Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Un ancla para los precios de la soja

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 11/12/2025 15:03

    La soja determina el pulso de un mercado como Chicago en función de las compras chinas. Con fondos sumamente comprados, el riesgo es importante(Revista Chacra) Sigue siendo el mercado de referencia a pesar de que la agricultura estadounidense vive un momento complicado, con gastos que superan los ingresos posibles y a la espera de un pago puente por parte de la Administración Trump para tratar de salvar la ropa, al menos por unos meses. El republicano decidió volver a enfrentar a China, y eso tiene un alto costo para la soja producida en Estados Unidos. El mercado aludido es desde luego Chicago. Allí, la oleaginosa se debate día tras día para mantener las cotizaciones que la euforia del “acuerdo” con Beijing empujara durante el mes de noviembre. Por cierto, no lo está consiguiendo. Pragmáticos, los asiáticos saben que la soja brasileña es más accesible, y van cumpliendo sin prisa la promesa que le habrían realizado a Donald Trump –en realidad China nunca confirmó nada-, tratando de no empujar hacia arriba los precios, y aprovechando cada retroceso para anotar algunos buques. El problema con la movida del presidente de Estados Unidos es que China no está desamparada en la materia. Tiene un proveedor de soja virtualmente inagotable, Brasil, con quien ha trazado lazos indestructibles. Y se suma la Argentina, capaz de complementar al socio del Mercosur en esto de atender al gigante asiático. Algún analista ha afirmado que Beijing no necesita la soja estadounidense, y todo indica que es así. El representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, agregó más confusión a esta historia. Los plazos que deberían cumplir los compradores chinos tienen tres versiones (Reuters) La confusión que siembra el gobierno norteamericano no ayuda. El representante comercial, Jamieson Greer, dijo el martes a un subcomité de Asignaciones del Senado que la fecha límite para que China compre 12 millones de toneladas de soja estadounidense no es a fines de diciembre, como dijo la Casa Blanca, sino al final de la “temporada”. Poco antes, Scott Bessent había aclarado que “cuando Trump se refería a fin de año como fecha límite, en realidad estaba pensando en fines de febrero”. Se comprenderá la desconfianza que gobierna los sentimientos de los inversores. Queda claro que en la medida en que se eleve el precio de la soja estadounidense, se irá distanciando aún más del valor de la soja brasileña, tornándose no competitiva. Los chinos lo saben, y la dejan caer hasta que se pone a tiro. El mercado ha comprendido que hay un techo que difícilmente se supere. Los asiáticos tienen la sartén por el mango. A este cuadro se sumó la novedad referida a cambios en la política oficial hacia el sector agropecuario argentino. Aunque para el productor de estas pampas es insuficiente, el mercado de Estados Unidos tomó nota de la reducción en las retenciones recientemente anunciada por Economía, y lo considera un dato bajista (mejora la competitividad de los granos argentinos y estimula la venta del productor). La exacción a la soja pasa de 26% a 24%, y queda dentro de los menores DEX desde 2007; la tendencia a ir liberando el negocio es lo que desvela a los inversores estadounidenses. Hasta acá, las exportaciones de soja estadounidense tienen un déficit de al menos 8 millones de toneladas. No es gratis confrontar con los chinos. Deerfield AG Services en Massillon, Ohio, Estados Unidos. 