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  • ¿Qué planes tiene Trump para la UE? Claves para entender la nueva estrategia de EEUU en Europa

    » Diario Cordoba

    Fecha: 08/12/2025 14:05

    Europa afronta, según la nueva Estrategia de Seguridad Nacional presentada este viernes por la Casa Blanca, el riesgo de una "desaparición de su civilización". El documento —33 páginas de diagnóstico severo— identifica como motores del supuesto declive las políticas migratorias, la censura de la libertad de expresión, el desplome de la natalidad y el papel de los organismos transnacionales, que a ojos de Washington estarían "socavando la libertad y la soberanía políticas". La Administración Trump advierte de que, si estas tendencias persisten, el continente será irreconocible en dos décadas. Frente a ese escenario, el Gobierno estadounidense afirma querer "ayudar a Europa a corregir su trayectoria", y destaca como motivos para el optimismo el resurgir del nacionalismo y la creciente influencia de los partidos patrióticos en el continente, sin citarlos explícitamente. Tres días después de su presentación, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha censurado este lunes la nueva hoja de ruta de la Casa Blanca. "Los aliados no amenazan con interferir en la vida ni en las decisiones políticas internas de sus aliados", ha reprochado el portugués. A continuación, siete claves para entender la visión de Washington sobre Europa: El documento sitúa el foco más allá de la economía europea —que reconoce debilitada— y advierte de una amenaza a su "civilización". Señala la caída de Europa en el peso del PIB global, del 25% en 1990 al 14% actual, y la atribuye a un exceso de regulación nacional y supranacional que, según Washington, frena la creatividad y la productividad. Pero la alarma va más lejos: la combinación de políticas migratorias, censura, baja natalidad y erosión identitaria conduciría, afirma, a un continente en vías de ser "irreconocible". "Queremos que Europa siga siendo europea", insiste la Administración, que critica la "asfixia regulatoria" de Bruselas. El documento carga contra la arquitectura institucional europea, acusándola de debilitar la soberanía de los Estados y de imponer una agenda que "erosiona las libertades políticas". Washington sostiene que muchos gobiernos están "en crisis", apoyados en "mayorías inestables" y dispuestos a "pisar principios democráticos para suprimir a la oposición". Esta lectura, que recuerda a los discursos euroescépticos más duros, se acompaña de la idea de que la UE estaría desconectada de una "amplia mayoría" de europeos que "quieren paz", pero cuyos gobiernos serían incapaces de traducir ese deseo en decisiones. La Administración destaca que, en conjunto, los países europeos tienen una ventaja militar clara sobre Rusia, salvo en el ámbito nuclear. Sin embargo, la guerra en Ucrania ha tensado la relación con Moscú hasta límites no vistos desde la Guerra Fría. Para Washington, es "un interés central de EEUU" lograr "un cese expedito de hostilidades" que estabilice la región y reduzca el riesgo de una escalada involuntaria. Plantea un esfuerzo diplomático para restaurar la "estabilidad estratégica en la masa continental euroasiática", un objetivo que, en su opinión, requerirá la implicación directa de Estados Unidos. El texto subraya que el conflicto ha incrementado las dependencias externas del continente. Menciona a Alemania como ejemplo: grandes empresas químicas trasladan producción a China utilizando gas ruso que ya no pueden obtener en casa. El documento sostiene que algunas capitales europeas mantienen "expectativas irreales" sobre el desarrollo de la guerra y que sus gobiernos, atrapados en crisis internas, carecen de capacidad para formular políticas consistentes. Esta fragilidad política, argumenta Washington, impide que Europa emprenda reformas necesarias para su propia autonomía estratégica. Pese al tono crítico, la estrategia reafirma la importancia cultural, económica y tecnológica de Europa para EEUU. El comercio transatlántico se define como uno de los pilares de la economía global, y el continente se describe como una fuente de innovación científica, manufacturera y cultural. Renunciar a Europa sería, advierte el texto, "contraproducente". De hecho, Washington enfatiza su apego histórico y sentimental hacia Europa, el Reino Unido e Irlanda, sociedades que considera "creativas, capaces, confiadas y democráticas", y con las que aspira a trabajar para "restaurar su antigua grandeza". La Casa Blanca identifica una "creciente influencia de los partidos patrióticos" como señal de un posible "renacimiento espiritual" europeo. Aunque evita citarlos, la referencia a fuerzas como Reagrupamiento Nacional, Fidesz, Vox o Hermanos de Italia es evidente. La Administración Trump alienta a los "aliados políticos" del continente a impulsar un giro cultural y político que revalorice las identidades nacionales. A su juicio, esa tendencia sería una oportunidad para "corregir la trayectoria actual" y reforzar a Europa como aliado firme frente a amenazas exteriores. Archivo - El presidente chino, Xi Jinping, junto al presidente de Estados Unidos, Donald Trump / Huang Jingwen / Xinhua News El documento establece una hoja de ruta para su política europea. Entre los objetivos, destaca restablecer la estabilidad interna y con Rusia, promover que Europa "camine por sí misma" y reduzca su dependencia del paraguas estadounidense en defensa, abrir sus mercados a bienes y servicios de EEUU y reforzar a los "países sanos" de Europa central, oriental y meridional mediante cooperación militar, económica y cultural. También aboga por "poner fin a la percepción de una OTAN en expansión perpetua" y por impulsar medidas contra el exceso de capacidad industrial, el robo tecnológico y el espionaje cibernético. La estrategia plantea una continuación de la doctrina histórica para restablecer la primacía estadounidense en el hemisferio occidental y frenar la entrada de actores extrahemisféricos en infraestructuras o sectores estratégicos. Washington propone "reclutar y expandir": reforzar la cooperación con aliados para contener la migración irregular, el narcotráfico y la inestabilidad, y al mismo tiempo ampliar su red de socios, impulsar la relocalización industrial y estrechar la cooperación militar mediante ventas de armamento y ejercicios conjuntos. El objetivo es recuperar influencia política y económica y consolidar a EEUU como socio preferente frente a potencias rivales.

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