12/12/2025 08:04
12/12/2025 07:55
12/12/2025 07:55
12/12/2025 07:54
12/12/2025 07:54
12/12/2025 07:53
12/12/2025 07:52
12/12/2025 07:42
12/12/2025 07:41
12/12/2025 07:41
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 12/12/2025 06:45
Ellas - Juli Castro Julieta “Juli” Castro es una de las creadoras de contenido y artistas jóvenes más visibles de su generación. Formada desde la infancia en actuación, canto y danza, comenzó a subir videos a internet cuando tenía apenas 9 años y encontró rápidamente un espacio propio en plataformas como YouTube, Instagram y TikTok. Su frescura, disciplina y talento para el baile y la actuación la convirtieron en una figura influyente entre el público adolescente, construyendo una comunidad fiel que la acompaña desde sus primeros posteos. Con el tiempo, su carrera trascendió las redes y comenzó a tomar forma dentro de la ficción y los escenarios. En 2025 dio un salto clave al convertirse en una de las protagonistas de Playback: Una somos dos, la serie musical de Disney+ en la que interpreta a Emma, un personaje que combina música, narrativa juvenil y el universo viral que la vio nacer. A la par del rodaje, Juli integra el equipo de Patria y Familia, programa que se emite por Luzu TV y realiza producciones musicales, videoclips y propuestas teatrales, consolidándose como una artista versátil capaz de moverse entre lo digital y lo tradicional. Hija de la actriz y bailarina Momi Giardina y del actor Diego Castro, Juli creció rodeada de estímulos artísticos, algo que reconoce como una influencia decisiva en su camino. Hoy, con una comunidad en expansión y una carrera que empieza a abrirle nuevas puertas, enfrenta desafíos propios de la exposición y la autoexigencia, pero también construye una identidad auténtica, lejos de etiquetas y expectativas externas. Juli: “Soy muy cursi, muy peliculera, muy romántica, todo en ese orden”. (Cristian Gastón Taylor ) —Bienvenida. —Muchas gracias, me encanta estar acá. Veo mucho los clips de las entrevistas en TikTok. —Generacionalmente sos más de TikTok que de Instagran, ¿no? —Sí, yo soy más de TikTok que de los reels de Instagram. Soy como muy adicta. De hecho, no sé cuántas horas debo tener en TikTok, pero son muchas. Muy intensa con TikTok... —A tus 22 años, ¿registrás que es una problemática el tiempo que pasamos en redes sociales? —Sí, lo registro. A veces me cuelgo y cuando veo la hora digo: “No puede ser que estuve dos horas en mi cama con el celular viendo TikTok, viendo videos de un perrito, de un bebe...”. O me levanto y lo primero que agarro es el teléfono... —Es una dinámica que muchos la tenemos incorporada. —Sí y me doy cuenta que todo tiene que ser rápido. Va un poco lento el video y lo acelero, le pongo por dos y después digo: “No, no. Hay que bajar la intensidad”. —¿Y cómo se logra equilibrar eso? Porque dijiste que eras una persona intensa. ¿Cómo se regula cuando ya tenés ese rasgo de la personalidad con toda esta hiperestimulación que tenemos alrededor? —Primero es registrarlo, saber que estoy siendo intensa. Igual yo soy intensa en todo. En el trabajo me meto y lo hago todo muy a fondo. Eso igual creo que está bueno. En el noviazgo también es positivo en alguna cosas, pero a veces no tanto. Soy muy cursi, muy peliculera, muy romántica, todo en ese orden. Y después, en TikTok me pasa lo mismo, o sea, con las redes, es como que voy a fondo. —¿Te pasó alguna vez que, en una relación, te dijeran: “Che, todo bien, sos divina, me encantás, pero manejás una intensidad…”? —¡Ay! Qué feo. Sí, me pasó. Pero porque soy muy cariñosa, muy de estar mandando mensajes. No todo el día, pero sí cada tanto me gusta saber del otro. Saber qué está haciendo en su día, si se acuerda de mí o que me mande una foto, un mensajito, algo. Y a veces me doy cuenta que es un poquito menos. Lo fui aprendiendo con el tiempo, pero me cuesta. Soy muy pesada (risas). Ahora me pasa en la relación que estoy ahora con Fausti, que lo amo, que por ahí a veces soy yo la que digo: “Bueno, nos vemos en unos días...”