7 de octubre, 2021. REUTERS/Dane Rhys/Archivo Un analista trata de infundirle ánimo al mercado. “Brasil no puede producir lo suficiente para abastecer a China por sí solo, y Argentina no puede compensar la diferencia. Por lo tanto, Estados Unidos sigue siendo una pieza fundamental a largo plazo en esta ecuación. Aun así, será crucial observar atentamente cuánta soja estadounidense acabará comprando China a finales de este año, y tendremos que esperar para ver si cumplen con los volúmenes prometidos para 2026 y 2027”. De nuevo, la fe en el proceso no es ciega ni mucho menos. Por ahora, el rescate del poroto en Estados Unidos ha quedado en manos del uso de su aceite para elaborar el diesel renovable, que viene generando números de molienda realmente formidables. La tenencia histórica se ha dado vuelta y hoy esta actividad supera en importancia a la exportación como grano. Por lo demás, Trump ha forzado convenios con Taiwán, Corea del Sur, la Unión Europea, Japón, Indonesia, Filipinas y Tailandia. Nada de esto sirve para cubrir el hueco que dejan los chinos. Por eso la soja ha acumulado desde que comenzó diciembre una verdadera colección de ruedas en baja, que determinó que perdiera USD 17 desde entonces. Si la comparación de realiza tomando el último pico del 18 de noviembre, la merma sube a USD 28. Es el precio del desencanto por cómo se están desenvolviendo las compras chinas. La evolución de los precios de la soja en Chicago exime de mayores comentarios. El encantamiento tras el encuentro entre Trump y Xi Jinping se ha desdibujado(CME) Este miércoles arrancó flojo en el nocturno Chicago, luego de un martes que venía para una nueva baja para la soja, pero el poroto terminó siendo rescatado por compras chinas. Estas llevaron el total anotado desde el encuentro entre Trump y Xi Jimping a unos 3 millones de toneladas formalmente registrados, un cuarto del volumen supuestamente prometido. La carga para la soja estadounidense es pesada e involucra buenas y malas en el reporte USDA de diciembre, el recorte de retenciones en la Argentina, lluvias beneficiosas en Sudamérica, las dudas que generan los chinos, y las contradicciones de la Casa Blanca. Si los asiáticos no retoman con ganas sus compras, es muy difícil que los precios vayan a recuperarse, y los bajistas seguirán hundiendo a la soja en territorio sobrevendido. Hasta acá, los despachos de soja estadounidense al exterior acumulan 12.89 millones de toneladas, un 45 % menos que en el mismo período de 2024/25 y el ritmo más lento en al menos 12 años. Y las ventas a exportación –hasta donde se conocen datos- totalizan 17.70 millones de toneladas, un 40 % menos que en el mismo período de la campaña previa y el mínimo en 17 años para esta fecha. Son números alarmantes. Se prevé que las exportaciones totales de soja de Estados Unidos a China este año sean las más bajas desde 2018, cuando comenzó la guerra comercial entre ambos países. Y vale aclarar que en los primeros 11 meses de 2025, las importaciones de soja de China aumentaron un 6,9% con respecto al año anterior, hasta alcanzar los 103,8 millones de toneladas, según datos de aduanas. Los asiáticos siguen comprando mucha soja, pero no en Estados Unidos. Los chinos vienen anotando soja estadounidense, pero los volúmenes acumulados no entusiasman al mercado, desencanto que se refleja en los precios REUTERS/Florence Lo/Ilustración El cuadro tiene otros condimentos. Las procesadoras chinas reúnen los mayores stocks de soja de los últimos 8 años, una razón más para que el incentivo a comprar el poroto estadounidense resulte intrascendente, a menos que los precios sean muy atractivos. “Los asiáticos tienen actualmente una participación en las exportaciones de soja de Brasil históricamente alta, comparable solo a la de 2018, cuando el presidente Trump inició la primera guerra comercial con China”, advierten destacados economistas de la Universidad de Purdue. “La diferencia radica en que, desde entonces, la producción de soja de Brasil ha aumentado un 40%, lo que significa que los volúmenes actuales son mucho mayores”. Con las compras chinas en Estados Unidos sumidas en el desconcierto, el gran driver que viene es el clima en Sudamérica, región que es dueña y señora del negocio global de la soja. La lupa está sobre La Niña, que ya se encuentra entre nosotros; los climatólogos esperan que pronto empiecen a verse señales en este sentido. Hasta acá, es solo una referencia teórica.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por