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  • “El conocimiento científico se multiplicó en Misiones en los últimos 15 años”

    » Elterritorio

    Fecha: 10/12/2025 23:25

    Radicada hace 40 años en Posadas, destacó la presencia de tres institutos en la provincia dependientes del Conicet, la importancia del cuidado ambiental, el rol de la mujer y lamentó el recorte para la investigación. “Todo es para la comunidad” miércoles 10 de diciembre de 2025 | 7:00hs. Area contó que trabajan con investigadores de otros países. Foto: daniela cortés María Cristina Area es la directora de la delegación Nordeste del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) desde donde se promueve y financia la actividad de investigación científica en las provincias de Misiones, Corrientes, Chaco y Formosa. Es la primera mujer misionera en acceder a ese cargo. Hace pocos días recibió una mención de honor en el Senado de la Nación por su trayectoria de más de 30 años realizando trabajo científico en Misiones, donde es una de las investigadoras pioneras en el desarrollo de biorrefinerías que aprovechan la biomasa forestal para obtener materiales y energía. En una entrevista con el El Territorio, la doctora Area destacó el crecimiento que tuvo en los últimos 15 años la actividad de investigación científica en la provincia y el impulso generado a partir de la creación del Instituto de Materiales de Misiones, el Instituto de Biología Subtropical y el Instituto de Estudios Sociales y Humanos, todos de doble dependencia de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Cuando te preguntan de dónde sos, ¿respondés de La Plata o de Posadas? De Posadas, obviamente. Hace 40 años que vine a vivir a Misiones y realicé toda mi carrera profesional y también formé una familia. Soy nacida en La Plata, pero después de recibirme de ingeniera química me vine a esta tierra en la que me siento muy local. Mis hijos y nietos nacieron acá. Misiones me ha dado todo y siento esta provincia como mi lugar. Sos la directora del Conicet Nordeste. ¿De qué se trata? Somos la Delegación Nordeste del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas que abarca Misiones, Corrientes, Chaco y Formosa, donde tenemos diez unidades ejecutoras, que son diez institutos con un plantel de investigadores y también de recursos humanos en distintas universidades. Somos un equipo de 850 investigadores científicos en esta parte del país. Y de esa población total de investigadores del NEA, ¿cuántos están en Misiones? En Misiones están 300 personas entre investigadores, becarios y personal de la carrera de apoyo. Y tenemos esa misma cantidad de investigadores en Corrientes. Y un total de 250 profesionales distribuidos entre Formosa y Chaco. Estos números también son una muestra del crecimiento exponencial de la actividad de investigación científica de Misiones, porque actualmente está con la misma cantidad que Corrientes, que tiene una trayectoria más antigua en este campo. ¿Cómo está la investigación científica misionera? En Misiones tenemos tres de las diez unidades ejecutoras de la región Nordeste del Conicet, que son el Instituto de Materiales de Misiones, el Instituto de Biología Subtropical y el Instituto de Estudios Sociales y Humanos. Y dentro de cada uno de estos institutos hay una gran gama de investigaciones en curso. Nosotros en el Instituto de Materiales de Misiones por ejemplo estamos estudiando muchos materiales a partir de los residuos de distintas producciones, como por ejemplo de la madera, celulosa y papel. También aplicaciones de distintos materiales para uso tecnológicos, para biomedicina, para aplicaciones ambientales. En el Instituto de Biología Subtropical hay aplicaciones para la genética, la medicina, la biodiversidad y en el Instituto de Estudios Sociales y Humanos mucha investigación de historia regional, en educación y en laboratorios de frontera por la importante cantidad de frontera que rodea a casi toda la provincia. Todos los proyectos de investigación que están en marcha en Misiones están relacionados con la realidad de la provincia. Son cuestiones concretas y puntuales. ¿Dónde se encuentran estos institutos misioneros y cuánto hace que están funcionando? El Instituto de Materiales de Misiones se inició en el 2010 y tiene tres sedes. Tenemos el grupo de Electrónica que está en la Facultad de Oberá. El grupo de laboratorio de tecnología de la madera que tiene sede en Eldorado y también estamos en Posadas en la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales. El Instituto de Biología Subtropical comenzó a funcionar en el 2012 y tiene sede en Posadas y en Puerto Iguazú. Y el Instituto de Estudios Sociales y Humanos se fundó en el 2015 y tiene sede en Posadas. Todos son de doble dependencia, porque dependen de la Universidad Nacional de Misiones y del Conicet. ¿La creación de estos institutos por parte del Conicet cambió el perfil científico de la tierra colorada? El crecimiento de la actividad de investigación científica que tuvo Misiones en los últimos 15 años es muy fuerte. Y la creación de estos tres institutos potenció esa expansión. Para dar una dimensión de ese crecimiento, en este momento Misiones tiene igual número de investigadores que Corrientes, que es una provincia que tiene una trayectoria mucho más grande con el Centro de Ecología Aplicada