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  • Expertos marcaron un fuerte contraste entre la política agrícola de Estados Unidos y la Argentina

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 09/12/2025 07:27

    Tras el anuncio del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de un plan de ayuda por US$12.000 millones para los productores norteamericanos afectados por la guerra comercial con China, los especialistas consultados por LA NACION señalaron que esa medida, si bien compensa a los productores, mantiene la volatilidad global ante el lento avance de las compras chinas. También advirtieron que, mientras EE.UU. interviene para sostener a su agro, la Argentina aplica retenciones que le quitan recursos al campo. Para Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), la medida es un déjà vu de otras implementadas en la gestión anterior de Trump, pero llega en un momento de tensión en los mercados. “Los agricultores norteamericanos están muy enojados por todo esto. Ellos, que la pasan tratando de ir a China a fomentar el mercado, ven que todo esto ha traído a esta situación”, explicó. La demora de China en realizar mayores compras está deprimendo las cotizaciones. El gigante asiático había comprometido, según la administración norteamericana, adquirir 12 millones de toneladas de soja, pero por ahora solo lleva 2.845.000 toneladas. El precio registró una caída de casi el 3% la semana pasada. “Baja el precio porque China se está atrasando en comprar esa promesa que hicieron de los 12 millones de toneladas”, señaló. Sin embargo, Rossi ve una ventana de oportunidad para la región: “Esto crea una inseguridad general en todos los mercados, pero en el fondo de todo ayuda a Sudamérica a posicionarse como proveedor”. Rodolfo Rossi, presidente de Acsoja Para Rossi, en la Argentina es necesario “quitar la pata de encima al sector”. La soja paga un 26% de derechos de exportación. “Nosotros seguimos con un cuarto del precio que se paga de retenciones”, sostuvo. En la misma línea, Ignacio Kovarsky, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), trazó un paralelismo entre las políticas agropecuarias globales y la estrategia argentina. Recordó que hay países con una fuerte intervención estatal a favor de la producción, como Francia, Italia, Noruega o Suiza. También mencionó el caso de Estados Unidos, que actúa de forma favorable ante emergencias, ya sea en cuestiones de precios o frente a episodios como la guerra comercial con China. “Estados Unidos tiene un precio sostén que dispara un seguro estatal para que los productores no se fundan, porque entienden que la producción es fundamental”, detalló. Por el contrario, sostuvo que “la Argentina siempre fue un interventor negativo y todo lo que intervienen es para complicar la vida o con impuestos y burocracias que quitan rentabilidad”. Para el titular de Carbap, la falta de una política agropecuaria sostenida durante décadas deja al productor en desventaja. Ignacio Kovarsky, presidente de Carbap Aclaró que el reclamo de los productores no está fundamentado en pedir subsidios, sino en alcanzar igualdad de condiciones para producir: “En el futuro ojalá podamos discutir algo como los seguros agrícolas; en la Argentina todavía no está el acceso a créditos internacionales, todavía no podemos soñarlo, pero eso podría dar un poquito de estabilidad al agro argentino. No necesitamos tanta intervención como en otros lados, sí poder competir en igualdad con el resto de los países del mundo e internamente ser tratados como el resto de la economía argentina, empezando por quitar las retenciones”. Lorena D’Angelo, analista de mercados de AZ Group, señaló que la ayuda al productor estadounidense era una medida “muy esperada” por el mercado y por los propios agricultores, dado que los anuncios iniciales se habían realizado a principios de octubre, pero no pudieron concretarse por el prolongado cierre del gobierno federal. Explicó que, “para implementarse, el plan aún requiere la aprobación del Congreso y la definición formal de los fondos, aunque ya se conoce el origen de los US$12.000 millones previstos”. Según la analista, el impacto de la medida de Trump es bajista no solo para el mercado estadounidense, sino también para países competidores como la Argentina y Brasil. Al tratarse de un subsidio que compensa la pérdida de demanda generada por el conflicto comercial con China, permite al productor estadounidense sostener su producción aun con precios deprimidos. Esa dinámica, indicó, “ejerce presión a la baja sobre las cotizaciones internacionales y obliga a otros orígenes a igualar precios más bajos para seguir siendo competitivos”. Lorena D’Angelo, analista de mercados de la consultora AZ GroupArchivo D’Angelo recordó que Estados Unidos ha aplicado históricamente políticas de asistencia al productor en momentos de precios bajos o cuando decisiones propias afectaron su capacidad exportadora, como sucede ahora con la caída de compras chinas. Señaló que hoy el mercado cerró nuevamente en baja, afectado también por el escaso ritmo de compras de China, que hasta el momento mantiene un nivel insuficiente para cumplir el compromiso de 12 millones de toneladas de soja de EE.UU. La analista agregó que el mercado también operó bajo la expectativa de un nuevo informe mensual del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) que podría elevar los stocks estadounidenses debido a las demoras en las compras chinas. En cuanto al impacto para la Argentina, D’Angelo indicó que “el efecto es especialmente negativo, porque debe competir frente a una oferta estadounidense subsidiada”. Aunque el país no suele exportar grandes volúmenes de poroto, este año logró colocar 12,5 millones de toneladas en China en medio de la guerra comercial. Sin embargo, advirtió que esta situación podría limitar las oportunidades de venta hacia la campaña 2025/26, dependiendo de cómo evolucione el mercado.

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