración de la cultura, es lo que lo pierde en el sentido casi literal de la palabra; porque se entrega tanto a ello, casi siempre entre bambalinas, que se ve obligado a abandonar sus otras pasiones. Y eso que la política le gusta lo justito, demasiada exposición para su sobria manera de ser. Aun así, quien había dirigido con brillantez el Conservatorio Superior de Música ha sido teniente de alcalde de Cultura en dos legislaturas, siendo alcalde José Antonio Nieto, y luego en el primer mandato de José María Bellido, aunque en esta ocasión duró en el cargo solo los tres primeros meses, porque las exigencias de la primera línea de combate pusieron su salud a prueba y la perdió. Se recuperó en sus cuarteles de invierno -siempre con música clásica de fondo- gracias a las clases, las investigaciones y a una de las medicinas que mejor le sientan, el Festival Internacional de Piano Rafael Orozco, que fundó y dirige, y cuya 23ª edición ha traído en noviembre de nuevo a Córdoba lo mejor del panorama pianístico actual. Pero el servicio a su ciudad en general y su amigo Bellido en particular volvieron a reclamarlo, y en junio de 2023 Juan Miguel Moreno volvió al Ayuntamiento no como concejal sino como asesor, que es una ocupación en la que se siente cómodo. Por aquellas fechas se creó para él la Coordinación General de Políticas Culturales, que abarca lo que se cuece al respecto en todas las áreas municipales. A ello acaba de sumarse el Comisariado de la Capitalidad Mediterránea de la Cultura y el Diálogo, que Córdoba compartirá en 2027, Año de Góngora, con la ciudad libanesa de Saida, un honor con el que resarcirnos de la gran decepción del 2016. Pero, sea lo que sea que ocupe su tiempo, Juan Miguel Moreno es ante todo amante del piano, aunque una lesión le obligara a abandonar su prometedora carrera concertística –tras ganar premios y pasearse por España y Europa- y le acercara a la enseñanza y la divulgación de la obra de otros. Hijo de la profesora del Conservatorio María del Valle Calderón, soprano e impulsora de corales que marcó época, Juan Miguel escuchó a los grandes maestros en su casa desde la cuna y aprendió a quererlos como algo propio. Por eso ahora presenta su último libro, Los pianistas que dejaron huella, editado por Berenice, como «un acto de amor a la música» que le ha merecido el esfuerzo de muchos años de estudio en archivos y fuentes fonográficas. En él narra, entre la información y la opinión, el siglo XX a través de los mejores intérpretes. Un total de 42 semblanzas -serán más en futuras entregas- que se leen y prácticamente se escuchan a modo de homenaje «a cuantos han dedicado su vida al piano -resume en el epílogo- y, con ello, a hacer más felices a los demás». Un puñado de retratos artísticos que ponen banda sonora a este melómano recalcitrante, aunque luego la vida le lleve por otros derroteros. *Periodista
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