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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 11/12/2025 04:41
¿Cuál es cuál? Juana Libedinsky y la autora inglesa Jane Austen, que nació hace 250 años. Ella, la que habla ahora, se llama Juana, nació en Buenos Aires en 1973. Y ella, sobre la que Juana escribió un libro, también se llamaría Juana, pero se llama Jane, se llama Jane Austen, nació en el Reino Unido casi dos siglos antes que Juana la de Buenos Aires y es una de las grandes escritoras del siglo XIX, rabiosamente vigente con títulos como Orgullo y prejuicio. Juana y Jane son distintas, pero algo las une. Es un libro y se titula Queremos tanto a Jane. Juana Libedinsky -autora de ese libros- ha sido hasta ahora, sobre todo, periodista. Es argentina pero vive en Nueva York. Descubrió los libros de Austen de chica, en la casa de una tía inglesa. “Eran historias de mujeres inteligentes que encontraban el amor en una sociedad restrictiva, llenas de diálogos brillantes y finales felices. ¿Qué más se podía pedir?“, cuenta en su libro. Después de esa mirada sobre el amor, Libedinsky encontró otras cosas en Jane Austen: “Es una aguda observadora de la clase, el género y el dinero. Sus novelas están llenas de ironía: sobre el mercado matrimonial, las limitaciones impuestas a las mujeres, la hipocresía”, escribe. Se volvió fanática, especialista. Ya grande, ya en Nueva York, Juana encontró la “Jane Austen Society of North America”. Allí encontró otros como ella o más fanáticos: los “Janeites”. Ahí llamarse “Juana” valía pero ¿cómo lo pronunciaban? De cualquier manera. Hasta que el marido de Libedinsky encontró la fórmula: “Like marijuana, without the mari”. Sí, por como pronuncian en inglés, “Marihuana” se vuelve “Marijuana” y ahí es fácil “Juana”. “Ahora poder decir: ‘es Jane en castellano’, me da buena chapa. Bueno, a mis ojos me da buena chapa, al menos”. Queremos tanto a Jane Por Juana Libedinsky eBook $ 7,99 USD Comprar Libedinsky se ríe del chiste y está aquí para hablar de su pasión. -¿Por qué ese fanatismo a doscientos cincuenta años de su nacimiento? ¿De qué nos habla hoy? -Hay muchísimas explicaciones, una es que Jane Austen vivió, se murió muy joven, a los cuarenta y pico, no se casó, dejó nada más que seis novelas canónicas y la hermana quemó todas sus cartas o casi todas las cartas. Entonces no queda mucho rastro de lo que ella pensaba en la vida real. Solo queda este puñado de novelas que tienen elementos que pueden ser interpretados de formas radicalmente distintas. Algunos la ven como hiperconservadora, otros como una radical feminista, o como alguien que no está metiéndose para nada con la realidad del mundo y solo se concentra en lo que pasa en una pequeña aldea. Y están los que ven que en realidad todo esto es un simbolismo y hay señales muy evidentes de que en realidad se está haciendo eco de todo lo que pasa en una época tremendamente turbulenta como son las guerras napoleónicas. Juana Libedinsky dice que seguirá habiendo fanáticos de Jane Austen muchos años más. (Nicolas Stulberg) -Hay una Jane para cada gusto... -Podés encontrar lo que quieras en sus libros, pero también en su figura. Entonces, por un lado, es como un espejo de uno mismo. Lo que vos quieras encontrar lo podés encontrar pero, a la vez, nadie te lo va a certificar del todo. Y esa especie de enigma creo que es lo que da esta sensación de gran placer y felicidad porque encontrás lo que buscabas, pero con incertidumbre y hay que seguir buscando. -Algo que va más allá de los libros, hay performance, fiestas de época.. -Yo soy supersocial, hablo con las paredes y siempre pensé que el límite eran los libros: el único momento en que no estaba hablando con quien sea, con quien fuera, era cuando estaba con un libro sola. Y de golpe descubrí esta especie de secta. Cuando empezás a decir que sos superfanática de Jane Austen, en los lugares menos esperados ves que a alguien se le ilumina la cara y que empieza a decir: “Yo también, yo también”. Pero nadie sabe, en realidad, por qué te gusta tan desesperadamente. Están estos Janeites, pero no necesariamente atados a la letra sino a lo que Jane Austen puede simbolizar: una época tranquila, escapismo, vestirnos con cierta ropa... Una celebración por los 250 años de Jane Austen este enero en Gran Bretaña. (REUTERS/Suzanne Plunkett) -Me atrevo a pensar que puede haber hasta una reivindicación a futuro de la novela romántica, que hoy es vista como una novela de entretenimiento, pero quizás no estamos viendo todo lo que se puede leer ahí. Y Jane Austen sería un ejemplo de eso. -Y, además, algunas de los arcos narrativos típicos que leemos ahora tiene un origen muy marcado en Jane Austen, por ejemplo, el de “de enemigos a amantes”, que es lo que se ve en Orgullo y prejuicio. Pero El diario de Bridget Jones la serie Crepúsculo y hasta Cincuenta sombras de Gray, son todas variaciones de Orgullo y prejuicio. Una de mis favoritas que es Persuasión, una novela de las segundas oportunidades, algo que no funcionó pero no todo está perdido. Sobre eso se puede seguir reinventando