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  • Una muestra de fe y superación personal: cuando la edad no importa para peregrinar en aguas abiertas

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 09/12/2025 06:44

    Los 451 nadadores en el arroyo Yaguarón para acompañar la imagen de la Virgen. La procesión acuática de San Nicolás de los Arroyos reunió a 451 nadadores en una jornada marcada por la fe, la solidaridad y el contacto con la naturaleza. El evento, que se realizó de forma gratuita, tuvo como eje la consigna “Brazada tras brazada, te invitamos a llevar nadando la imagen de María y a pedir junto a ella por la paz, la esperanza y todas las intenciones que lleves en tu corazón”. Tres kilómetros río abajo, una odisea que requirió entrenamiento y adaptación de nadar en este espejo natural. La procesión a nado se realizó de forma gratuita y convocó a participantes de distintas edades, con predominio de la generación silver. La actividad, que coincidió con el 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción, fue un espacio de encuentro intergeneracional y de profunda devoción mariana, en el que la comunidad también aportó alimentos no perecederos para el comedor Inmaculada Concepción de San Nicolás. Muchos nadadores y devotos lo hicieron por primera vez en el río, y la gran mayoría de los participantes pertenecen a la generación silver. En la charla técnica previa, el párroco Damián Vidano orientó a los participantes sobre los desafíos del recorrido y subrayó el sentido espiritual de la travesía: “Hay que nadar detrás de la Virgen, en el nado como en la vida, siempre la Virgen María adelante, abriendo camino, con muestras de fe y de superación.” Vidano fue concreto. Explicó cómo atravesar el remanso que aparece a mitad del recorrido. Dijo que no se lo rodea: se cruza por el medio. Que ahí hay que nadar con más potencia y sostener el eje en el centro de la correntada. Si la corriente empuja fuerte, recomendó avanzar en diagonal hacia la orilla opuesta para no ser arrastrado. La comunidad aportó alimentos no perecederos que fueron destinados al comedor Inmaculada Concepción de San Nicolás. Advirtió sobre las tapias que se forman con palos y camalotes. Señaló que esos amontonamientos pueden arrastrar animales y objetos traídos por el brazo principal del Paraná. Los llamó, con ironía, “bichas”. Insistió en no nadar cerca de los márgenes. El centro del río es la zona más segura. El párroco agradeció a los patrocinadores y bromeó sobre la seguridad: “Se nada seguro gracias a la empresa aseguradora, pero también con la protección de la Virgen”, lo que sirvió para distender a los nadadores en la previa. La seguridad de los nadadores estuvo a cargo de la Prefectura Naval y la Cruz Roja, que acompañaron el trayecto por el arroyo Yaguarón. Procesión acuática de San Nicolás de los Arroyos El acto inicial contó también con la presencia del Obispo Diocesano, monseñor Hugo Norberto Santiago, quien impartió la bendición inicial. Historias personales: fe y deporte El arroyo Yaguarón, que constituye la porción final del Arroyo del Medio, es un curso de agua que delimita las provincias de Santa Fe y Buenos Aires. Su cuenca abarca cerca de 3.200 km² y desemboca en el río Paraná a la altura de San Nicolás de los Arroyos. La jornada estuvo atravesada por relatos personales que reflejan la dimensión espiritual y social del evento. Stella Maris, de 70 años, participó por la fe y la devoción mariana tras haber iniciado su vínculo con la natación a los 46. Stella Maris, una de las nadadoras que es ama de casa jubilada, contó: “Empecé a nadar a los 46. Ahora tengo 70. Lo que más me moviliza es la fe en la Virgen." “Cuando estamos en el grupo y vemos la imagen, me hace bien, porque soy muy devota y tengo esa necesidad de empujar la balsa, de volver con el grupo, porque para eso venimos, para estar juntos y hacerle honor a todo lo que ella me ayuda día a día y me fortalece”, agregó Victoria que es comerciante. María Eugenia, destacó la importancia de la promesa cumplida: “Hoy, particularmente, es la primera vez que algunas de nosotras nadamos. Hicimos el año pasado una promesa, cuando otras participantes de nuestro grupo nadó, y venimos a cumplirla. Además, para estar unidas y sentirnos bien, siempre vitales”. Integrantes del grupo Gaias participaron como expresión de amistad, gratitud y continuidad en la práctica deportiva. El grupo Gaias, integrado por mujeres de San