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Parana » ER 24
Fecha: 11/12/2025 03:06
“Es una lástima que Emanuel Gainza y Mauricio Colello se quemen con un Diego Lara que cobró 546 cheques truchos junto a su pareja» En el tablero político entrerriano, hay movimientos que desconciertan incluso a los más curtidos. La reciente cercanía —o, al menos, la convivencia estratégica— entre Emanuel Gainza y Mauricio Colello con el Presidente del Tribunal de Cuentas de Entre Rios Diego Lara vuelve a encender alarmas dentro y fuera del oficialismo. No por afinidades ideológicas, no por acuerdos de gestión: por el pasado incómodo y aún no aclarado del exlegislador, que arrastra denuncias y sospechas vinculadas al escandaloso manejo de 546 cheques irregulares durante su paso por la Honorable Cámara de Diputados con su título de kirchnerista bordetista. Diego Lara aparte de los 546 cheques truchos documentados con su firma que cobró junto a su pareja, se le suma el encajonamiento de varios expedientes de quienes robaron en nuestra provincia. Mientras Gainza y Colello intentan consolidarse como figuras de renovación y eficiencia, la sombra de Lara amenaza con tirar abajo cualquier intento de diferenciación. Porque, honestamente, ¿qué sentido político tiene apostar a la construcción de una imagen moderna mientras se abraza —aunque sea indirectamente— a uno de los casos más opacos de la administración entrerriana reciente? Un lastre que pesa El caso de los cheques no es una anécdota menor ni un expediente olvidado. Fue uno de esos episodios que dañan reputaciones, rompen confianzas y dejan heridas institucionales. Aunque Lara no fue condenado y la causa tuvo idas y vueltas, la sospecha quedó plantada como un árbol viejo: difícil de arrancar, imposible de ignorar. Por eso llama la atención que dirigentes que buscan posicionarse como referentes de “orden”, “transparencia” o “nueva política” permitan siquiera que su nombre aparezca en el mismo renglón. La pregunta es inevitable: ¿Quién necesita a quién? ¿Gainza y Colello apuestan al pragmatismo o simplemente subestimaron el costo político de quedar asociados a una figura tan controvertida? El riesgo de quemarse con fuego ajeno En política, la percepción lo es todo. Y hoy, la percepción que crece es que Gainza y Colello están asumiendo un riesgo innecesario, como si no vieran que acercarse a Lara es caminar con una chispa en un depósito de nafta. El potencial daño reputacional supera ampliamente cualquier rédito momentáneo, alianza táctica o cálculo de corto plazo. Porque cuando un dirigente que intenta despegar, modernizar o limpiar estructuras se arrima a alguien con semejante prontuario mediático y judicial, lo que se impone no es la explicación: es la sospecha. Una oportunidad desperdiciada Paraná y Entre Ríos atraviesan un momento en el que la ciudadanía exige claridad, coherencia y una dirigencia capaz de marcar distancia con las viejas prácticas. Sin embargo, esta foto —o incluso el simple rumor de articulación política— muestra lo contrario: una repetición de los movimientos que la sociedad rechaza. Gainza y Colello aún están a tiempo de replantear estrategias, pero si insisten en rodearse de figuras que arrastran causas, polémicas y reproches históricos, será difícil evitar el desgaste. Y más difícil todavía convencer al electorado de que representan algo distinto. Porque, al final del día, la política no perdona la ingenuidad. Y ponerse al lado de Diego Lara —aunque sea por omisión o necesidades coyunturales— es una decisión que tiene un único resultado posible: quemarse.
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