12/12/2025 23:56
12/12/2025 23:55
12/12/2025 23:54
12/12/2025 23:53
12/12/2025 23:50
12/12/2025 23:50
12/12/2025 23:50
12/12/2025 23:46
12/12/2025 23:43
12/12/2025 23:41
Colon » El Entre Rios
Fecha: 11/12/2025 06:30
estamos cayendo en paralogismos. Esta falacia es una suerte de autoengaño, un error casi involuntario, sin maldad. Consiste, por ejemplo, en pensar que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. Si mi enemigo es la dictadura argentina, y el enemigo de la dictadura es Inglaterra, ¿yo soy amigo de Inglaterra? No. Si mi enemigo es Inglaterra y su enemigo es la dictadura, ¿estoy con la dictadura? No. Lo cierto es que la vida es más compleja, no se reduce a dos opciones. Juego milenario Atención Esta imágen puede herir su sensibilidad Ver foto Compartir imágen Manga ñembosarái, entre los guaraníes, mucho antes de los registros del fútbol en Inglaterra como tantas veces, el enemigo de mi enemigo no es mi amigo. Los deportistas dedicados al fútbol, un juego surgido en nuestro territorio hace siglos y conocido por manga ñembosarái, me recuerdan a los tordos músicos, con sus melodías colectivas, qué belleza. Los dirigentes que se apropian del negocio del fútbol y ocultan papeles y acumulan capitales y maltratan a cualquiera que se les pase, me recuerdan en cambio a las “aves de pico encorvao” que inmortalizó Martín Fierro. Están en las antípodas. Pero el fútbol es la melodía, es el concierto, no es la cloaca.Tiene el fútbol, muy a favor, un mar de entidades intermedias fundadas y sostenidas con tremendo esfuerzo por miles, junto a otros deportes no menos alentadores. Lindo tejido social. Ojalá esos clubes sean promovidos, abonados, reconocidos, porque expresan la vida horizontal, comunitaria, bien lejos de la verticalidad despótica de la AFA y sus entuertos, hay que decirlo.Ahora: si nos oponemos a la tendencia privatizadora que amenaza a los clubes, ¿nos ubicamos junto a los Tapia? Si nos oponemos a las arbitrariedades manifiestas de los Tapia y sus secuaces, ¿estamos con la tendencia privatizadora?Los Tapia inventan, en el colmo de su impunidad, una copa según la cara del cliente. ¿Alguien con dos dedos de frente piensa que a esa copa de escritorio (que le regaló a Rosario Central) se la hubiera dado a Estudiantes? Ahora, si señalamos ese acto despótico como síntoma de una enfermedad grave, ¿entonces estamos haciendo “terrorismo”, como dice la AFA del miedo? Llamarle “terrorista” a una crítica, y denunciar a cada uno que critica, son modos de amedrentar. ¿Y quién precisa espantarnos, sino alguien que hace juegos sucios y no quiere gente cerca? Total, ni ganar ni perder un juicio hacen mella en la omnipotencia de los “dueños” del fútbol, y en cambio es fácil ver la presión que padecen periodistas que viven de su salario, obligados a defenderse. Distinto sería si ganar o perder un juicio se relacionara con ingresos y capitales ¿no? De los denunciantes y de sus testaferros.Por el sistema de coparticipación, en la Argentina ninguna provincia puede quedar sin recursos aunque un gobernador esté enfrentado con el presidente. Hay una base automática. El margen que queda suele ser usado para la “negociación”. Billetera mata galán. En la AFA del miedo, los premios automáticos son los más pobres de todo el continente. Eso, ¿no deja un amplio margen para blandir la billetera a gusto y placer? Empobrecer un club y luego tirarle el anzuelito del préstamo, con la financiera amiga… ¿Serán tan precarios, de verdad?Como los amigos ocasionales del presidente de la AFA del miedo gobiernan en la provincia de Buenos Aires y no en la nación, ni en la ciudad de Buenos Aires, la AFA del miedo cambió de sede, con la peregrina intención de evadir controles. Apenas los amigos pasen a gobernar la ciudad, y los adversarios la provincia, ¿la AFA del miedo volverá a su Sede? Causa risa.El manejo arbitrario de las decisiones ha provocado enojo en muchos hinchas. (Lamentamos que esas arbitrariedades hayan manchado a algún campeón del fútbol dormido en los laureles).Si le sumamos el acomodo de los árbitros según los gustos, las sospechas de amiguismos, estamos ante un panorama más