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  • Pulso y frecuencia cardíaca: en qué se diferencian y por qué ignorarlo puede ser un riesgo

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 11/12/2025 08:54

    La Cleveland Clinic explica que pulso y frecuencia cardíaca no son lo mismo y advierte sobre su confusión frecuente (Freepik) La confusión entre pulso y frecuencia cardíaca es común y se ha visto incrementada por la popularidad de los dispositivos de monitoreo personal. Aunque estos términos suelen usarse de manera indistinta, la Cleveland Clinic advierte que sus diferencias son importantes y que existen condiciones médicas en las cuales pueden no coincidir, por lo que la evaluación profesional resulta fundamental. ¿Qué diferencia hay entre pulso y frecuencia cardíaca? El Dr. Ayman Hussein, especialista en electrofisiología cardíaca de la Cleveland Clinic, aclara: “La respuesta corta a esta pregunta es no, no son lo mismo”. Ambos se miden en latidos por minuto, pero reflejan procesos distintos: Frecuencia cardíaca: indica cuántas veces el corazón se contrae en un minuto. Pulso: representa el número de veces que las arterias se expanden y contraen por el paso de la sangre tras cada latido. Lo que se siente al palpar el pulso es la respuesta de las arterias al flujo sanguíneo generado por el corazón, no la contracción directa del órgano. La fibrilación auricular y la insuficiencia cardíaca pueden provocar que el pulso sea menor que la frecuencia cardíaca real (Imagen Ilustrativa Infobae) ¿Cuándo ambos valores coinciden y cuándo no? En situaciones normales, pulso y frecuencia cardíaca suelen coincidir. Por ejemplo, si el pulso es de 70 latidos por minuto, se espera que la frecuencia cardíaca también sea 70. Sin embargo, ciertas condiciones pueden alterar esta correspondencia. El Dr. Hussein destaca que la diferencia surge cuando el corazón no bombea con suficiente fuerza y no todos los latidos producen ondas de pulso detectables en las arterias. Entre las situaciones clínicas en las que esto ocurre se encuentran: Fibrilación auricular. Latidos rápidos y desorganizados, que a veces no generan una respuesta palpable. Insuficiencia cardíaca. Debilidad del bombeo cardíaco, que puede producir pulsos imperceptibles. Contracciones ventriculares prematuras. Latidos adicionales que no logran mover suficiente sangre, por lo que no siempre se reflejan en el pulso periférico. En estos casos, el pulso puede ser notablemente menor que la frecuencia cardíaca real. Sin mediciones precisas, este fenómeno puede pasar inadvertido, especialmente al usar monitores domésticos. Limitaciones de los dispositivos y la importancia del control médico En condiciones normales, pulso y frecuencia cardíaca coinciden, pero ciertas enfermedades cardíacas pueden alterar esta relación (Crédito: Freepik) El Dr. Hussein relata que algunos pacientes llegan preocupados por ver cifras bajas en sus dispositivos, como una frecuencia cardíaca de 30 latidos por minuto. Estudios posteriores revelan que el ritmo cardíaco es normal, pero existen latidos adicionales que no generan un pulso lo suficientemente fuerte para ser detectado por el reloj u otro dispositivo. La Cleveland Clinic enfatiza que los dispositivos de uso doméstico pueden medir frecuencia cardíaca o pulso, pero que no siempre distinguen entre ambos. Algunos equipos monitorean el pulso (la señal que emiten las arterias) y presentan ese resultado como si fuera la frecuencia cardíaca, lo que puede inducir a errores o alarmas innecesarias. Por eso, si hay dudas o cifras inesperadas, la consulta profesional es indispensable. ¿Cómo medir correctamente el pulso y la frecuencia cardíaca? Para obtener una medición manual del pulso, el especialista recomienda usar la muñeca. El procedimiento consiste en: El pulso refleja la expansión de las arterias tras cada latido, mientras que la frecuencia cardíaca indica las contracciones del corazón por minuto (Imagen Ilustrativa Infobae) Colocar la mano con la palma hacia arriba. Buscar el surco radial con los dedos índice y medio. Presionar suavemente hasta identificar el pulso. Contar las pulsaciones durante 30 segundos. Multiplicar el resultado por dos para obtener los latidos por minuto. Para determinar la frecuencia cardíaca exacta, se deben usar el electrocardiograma, capaces de registrar e interpretar las señales eléctricas del corazón. Actualmente, existen opciones portátiles, pero siempre es aconsejable elegirlas bajo la orientación del equipo médico. Cuándo consultar a un especialista Aunque en la mayoría de los casos ambos indicadores coinciden y no hay motivo de alarma, pueden divergir ante ciertas enfermedades cardíacas, como subraya la Cleveland Clinic. La diferencia entre pulso y frecuencia cardíaca puede revelar problemas que solo un profesional de la salud está calificado para evaluar. La Cleveland Clinic aconseja consultar a un especialista ante discrepancias entre pulso y frecuencia cardíaca o resultados inesperados en monitores (Imagen Ilustrativa Infobae) La institución recomienda mantener el monitoreo cotidiano como herramienta de control, pero nunca reemplazar la asesoría médica, por lo que indican los aparatos electrónicos. Si aparecen dudas, cifras extrañas o ansiedad frente a los resultados, la consulta médica es el mejor camino para interpretar correctamente los datos y evitar preocupaciones innecesarias. El auge de la tecnología en salud permite un acceso sin precedentes a la información personal, pero también exige conocer las diferencias entre los indicadores y acudir a médicos ante cualquier irregularidad. Entender el significado de pulso y frecuencia cardíaca es un primer paso fundamental hacia un mejor autocuidado.

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