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» Sunchalesdiaxdia
Fecha: 10/12/2025 04:06
La noticia marca un hito histórico para la provincia y para todos aquellos que han construido y enriquecido esta expresión artística a lo largo de generaciones: cantantes, compositores, músicos, productores y el público que ha hecho del cuarteto una forma de vida y un símbolo de identidad. El reconocimiento internacional destaca la importancia de su historia, sus prácticas asociadas al baile, la música y la letra, así como su profundo arraigo comunitario. La candidatura argentina contempló estos aspectos esenciales y fue evaluada por el organismo internacional en un proceso que incluyó revisiones técnicas y la presentación de información complementaria. La inscripción del cuarteto en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad reafirma su valor cultural, su vigencia y su capacidad de unir a las comunidades a través de una tradición artística única, representativa y profundamente cordobesa. La historia y relevancia cultural del Cuarteto El Cuarteto es un género musical bailable nacido en la ciudad de Córdoba en 1943, originalmente pensado para animar bailes populares. Su sonido combina expresiones criollas con géneros traídos por inmigrantes europeos, una mezcla que definió desde el inicio su identidad particular. Las primeras orquestas estaban integradas por piano, violín, acordeón, contrabajo y un cantante. En ese período, la participación de artistas como Leonor Marzano fue decisiva para su consolidación y expansión. La pianista Leonor Marzano. A partir de la década de 1960, el género incorporó ritmos caribeños, percusión afrolatina y secciones de vientos, lo que amplió su potencia sonora. El Cuarteto atravesó incluso la censura de la última dictadura (1976-1983) y logró sostenerse como una expresión central de la identidad cordobesa, con letras que suelen retratar, en clave picaresca, la vida cotidiana, el amor y la alegría. Los bailes siguen siendo multitudinarios: asisten familias y jóvenes, y se realizan en distintos barrios de la ciudad, con orquestas que suelen contar con ocho o más músicos. Entre público y artistas circulan señas manuales que identifican a cada barrio, reforzando la pertenencia comunitaria. También es conocido como tunga-tunga, onomatopeya que remite a su ritmo veloz en compás de 2/4, base que estructura la coreografía: a cada sílaba corresponde un movimiento de los pies. El baile puede organizarse en rondas o en parejas tomadas de la mano. Hoy, el Cuarteto es un rasgo identitario profundamente cordobés. Atraviesa fiestas populares, celebraciones barriales, estadios de fútbol y reuniones familiares. Es, al mismo tiempo, música, danza, letra, memoria afectiva y vida cotidiana: un patrimonio vivo que continúa reinventándose.
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