del Litoral (Cecoal) que es uno de los institutos más antiguos de la región. Por eso vemos un crecimiento geométrico de la investigación científica en Misiones. Y tenemos una base muy sólida porque los investigadores que fuimos el primer recurso humano de esos tres institutos misioneros ya veníamos haciendo investigación en la Unam, lo que dinamizó aún más estos organismos. Creo que actualmente hemos logrado armar una red muy sólida en materia de conocimiento científico. ¿O sea que hay un antes y un después de la creación de estos institutos en la ciencia misionera ? Sí. Porque Conicet no tenía mucha presencia regional en el país. Básicamente los institutos de investigación científica estaban en Buenos Aires o ciudades centrales. Y en el caso de nuestra región del Nordeste, existían sólo en Corrientes y en Resistencia. En Misiones no existía nada. Pero al mismo tiempo teníamos en nuestra provincia un creciente número de investigadores sueltos que trataban de avanzar en sus trabajos como podían, generalmente dentro de la Unam. En determinado momento se produjo una apertura del Conicet para la creación de institutos en todo el interior del país y ahí nacieron los tres Institutos misioneros. Hace unas semanas recibiste un premio otorgado por el Senado de la Nación por tu trayectoria al servicio de la ciencia en Misiones... Sí. Agradezco a los senadores misioneros que me nominaron para ese homenaje. Fue una hermosa sorpresa. Recibí un diploma de Mención de Honor al Valor Científico por parte del Senado de la Nación. Y estuvo dirigido a destacar el desarrollo de biorrefinerías para la generación de productos y materiales a partir de la biomasa. ¿Qué es la biorrefinería? Para entender el concepto de biorrefinería primero hay que saber que gran parte del combustible y de los materiales que usamos diariamente como los plásticos son hechos a partir de un recurso no renovable que es el petróleo. Y el lugar donde se producen esos productos derivados del petróleo se llama refinería. Por eso el concepto de biorrefinería parte de la idea de obtener biomateriales, bioproductos o biocombustibles, pero no a partir del petróleo, sino de recursos naturales renovables. Por eso el término ¨bio¨ hace referencia a una base biológica o renovable. ¿Y cuales son esos recursos naturales renovables? Hay muchos. Por ejemplo en una industria maderera se produce desperdicio como el aserrín, la viruta o las cortezas que son un recurso natural renovable desde los cuales podemos extraer productos para fabricar bioplásticos, adhesivos o aditivos alimentarios como un edulcorante. También a partir de la biomasa podemos generar energía. En Misiones tenemos mucho en materia de recursos, además de la actividad forestal, también podemos hacerlo a partir de la caña de azúcar. En la región sojera se trabaja a partir del aceite de soja. O en las zonas costeras con explotación de la actividad pesquera a partir de los residuos de mariscos. Eso depende del lugar donde te ubiques, la idea es siempre aprovechar el recursos natural que tenes a mano. ¿Es un concepto de producción ligado a principios ecológicos porque busca reutilizar desechos? Sí. Nuestro trabajo está muy ligado a la economía circular que busca minimizar los desperdicios y maximizar el uso de los recursos renovables, que es clave para el cuidado de nuestro medioambiente. Se trata de una bioeconomía, que no está basada en los recursos fósiles sino en los renovables. Es una forma de producción que busca sostenerse en el tiempo con actividades ambientalmente amigables, que a su vez contribuyan al desarrollo social y económico de las comunidades. ¿Y en esta mirada de una producción amigable con la naturaleza está en sintonía con la labor científica de otros lugares del mundo? En el Instituto de Materiales de Misiones estamos trabajando a la par de investigaciones que se están haciendo en distintas partes del mundo. Tenemos becarios e investigadores que están colaborando con España, Alemania y Finlandia. Estamos muy conectados con colegas de todo el mundo y a grandes rasgos estamos a la par. Por supuesto que los países que tienen más recursos destinados a las investigaciones pueden avanzar más rápido pero tampoco es que tengan una diferencia tan abismal con nosotros. Esa brecha se achicó mucho y estamos trabajando al mismo nivel que países reconocidos en este campo. ¿Qué ejemplos de estos bioproductos se están haciendo actualmente en Misiones? Tenemos mucho trabajo hecho en laboratorio que ya estamos listos para salir con aplicaciones concretas y hacer cambio de escalas. Y por eso estamos siempre tratando de acercarnos a las empresas para ver a quién le resulta interesante alguno de esos productos para generar la asociación y sacarlo del laboratorio. Estamos en plena etapa de transferencia de conocimiento. Un ejemplo de esto son los adhesivos para madera. Otro son los bioplásticos como las bolsas biodegradables realizadas a partir del almidón de mandioca. ¿Cómo lograr un punto de encuentro entre esta mirada ecológica de producir en un mundo consumista? Con educación. Hay una población adulta que ya no va a cambiar su filosofía de vida y de consumos. Pero la gran mayoría está compuesta por los más jóvenes y por las nuevas generaciones donde la conciencia por el cuidado del planeta tierra es un valor importante. Y por eso hay que