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  • La reforma laboral dejó afuera cambios en las cajas sindicales y descomprime la tensión con la CGT

    Paraná » 9digital

    Fecha: 11/12/2025 14:47

    El presidente Javier Milei regresó al país y en su primera actividad oficial firmó el proyecto de reforma laboral que será enviado al Congreso para su tratamiento en sesiones extraordinarias. El texto fue ajustado en las últimas horas, en medio de negociaciones informales con la conducción de la CGT y de debates dentro del propio Gabinete. La versión que llegó este jueves a manos del Presidente -el texto lo esperaba en manos del jefe de Gabinete, Manuel Adorni, en las oficinas de Aeroparque- no incluye uno de los artículos que había generado más rechazo dentro del sindicalismo, vinculado al régimen de aportes y cuotas solidarias. Ese gesto fue interpretado como un intento del Ejecutivo por bajar el nivel de confrontación antes de que la iniciativa ingrese al Congreso, donde se anticipa una discusión intensa. “Por el crecimiento con prosperidad, por más trabajo y para que Argentina sea grande nuevamente, ¡viva la libertad carajo!”, sostuvo Milei luego de firmar el documento. Así se desprende de un video difundido por la cuenta oficial de Presidencia, musicalizado por la canción “Back in business”, de AC/DC. Reforma laboral: qué cambió el Gobierno del proyecto inicial La Casa Rosada había postergado la publicación oficial del texto a la espera de definiciones. La demora no respondió a cuestiones técnicas, sino a la necesidad de ordenar un frente político que comenzaba a mostrar tensiones. Con el punto más cuestionado fuera del articulado, el Gobierno busca garantizar que el debate se concentre en el resto de los cambios que aspira a impulsar. El documento final que rubricó el Presidente, al que accedió Ámbito, suma 71 páginas organizadas en 26 títulos, e incluye un capítulo específico dedicado al régimen patrimonial de las organizaciones sindicales. En ese apartado quedó descartado el cambio sobre la cuota solidaria, el punto que la CGT había objetado con más fuerza. Aun así, el Gobierno mantuvo una modificación sensible: a partir de la reforma, cualquier descuento sindical requerirá la aceptación expresa del trabajador y deberá contar además con la autorización de la Secretaría de Trabajo antes de ser aplicado. El artículo 137 del proyecto precisa que los empleadores podrán retener, en nombre de los gremios con personería, las cuotas de afiliación, pero solo si existe el consentimiento individual del empleado, un acuerdo entre las partes y una resolución de la Secretaría de Trabajo que habilite ese mecanismo. En paralelo, desde la central obrera reiteraron que la retirada de ese artículo no implica un aval a la reforma. Dirigentes de la CGT comunicaron públicamente que mantienen su preocupación por el impacto que la propuesta podría tener sobre la negociación colectiva y sobre las condiciones laborales en general. También insistieron en que cualquier modificación al régimen de derechos adquiridos debe discutirse con seriedad y amplitud. Desde el Gobierno sostienen, en cambio, que la iniciativa busca modernizar el sistema laboral, promover la creación de empleo formal y reducir litigiosidad. Funcionarios cercanos al Presidente remarcan que el objetivo es “adecuar la normativa a la realidad del mercado de trabajo”, aunque reconocen que algunos artículos debieron ajustarse para evitar que la discusión se desborde antes de comenzar. El debate dentro del oficialismo también estuvo presente. Sectores más duros advertían que ceder ante la presión sindical podría diluir la identidad del proyecto original, mientras que otros planteaban que sin un piso de acuerdos básicos el trámite parlamentario se volvería inviable. La exclusión de los artículos conflictivos fue, finalmente, la salida elegida para ordenar la agenda. Con la firma presidencial, el proyecto queda listo para su envío al Congreso. El Gobierno espera que el tratamiento comience en los próximos días, con el objetivo de avanzar antes del cierre del período extraordinario. Sin embargo, la negociación será compleja y requerirá de aliados parlamentarios para garantizar un dictamen favorable. La CGT, por su parte, sigue evaluando sus próximos pasos, que terminarán de definirse este jueves al mediodía, en una reunión de su consejo directivo. Aunque por ahora no anunció medidas concretas, no descarta movilizarse si considera que el texto definitivo afecta derechos esenciales. La central entiende que el Congreso será el ámbito donde debe darse la discusión, pero ya se prepara para incidir en el debate político. En términos generales, la reforma laboral firmada por Milei abre una nueva etapa en la relación entre el Gobierno, los sindicatos y el Congreso. Con un capítulo conflictivo removido, el oficialismo apuesta a ordenar el escenario para un tratamiento legislativo que, aun así, promete ser uno de los más sensibles del año. Fuente: Ámbito

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