08/12/2025 17:17
08/12/2025 17:17
08/12/2025 17:13
08/12/2025 17:07
08/12/2025 17:04
08/12/2025 17:01
08/12/2025 17:00
08/12/2025 16:59
08/12/2025 16:59
08/12/2025 16:59
Parana » 2 Florines
Fecha: 08/12/2025 16:26
La casa de Heredero Gin se abre al público para brindar una experiencia más completa y compleja, divididas en dos capítulos complementarios: Legado y Origen. La puesta en marcha contó con la expertise del reconocido sommelier argentino Juan Giacalone. Por Nahuel Amore Nada está de lo que allí sucede queda librado al azar. Cada paso, relato o aroma, son pensados con un propósito: generar una experiencia única, extraordinaria, que armoniza la coctelería de autor de la marca Heredero con una sofisticada gastronomía que amalgama cada sabor en el paladar. Todos los sentidos se ponen a prueba y ofrecen un momento auténtico. Las visitas guiadas de Casa Mesopotamia dieron inicio este fin de semana con dos capítulos complementarios de una misma historia: Legado y Origen. A orillas del río Paraná, la destilería de Heredero, en la capital entrerriana, abre sus puertas a los paranaenses y turistas que buscan experimentar no sólo el resultado de los productos, sino fundamentalmente los procesos. Para una ciudad como Paraná, caracterizada históricamente por su particular idiosincrasia que desafía cada emprendimiento, la propuesta es sin dudas superadora y compite con catas de nivel premium que destacan a otras provincias con tradición vitivinícola. Dicho por propios sommeliers que fueron parte de la primera experiencia, la iniciativa es disruptiva para el Litoral argentino. Historia y productos La visita guiada inicial contó con la puesta en escena del reconocido sommelier Juan Giacalone, quien acompañó al equipo de Heredero y Casa Mesopotamia a poner a punto el recorrido completo por la marca, sus procesos productivos, sus cócteles y bocados, desde una impronta dinámica y versátil, que invita a degustar, conocer y disfrutar, con la privilegiada panorámica de Bajada Grande. Para Giacalone, las tendencias internacionales ya no hablan tanto de maridaje, entendido como un “matrimonio” perfecto al paladar, sino de armonías y acuerdos gastronómicos que apuestan por ofrecer combinaciones entre comidas y bebidas para realzar los sabores. Desde ese concepto, cada momento de la visita es una estadía que va in crescendo en su ritual multisensorial. La propuesta recorre la historia de la empresa, desde que el joven Tomás Jaime se lanzó a producir un gin autóctono allá por 2015, haciendo foco en las bondades naturales de la Mesopotamia, primordialmente su agua y sus cítricos. En ese camino, se destaca la oportunidad de conocer la destilería, cuyo ingeniero especializado salda cualquier duda sobre el proceso de elaboración, los botánicos y algunos secretos del oficio. Párrafo aparte, la cava es otro espacio ambientado con particular equilibrio entre iluminación, aromas, mobiliario, tonos y texturas. Es allí donde se encuentran las barricas de roble francés, donde se añeja durante cinco años el gin premium que Heredero lanzó el año pasado. Su cuerpo obliga, preferentemente, a la degustación sin mezclas o, en su defecto, con una roca de hielo. El punto cúlmine de la visita se da al momento de poner realmente a prueba el paladar. Sobre una barra especialmente diseñada que no descuida cada detalle, los comensales armonizan los diversos destilados con tapas cuyos ingredientes y temperaturas son ejecutados en perfecto equilibrio. Es aquí cuando la propuesta sensorial revela su esencia y todo cobra sentido, para dar paso finalmente a las postales para el recuerdo.
Ver noticia original
.gif)
Examedia © 2024
Desarrollado por