Nicolás, se define por la amistad y la gratitud. “Agradezco el privilegio de nadar. Tengo la suerte de poder hacerlo y eso me motiva a venir”, dijo María. Andrea, otra integrante, agregó: “Este grupo se formó a través del deporte y hemos quedado las que tenemos más afinidad de seguir a pesar de las cosas que nos pasan en la vida. Ya hace como diez años que estamos juntas y no solo hacemos esta actividad”. La dimensión social y terapéutica del deporte se hizo presente en sus palabras: “Nos sacamos las zapatillas, nos arreglamos un poquito y sale una cena. El común denominador es hacer deporte a nuestra edad. Todas somos madres, de familias grandes, trabajo, todas a full. Y tenemos esta posibilidad”. La procesión no es una competencia, sino un acto de fe y comunidad. El recorrido de tres kilómetros por el arroyo Yaguarón, con corriente a favor, exige discernimiento y preparación. Integrantes del Polideportivo Timbúes, de Santa Fe, participaron de la procesión a nado como expresión de fe, disciplina y trabajo colectivo. El entrenamiento, según Pablo, profesor del Polideportivo Timbúes de Santa Fe, requiere constancia durante todo el año y adaptación al río: “El entrenamiento se hace en pileta, pero hay que adaptarse en el río también. Para nosotros es natural porque lo tenemos cerca, pero pensemos en aquellos que no tienen un río como el Paraná o el Uruguay cerca. Se complica. Nosotros lo disfrutamos en verano y en invierno”. La técnica para nadar en aguas abiertas implica, según las participantes, “dejarse llevar, dejar fluir y no asustarse, porque no es la pileta, el agua es oscura, pero hay que ir tomando aire, adaptarse. Hay que estar tranquila, puede ser difícil, pero hay que manejarlo y son unos minutos y ya entrás en ritmo. No ir en contra del movimiento del agua. Si el agua quiere ir para un lado, uno se tiene que adaptar al movimiento del agua”. El significado de la procesión a nado trasciende lo deportivo. “Es muy emotivo, desde las primeras palabras que dijo la hermana, cuando se dirige hacia nosotros. Es todo el ambiente muy emotivo. Lloramos desde que entramos al agua, salimos, nos abrazamos. Es toda una experiencia hermosísima. Y los milagros que vamos viendo de año a año, que vienen a manifestarlo acá, es una realidad. Realmente, es una realidad”, dijo Sandra. La procesión a nado quedó consolidada como un acto comunitario de fe, superación personal y pertenencia colectiva. El testimonio de Melina, docente del Colegio Misericordia, ilustra la dimensión personal de la promesa: “En 2017 mi hija fue diagnosticada con leucemia mieloide aguda. Prometí a la Virgen estar en ese momento, aunque no sabíamos cómo iba a ser el tratamiento. Aposté a la Virgen, aposté a tener fe. Melina, docente y madre, cumplió su promesa y nadó acompañando a la Virgen tras el proceso de salud de su hija. Cuando entré al agua y vi a la Virgen, nadé rezando, llegamos llorando y cuando llegué a casa, todos muy contentos y felices de que sabíamos que María iba a estar con nosotros, que nos iba a acompañar en el camino”. Un entorno natural El entorno natural del Ecoparque San Nicolás, donde se desarrolló la procesión a nado, ofrece un sendero de seis kilómetros junto al arroyo y cuatro lagunas —La Negra, Florida, De las Aves y Esmeralda—, en un área de 1.500 hectáreas que combina zonas continentales e islas. El parque, que hasta la década del noventa funcionó como basural, fue objeto de un proceso de recuperación ambiental iniciado en 2020, con la plantación de 3.700 especies autóctonas. El arroyo Yaguarón está atravesado por mitos y leyendas. Según la tradición local, en sus profundidades habita el Yaguaron, un ser descrito como una mezcla de reptil y perro, de lomo chato y ojos de lagarto, que se desliza en silencio durante las noches de luna llena y alborota la calma del arroyo. El Ecoparque San Nicolás funcionó como marco natural de la procesión. El Ecoparque fue un telón verde que acompañó la procesión. Las pasarelas sobre el agua, el mirador y el sector de molinos de viento plagada de acompañantes de los peregrinos fueron algunas de las postales que enriquecieron la experiencia. La procesión a nado se consolida hoy como un acto de fe, superación y pertenencia comunitaria, enmarcado por la naturaleza y la historia de San Nicolás de los Arroyos. Video y fotos: gentiliza de Jair Albornoz y Flaviana Cantondebat de Dos ideas producciones.

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