. —¿Fausti es intensity dos? —Sí, un poco sí (risas). Yo vivo sola y él está hace un año más o menos viviendo conmigo, pero no oficial. O sea, es mi casa. Pero él está los siete días de la semana durmiendo conmigo. Entonces, a veces le digo: “Che, mi amor, por ahí hoy durmamos separados”. “La gente siempre va a opinar; aprendí a reírme del hate y seguir mi camino”, expresó Juli Castro en diálogo con Luli Fernández. (Cristian Gastón Taylor ) —¿Y no se lo toma mal? —No, por suerte lo entiende. Cuesta a veces separarnos porque somos muy pesados, pero hace bien. Estar separados también es extrañarse, darse su espacio, su tiempo, está bueno... —Con esto que contás sobre la intensidad y tu forma tan efervescente de ser, ¿cuánto influyó el contexto en el que creciste: la exposición de tus padres en los medios y el hecho de estar desde chica cerca de canales y estudios? —Para mí en un 90 por ciento. Los acompaño a los dos desde que soy muy chica a los canales, a los ensayos, a los shows, a las obras de teatro, a los programas. Y siempre se vivió todo muy rápido. Corte, va de acá para allá, terminaban un laburo a las cuatro de la mañana y se iban a otro. Fui muy compinche siempre de ellos, los acompañé en todo el proceso artístico que tuvieron y cuando fui creciendo me di cuenta que yo quería lo mismo y siento que es también un poco lo que mamé de chica. Es lo que viví y lo que me gusta. Yo los veía y decía: “¡Wow! Cómo laburan”, porque es un trabajo muy duro también. Pero es lo que quería, estar ahí bailando, cantando, que me peinen, que me maquillen... —¿En algún momento sentiste que tenías que identificarte? Viste que quienes son hijos de personajes del medio reniegan a veces de eso y dicen: “Che, quiero lograr mi propia identidad”. ¿Te pasó? —Sí. El comentario de la nepobaby es muy común. Me pasó, pero yo lo tomo como algo bueno. Me dicen: “Vos sos la hija de momi”. Y yo respondo: “Obvio y con mucho orgullo”. Estoy agradecida de ser la hija de mi mamá y de mi papá. Siento que yo también estudio desde que soy muy chica, voy a clases de canto, de piano, de comedia musical, de teatro, de tap, todas las aristas posibles. Me gusta y también me formé más allá de lo que hacen mis viejos. Traté de formar mi propio camino, con ayuda de ellos obvio, pero yo desde los 9 años que subo videos a YouTube y hasta el día de hoy nunca frené ni un día, todos los días, constantemente. Yo era muy chica y ellos me aconsejaron mucho. Pero siempre me enfoqué en lo que yo quería y le metí a fondo a eso. Nunca dudé en querer ser a abogada, médica u otra cosa. —¿Cómo te llevás con las críticas? —Cuando empecé con los videos. Ellos me aconsejaron en su momento bloquear los comentarios negativos, porque siempre pasa… Me acuerdo la primera vez que subí un reel, creo que tenía 10 años, y me acuerdo hasta el usuario que me lo comentó: se llamaba cara de mono, claramente era un perfil falso. Y me comentó: “¡Ay! Qué creída”. Yo era muy chiquita. Lo vi y me puse mal. Y cuando papá y mamá lo vieron, fue como: “Por ahí estaría bueno que por un tiempo no subas más videos, bloquear a esta persona, dejar de exponerte”. Pero después ellos mismos se dieron cuenta de que esto iba a seguir pasando si era lo que quería y yo quería seguir subiendo videos. —Vos en ese momento, ¿qué respondiste? —Yo hacía