que turbio. Y si le agregamos las relaciones con financistas turbios, y la cadena de testaferros que van apareciendo, todos estos tejemanejes naturalizados demuestran el poder peligroso de la AFA del miedo. Y qué decir de la relación de la dirigencia con la violencia de los barrabravas, capaces de atrocidades, y con los partidos políticos…Al señalar estos males, que influyen en el país dado el carácter popular del fútbol, podemos abonar la idea privatizadora que anida en algunos dirigentes. Y lo mismo a la inversa: si cuestionamos esta voluntad propia del neoliberalismo podemos hacer la vista gorda con la autocracia actual que, hasta que se demuestre lo contrario, tiene todos los síntomas de la corrupción.En cualquier caso,Lo que han hecho algunos presidentes de clubes, frente al mar de puteadas de las hinchadas contra el presidente de la AFA, no es fruto, en cambio, de un pensamiento dicotómico sino de un argumento retorcido para evitar que el patrón se incomode. Es complicidad, nomás. No busquemos eufemismos.Con la excusa de que lo “otro” es la privatización del club, aceptarán de Tapia cualquier arbitrariedad, como la han aceptado. Las hinchadas, en cambio, son auténticas y no entran en ese engaño.Ni privatizados ni tapialados, queremos al deporte y a los clubes con alta participación social, cruzado por la salud, por el arte, por el fútbol en suma; no vendidos a grandes capitales, a mafias, a financistas atornillados al poder bajo una máscara de “social sin fines de lucro”; no entregados a intereses ajenos al deporte. Tampoco con dirigentes que usan a la justicia para amedrentar a los periodistas. El acoso judicial contra los colegas es otro síntoma de la misma enfermedad de la AFA del miedo, y no hace más que resaltar las cualidades de algunos periodistas curados en salud.Veamos este fragmento de “Tesoro de la lengua guarní” que publicó Antonio Ruiz de Montoya hace 400 años (cuatrocientos). “Manga’i: árbol que da las pelotas que llaman de nervio… manga ysy la resina de que hacen las pelotas”. Luego dice: “Ñembosarái, ñemboarái: jugar”. Eso en 1639. Un siglo y pico después, en 1771, dos jesuitas explicaron el juego con una pelota elástica, de caucho, y con los pies; mientras en Europa se jugaba a la pelota con las manos.Los entrerrianos formamos parte del mundo guaraní. Si el manga ñembosarái se practicó en nuestra cultura, en nuestro territorio, es obvio que hubo canchas y pelotas y pelotazos aquí por siglos, desde antes de la llegada del europeo. Algo tendremos para decir sobre la apropiación desvergonzada de unos pocos, ¿no?¿Creerán los grandes capitales y los grandes cabezones que son dueños de algo? Si en verdad lo creen, festejaremos cuando se azoten.Los registros tienen cuatro siglos, el juego puede cumplir milenios. Los administradores del negocio son eso, administradores del negocio; los jugadores son millones en el mundo, algunos sobresalientes y por eso en nuestros corazones. Hoy: Messi, Cristiano, Mbapé, Dibu, Yamal, por nombrar algunos. Maradona, siempre. Ellos ganan partidos, ellos ganan copas, nos regalan sus artes. Los demás disfrutamos del juego y de los artistas. ¿Quién le dio cabida a la rapiña de estos fulanos, que hoy están recibiendo allanamientos en sus empresitas? ¿Quiénes se creen aquellos altaneros graduados en el atropello, y cuyos apellidos, obviamente, se nos escaparían si no fuera por las noticias judiciales?La pésima administración de la AFA del miedo, sus dirigentes envalentonados, patoteros, al lado de financistas ultra sospechados, evasores seriales, todo eso es lo que más promueve a las Sociedades Anónimas Deportivas -SAD-. El jefe de campaña proselitista de las SAD es el desbarajuste actual. Qué lamentable.Quienes respetamos y admiramos a los clubes, a esas instituciones que han dado salud, vida, deporte, con sacrificios personales y grupales, verdaderos modelos de vida comunitaria de los que se puede aprender mucho, no queremos ni una cosa ni la otra. Aquí,Hay decenas de opciones, decenas de caminos diversos, que nada tienen que ver con las privatizaciones ni con las arbitrariedades ni con la corrupción.
Ver noticia original