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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 08/12/2025 06:51
El historiador del arte, escritor y político Jaime de los Santos ofrece una nueva mirada sobre el pintor italiano Caravaggio en su nueva novela, una obra en la que desmonta el mito de “genio vicioso”. “He viajado muchas veces a Roma, visitando iglesias que conservan los cuadros en sus capillas originales. Lo poco que creemos que sabemos de Caravaggio es mentira, así que he rellenado las sombras con información fiable de la época”, detalla de los Santos. El evangelio según Caravaggio es el título de esta segunda novela de Jaime de los Santos (Madrid, 1978), en la que ofrece una reinterpretación del genio italiano, alejada de los tópicos que han marcado su biografía durante siglos. La obra es fruto de una extensa investigación que ha llevado a de los Santos a revisar documentación histórica, visitar museos de referencia y reconstruir la Roma de finales del siglo XVI. "El evangelio según Caravaggio" En ella, De los Santos entrelaza la figura de Michelangelo Merisi da Caravaggio, el joven pintor que llega a Roma en 1592 en pleno auge artístico y en un convulso contexto social, con la del cineasta Pier Paolo Pasolini, fascinado cuatro siglos después por la mirada radical del maestro del claroscuro. “Cuando más feliz soy es cuando escribo”, confiesa en una entrevista De los Santos, que fue consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid y reconoce que su experiencia en el ámbito de la gestión cultural y la promoción de las bellas artes también influye en su mirada literaria. Licenciado en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid, recuerda que su relación con Caravaggio se remonta a sus años universitarios. “Estudiando Historia del Arte en la Complutense, mi mentora nos hablaba de la mirada del pintor, una mirada desprovista de cualquier apriorismo. Yo ya había visto sus obras, pero ella nos colocó ante una realidad nueva”, explica. Jaime de los Santos El autor reivindica en la novela una visión de Caravaggio alejada de los clichés que lo presentan como un artista violento o atormentado. “Se ha centrado gran parte de su biografía en su supuesta homosexualidad, de la que no existe ni un solo documento que lo confirme, mientras que de otros artistas como Leonardo o Miguel Ángel sí hay pruebas. Con Caravaggio siempre se ha buscado ese carácter terrible, que no encaja con la documentación”, afirma. De los Santos defiende que su Caravaggio es “un artista profundamente humano y libre”, enfrentado a los poderes civiles y eclesiásticos de su época por su empeño en representar la verdad sin idealizaciones. “En un tiempo en el que lo que tocaba era acatar lo que decía el poder, la verdad era casi un concepto punky. Su mirada hacia los desfavorecidos, especialmente hacia las mujeres prostituidas, es profundamente certera y respetuosa”, subraya. Caravaggio es “un artista profundamente humano y libre” La novela otorga un peso especial a su protectora Costanza Colonna, figura histórica que el autor reivindica desde una perspectiva renovada. “Era un personaje que iba a aparecer de forma secundaria, pero en la investigación accedí a documentos casi desconocidos. Descubrí a una mujer profundamente moderna, lectora de Santa Teresa y señalada incluso por sus confesores por su vida poco observante. Su relación con Caravaggio va más allá del mecenazgo; es casi familiar”, indica. Para reconstruir la Roma de 1592, el escritor recurrió a biografías de la época, descripciones del jubileo de 1600, documentos vaticanos y un análisis exhaustivo de la pintura del maestro. Judit decapitando a Holofernes Aunque la novela integra elementos narrativos, De los Santos asegura que la base histórica es estricta. “Los datos sobre Caravaggio son todos exactos: sus viajes, sus pinturas, sus relaciones con la pintora Artemisia Gentileschi o con las mujeres que posaron para él. La historia del arte es el soporte permanente”, afirma. Uno de los mayores retos, según el autor, ha sido “huir de la leyenda”. “La obligación del historiador es ofrecer verdad, y más cuando hablas de Caravaggio, que es el genio de la verdad”, defiende. Recuperar el pasado, como “ofrecer oportunidades a los artistas del presente”, fue para él una obligación como gestor y responsable cultural. Como escritor también cree que la novela histórica es “un homenaje a quienes fuimos”, y añade: “Solo conociendo quiénes fuimos podemos procurar que este mundo sea un lugar mejor”. Fuente: EFE
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