lo que me decían mis papás, era chiquita. Pero ellos mismos se dieron cuenta de: “Che, esto va a seguir pasando”. O sea, la gente siempre va a opinar. Hagas algo bueno o algo malo. La gente está para criticar y no controlás lo que pueda hacer el otro. Entonces, fue ver la manera de banear a esa gente que me comentaba cosas feas, pero seguir haciendo lo que me gusta, porque si no era limitar lo que yo quería hacer por lo que diga la gente. —En definitiva fue un aprendizaje para la vida. Porque te pasa en cualquier contexto, aunque en las redes sociales es más exponencial. Pero también pasa en una oficina... —En la vida, obvio. Y desde ese momento aprendí, con mucha ayuda y con el ejemplo también de mamá, a reírme de lo que diga la gente. Hoy en día me hacen un hate o un comentario feo y saco el lado positivo, lo llevo al programa, nos reímos entre todos. Trato de sacarle algo lindo, porque es parte de esto, también. Cuando arranqué en Patria y Familia en el verano en Pinamar, me estaban matando en redes. Todo el tiempo era: “Nepobaby, hija de momi, estás ahí por esto, sos aburrida, sos creída, sos flaca”. Y yo dije: “Ok, ¿cómo hago para que no me destruyan en redes? Porque tengo que estar un verano entero en el programa”. Y, con ayuda de mi papá, agarré todas esas cosas feas e hice una canción. Cantándole a los seguidores y al programa un rap, un freestyle. Nunca más me dijeron nada. —Lo desactivaste totalmente. —Y es que dije: “Me voy a anticipar a todo lo que me puedan decir y lo tiro acá”. Nunca más me lo dijeron. Sueños de infancia y lágrimas en el set: el momento mágico que marcó la vida de Juli y la promesa de no rendirse jamás. (Cristian Gastón Taylor ) —La evolución tuya y de tu mamá en redes fue como de la mano. Más allá de que después cada una siguió su camino, hubo una sinergia al principio. Contame cómo surgió. —Sí, recontra. Yo siempre subí videos como más perfil bajo. Tenía poquitos seguidores y en pandemia explotó todo. Hacíamos muchos videos juntas y después le hice un TikTok a mamá. Empezamos a subir videos y sí se generó eso hermoso. Después de la pandemia y cuando ella terminó su unipersonal, fue su explosión. —¿Qué sentís que pasó en la vida de tu mamá que generó ese clic en donde ella pudo mostrar todo ese talento que tal vez sólo era conocido por el ambiente artístico, pero no tanto por el público en general? —Creo que son varios factores. Ella la peleó muchísimo. Hoy en día vos la ves y es recontra exitosa. Pero en su momento yo me acuerdo cuando la echaron del laburo, cuando no tenía ahorros porque realmente estaba sin trabajo. Ahí fue cuando arrancó con las redes y fue un impulso enorme para ella. También creo que fue muy clave la separación que tuvo, o al menos yo lo siento así. Estaba apagada, triste, deprimida, llorando, encerrada, la pasó muy mal y después de esa separación, pudo ser ella al 100 por ciento. Pero fue un proceso. Yo la vi tan mal. Creo que su peor momento de la vida y mi peor momento también porque verla así me hizo muy mal. Creo que despegarse de esa situación y sacar ese peso de encima para mí la hizo brillar más que nunca. —¿Y vos lo hablabas hoy en día con ella eso? —Sí. Ella estaba muy mal, muy triste, encerrada, en la cama, no quería salir, no tenía ánimos ni para hacer videos, nada. Y yo al principio intentaba hablar, sacaba el tema, charlábamos, se descargaba un montón conmigo y había días que yo llegaba del colegio y le decía: “Basta, dejá de llorar, te pido por favor, por vos y por mí, que te levantes, que te maquilles un poco, que te saques esa cara de llorar y que salgas a la vida, porque no se puede estar todo el día encerrada llorando”. Y un día