09/12/2025 18:51
09/12/2025 18:51
09/12/2025 18:50
09/12/2025 18:50
09/12/2025 18:50
09/12/2025 18:50
09/12/2025 18:49
09/12/2025 18:48
09/12/2025 18:48
09/12/2025 18:47
» Corrienteshoy
Fecha: 09/12/2025 17:44
La belleza y bendición de ser argentino Por María Antonia Galvaliz Y sí. ¡Somos así! Somos profundamente humanos y en esa humanidad aparece nuestra verdadera luz. También nos reinventamos a cada día. ¿Que es eso tan único que late en nosotros como argentinos? ¿Qué fuerza invisible nos lleva a pararnos una y otra vez, incluso cuando el camino todavía no existe o cuando nada parece claro diseñando futuro sin mapa ni instrucciones? A veces pienso que lo más hermoso de ser argentinos no está en lo grandioso ni en lo perfecto, sino en esos gestos simples, auténticos, espontáneos, amorosos con aroma a hogar que nos definen con maneras singulares teñidas de una silenciosa riqueza con espiritualidad. Los argentinos estamos acostumbrados a que nuestra puerta se abra generosamente para recibir a un invitado más aunque la mesa esté justa, porque conservamos la convicción íntima de que cuando se comparte alcanza, o tender una mano antes de que soliciten nuestra ayuda, o preparar un mate para alguien que está triste ofreciéndolo como quien entrega un pedazo de paz, confianza, calma, abrigo emocional, o al escuchar nuestra música se alivia nuestra alma conectando con algo muy nuestro que nos hermana y que sigue vivo con fuerza y pasión. Y sí ¡somos así! somos profundamente humanos y en esa humanidad aparece nuestra verdadera luz. Comprendimos alguna vez que lo que nos sostiene no es exclusivamente lo material, sino nuestro ritual compartido o modo de ser, nuestras tradiciones que acarician el corazón dándole más vida; valorando la familia, el encuentro, los amigos, honrando la memoria y respeto hacia nuestros seres queridos que ya no están, pero siguen con nosotros mediante su huella y ejemplo palpando su protección. Sabemos crecer incluyendo, haciendo lugar para otros, aprendimos a caminar con bruma de caras al futuro porque somos gente de fe y apostando a la vida dándolo todo para continuar y no rendirnos, y aunque estemos cansados nos levantamos. Claramente adquirimos una rara mezcla de pasión, intuición y ternura, sentimos profundo y sostenemos sueños que nos impulsan a empezar de nuevo porque en nuestro ADN está la capacidad de reinventarnos El ser argentinos está dotado de preciadas capacidades por ejemplo la de renacer en movimiento, de crear mientras avanzamos, de confiar en una brújula interna que no siempre razona, pero que siempre siente, una especie de alquimia emocional que convierte lo incierto en posibilidad, lo viejo en raíz fértil, lo ausente en inspiración. No nos asusta lo incierto, lo viejo, lo roto o la falta, porque los argentinos atesoramos un don: la sensibilidad de reinterpretar la falta como espacio sagrado, como lienzo en blanco y donde otros ven vacío nosotros vemos gestación, lo convertimos en oportunidad, en inspiración, en creatividad, en cimiento, en impulso y motivación, rehacemos belleza creando destinos y nuevos horizontes con identidad. Nuestra fuerza interior es un susurro que nos recuerda de dónde venimos, donde estamos y hacia donde elegimos ir. Evidentemente, somos un pueblo que se rehace permanentemente, que se expande, que vuelve a confiar en sí mismo aun habiendo atravesado tormentas, somos una energía que impulsa y que no se agota, una intuición que no se apaga, una esperanza que vuelve a levantarse cada mañana, somos una humanidad dando una actualizada forma al país, con una novedosa manera de pensar, una clara visión del mundo, sin cambiar el corazón y la esencia que nos define Nos caímos infinidad de veces, es parte del proceso del vivir, luego no sacudimos el polvo, hacemos terapia o curamos las heridas y mágicamente nos ponemos rápido de pie, apelando a nuestro conocido buen humor y usando el coraje que nos distingue. Para cerrar la nota, como argentinos destaco otra cualidad hermosa, necesaria y poco frecuente que tenemos y es esa capacidad de renacer. Nos reinventamos como la vida misma, no nos resignamos, transformamos el no se puede en veremos cómo y siempre encontramos atajos donde hay murallas. Reemplazamos la nostalgia en motor porque los argentinos somos una especie polifacética, versátil, integral e innovadora. Donde otros ven ladrillos, los argentinos vemos edificios. (*) IG Tona Galvaliz. FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz.
Ver noticia original