trabajar mucho con los maestros y profesores de esas nuevas generaciones para apuntalar estas ideas. Estoy convencida de que con la educación desde los primeros años de la infancia se pueden lograr cambios fundamentales para el futuro de la humanidad en materia de producción de bienes y servicios que contemplen el respeto al medioambiente. ¿Qué lugar ocupa la mujer en este universo de las ingenierías y de la investigación científica? Hoy las mujeres estudian y trabajan a la par de los hombres. No se da esa diferencia que teníamos hace 40 años donde directamente las empresas no tomaban a mujeres ingenieras para ciertos trabajos. Y donde en las facultades de Ingeniería había 1 mujer cada 10 hombres. De todos modos la condición de mujer en el ámbito laboral siempre requiere de la ayuda de su entorno familiar. Del compañero que elijas, de los hijos. Los embarazos, las maternidades, el cuidado de adultos mayores, son experiencias tan fuertes en la vida de una mujer que requieren un acompañamiento de la familia para no abandonar el estudio y el trabajo. ¿Se sintió el achique y ajuste del gobierno nacional en el Conicet Nordeste? En tema financiamiento del Conicet Nordeste y sus unidades ejecutoras hemos podido mantener los gastos de funcionamiento de toda esa estructura. Hubo achicamiento en la cantidad de becarios que se fueron concursando en estos dos últimos años. Y hubo una reducción drástica de los concursos de ingreso a carrera. Donde más se siente el ajuste es en los recursos para la investigación, es decir en el financiamiento de los proyectos de investigación, que eso depende de la Agencia Nacional de Ciencia y Tecnología que históricamente fue el organismo que financiaba esas actividades, y que hace dos años que no financió ningún proyecto. Hay una crisis importante en materia de recursos para investigar. Ese es el lugar donde más se siente el recorte. Y también en la cuestión salarial que está más que relegada. ¿Es decir los investigadores que estaban siguen en carrera y el ajuste se siente en los nuevos ingresos? Sí. Para que te des una idea: los ingresos a carrera en el 2023 fueron de 800 postulantes en todo el país y actualmente se están presentando cerca de 400. Es muy marcado el ajuste en esta área. Y también tenemos gente que está esperando ingresar, que ya concursó y ganó su ingreso pero está esperando esa concreción. Porque eso se está dando pero a cuentagotas. Hay investigadores que aprobaron en 2022 y todavía están esperando su ingreso a carrera. ¿Qué hay de cierto en eso de que había mucha investigación que no sumaba al momento actual del país? ¿Que se investigan cuestiones superfluas como la orientación sexual de Batman? Te aseguro que en ningún momento, en ninguna de las disciplinas del Conicet hay investigaciones que sean superfluas. Independientemente del área que sean. Lo que se habló mucho en los medios de comunicación fue por determinados títulos que se le pusieron a algunos proyectos. Porque a veces los investigadores ponen títulos llamativos como gancho para que lean sus trabajos pero son sólo eso. Ganchos llamativos. Porque después las investigaciones en sí no son para nada superfluas, porque tienen que cumplir con los protocolos científicos. ¿Se busca limitar las becas para el área de investigaciones sociales? El último concurso de becas se dio en los temas denominados estratégicos para el desarrollo del país. Pero en realidad lo que se está haciendo es una reorientación de la investigación hacia algunas áreas o temáticas, pero tratando de no modificar las proporciones de ingresos en las cuatro grandes áreas del Conicet que son las Ciencias Agrarias, de Ingenierías y de Materiales, Biología y de la Salud, Ciencias Exactas y Naturales y Ciencias Sociales y Humanidades. Se busca la transdisciplinaridad o complementación entre estas áreas, de tal manera que las Ciencias Sociales y las Humanidades se integren a proyectos que sean prioritarios en este momento que vivimos. ¿Cuáles son las áreas de investigación más concurridas en el Conicet Nordeste? En nuestra región se da mucho todo lo referido a investigación aplicada, a diferencia de otras regiones más centrales del país donde abunda la investigación básica. Esto no quiere decir que en esta parte del país no hacemos investigación básica, pero en general la tendencia local es trabajar a partir de alguna necesidad concreta de la población, o en convenios con empresas y también con los gobiernos provinciales. Hay mucho contacto con las producciones regionales como la forestal, yerba, té, arroz. Y en el campo de la Biología sucede lo mismo porque es una región con enorme biodiversidad y grandes recursos naturales de agua y bosques. Y en cuanto a las Ciencias Sociales también hay una relación muy fuerte con las comunidades originarias, con las fronteras. Es decir, no se está investigando algo que no sea importante para la comunidad local. Perfil María Cristina Area Ingeniera Química Lugar de residencia: Posadas Título Universitario: ingeniera química (Universidad Nacional de La Plata). Estudios de posgrado: Doctorado en Ingeniería Papelera (Universidad de Quebec Canadá). Trabajo actual: directora del Conicet Nordeste. Directora del Instituto de Materiales de Misiones. Docente de la Universidad Nacional de Misiones (Unam).

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