que yo ya no podía verla más así, hablé con mi papá, con Vane y con Santi Talledo y ahí le dijimos: “Me parece que tenés que buscar una ayuda extra, un profesional que te ayude a estabilizar estas emociones que estás viviendo”, porque era muy fuerte. Fueron 15 años de pareja que estuvo y ese cambio es muy complicado. Y ahí ella hizo ese clic. Empezó con la psiquiatra, con medicación antidepresiva y demás... —O sea que ya estaba cursando una depresión. —Sí, sí. Y muy grave. Mi mamá es una persona súper histriónica, recontra alegre, siempre riéndose. Pero estaba en el fondo del mar. Así que fue muy feo para mí, para toda mi familia, los amigos, la gente cercana a ella. Horrible, la verdad. —Fuiste muy importante en todas esas decisiones que ella tomó. ¿Lo recuerdan juntas? —Sí, siempre. Me lo recontra agradece y siempre que nos pasa algo lindo lo compartimos juntas y tenemos esa charla madre e hija. ¡Ay! Me emociono (risas). Ahora verla brillar, cumpliendo sus sueños, tan luminosa, alegre, con gente que la rodea que es increíble, que la hacen sumar a lo que ella es, para mí es lo mejor. —Con este ejemplo pienso en cuán necesario es ser selectivo del entorno cuando uno empieza en el ámbito artístico, ¿no? Porque estás tan expuesto... —Es clave. Es la manera de encarar cómo te va a ir también, porque estar rodeada de gente que no te suma es tener todo el tiempo una bolsa de piedras que te tira para abajo y que quiere lo peor para vos. A veces es fácil estar cuando te va mal y cuando estás triste y llorando. Pero también cuando te va bien hay que estar atento a quién está ahí. —Cuando estoy llegando al final de las charlas, hago dos preguntas. La primera es si pudiesen tomarse un mate con la Juli de hace ocho, nueve o diez años atrás, en medio de todo este caos que estabas viviendo, ¿qué te dirías desde tu experiencia actual? —Que siga lo que siempre quiso hacer, que no baje los brazos, que por más que vaya a tres millones de casting ese día va a llegar, que todo es por algo y que todo a su tiempo te da lo que siempre esperaste, creo yo. Y que se mantenga la gente que sabe que le va a hacer bien y se aleje de la gente que no va. Que no se castigue cuando algo quizá no me sale. Yo era muy autoexigente, hoy en día también, pero antes me castigaba mucho. Y que siga para adelante, que se va a cumplir el sueño. —Y si pudieses sacar una foto del archivo de tu vida, elegir un momento y decir: “Lo quiero volver a vivir”. ¿Cuál sería? —Lo primero que se me viene a la mente es uno de los días de Playback, que grabamos la serie de Disney. Yo estaba en el set y tenía una escena que tenía que estar llorando y dije: “Voy a hacer lo que me salga y lo que me nazca”. Y en ese momento estaba parada mirando las cámaras, a mis compañeros de elenco, me veía vestida de princesa, como estoy en la serie en uno de los capítulos, y me dije: “Esto es lo que quise toda la vida. Estoy llorando de emoción porque esto es lo que quería la Juli de 8 años que iba a castear y que no quedaba”. Y estar ahí para mí fue un momento tan especial, tan mágico y tan único que lo reviviría mil veces. —Se acerca fin de año. Cuando levantes tu copa, ¿por qué vas a brindar? —Voy a brindar primero que nada por mi familia. Son mi sostén y soy su sostén. Por que sea siempre unida. Por mis amigas también, que son las que me bancan y siempre me acompañan. Me encantaría este año que arranca hacer show con Playback, estar en un escenario cantando las canciones. Quizás en un futuro sacar mi música, es a lo que aspiro. Y sobre todo salud, que es lo más importante. Este año 2025 fue el mejor porque tuve muchos sueños cumplidos. Pero vamos por más.
Ver noticia original