tanto ... -¿Vos te encontraste inventando algo? -Lo pensé. De hecho, esa era la idea original que tenía para Planeta hacía muchos años y después me encontré que el espíritu periodístico gana, que al final lo que quería era reportar sobre no solo lo que la gente lee, sino toda esta cosa de este grupo de fans tan anteriores a cualquier otro fan. Encontré que existía esta señora que se llama Mirta Inés Trupp que vive en Las Vegas, pero es hija de un empleado de PanAm, entonces vivían entre la Argentina y Estados Unidos, que fue una vez al Museo Histórico Nacional y encontró un cuadro famoso de Mariquita Sánchez de Thompson, cuando tocan el himno por primera vez, y vio que todas las señoras estaban vestidas con corte imperio, como sacadas de cualquier película basada en un libro de Jane Austen, y todos los hombres estaban vestidos con estos bicornios en la cabeza. Y empecé a investigar y este Thompson tenía mucha conexión con toda la estructura anglo. Entonces, en esta novela Persuasión hay un momento en el cual el marino queda despechado y desaparece por-varios años y al final vuelve y se reencuentra con su amor. Entonces Mirta dijo: “Seguro que estuvo con los ingleses que estaban en el Río de la Plata y que fueron los criollos los que lo convencieron de volver”, y escribió un libro sobre eso. Juana Libedinsky con Guillermo Martínez y Tamara Tenembaum en la presentación de "Queremos tanto a Jane" en Buenos Aires. (RS Fotos) -Las películas reinterpretan a Jane Austen. ¿Cambia lo que cuenta, sus connotaciones? -Totalmente, si ves el primer Orgullo y prejuicio fue en 1940, durante la Segunda Guerra Mundial y después de Lo que el viento se llevó. como había andado bien Lo que el viento se llevó, usaron esa estética que parecía mucho más al sur de Estados Unidos que a la época de la regencia en Inglaterra. Y no es gente tan rica, es gente que se está viniendo a menos. En Orgullo y prejuicio específicamente porque son cinco chicas y hereda todo un pariente masculino. No pueden heredar las mujeres y parece que a ninguna la van a lograr casar, que era la forma de salir de una situación económicamente muy complicada en esa época. Pero hacen parecer que Inglaterra es muy civilizada, todo maravilloso, muy prolijo, estilizan todas las relaciones y la forma en que hablan los personajes. Lo que dicen los estudiosos es que había un objetivo político detrás, que era mostrar cómo Inglaterra era la civilización, porque había que convencer a Estados Unidos de meterse en la Segunda Guerra. Entonces esos eran los valores que Estados Unidos estaba entrando a defender. Y es totalmente distinto a cualquiera de las adaptaciones posteriores. -Hay un señalamiento de que las mujeres no pueden heredar y de alguna manera tienen que arreglárselas y casarse. Uno puede decir: la que se casa por conveniencia o la que se casa porque no le queda otra. A vos hubo gente que te hizo notar la relación entre esto y los inmigrantes que se casan por papeles. -Es muy fácil para nosotros decir: “Ay, qué horror, esta gente no se casaba por amor, cómo hemos evolucionado” y demás. Y de golpe, una directora de, de cine que es de la India pero vive en Estados Unidos me decía: “Mirá, muchos de mis amigos se están casando para conseguir el permiso de residencia”. Y de golpe, si uno trabaja en las artes, ¿sabés que es mejor que tu pareja no trabaje en las artes sino en algo que tenga un ingreso más estable, porque si no es muy difícil vivir en ciudades tan caras como Nueva York, donde, si estás en las artes, tenés las oportunidades de trabajo?" Entonces, sí, sigue habiendo casamientos “mejores”. Austen mostró una época en que se casaban por razones económicas, hoy por una visa. Un retrato de Jane Austen, la escritora que pintó una época y atravesó los siglos. -¿Vamos a tener una otra generación de fanáticas y fanáticos en treinta, cincuenta años, o ya está? -o creo que es irresistible, que está este misterio, que hay escapismo y a la vez altísima cultura que es lo contrario del escapismo porque nos hace reflexionar sobre las cosas más profundas, tanto del mundo como de lo cotidiano. Y con las nuevas manifestaciones, las redes sociales, creo que se va a potenciar. Ya este año, con el tema de los doscientos cincuenta años, hay como una especie de mayor morbo que se traduce en una enorme cantidad de actividades en distintas partes del mundo. Yo decía: “Ay, qué suerte que tengo, estoy en Nueva York, todas las semanas tengo un baile de Jane Austen o una conferencia, y de ahí me voy a Inglaterra y me tiro a llorar en su tumba...” Pero en Buenos Aires estaban haciendo en un colegio del Once una actividad con cientos de personas vestidas de época, un gran baile con las danzas impecablemente reproducidas. Y el mejor libro que traslada las historias de Jane Austen a otra sociedad y cultura, es uno que está hecho para el Pakistán contemporáneo. Entonces me parece que es imposible que falte. Soy de aquellas personas que lee y lee esas seis novelas que son increíbles, son para releer. Pero desesperadamente quiero más.
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