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Concepcion del Uruguay » Uruguayenses.com
Fecha: 07/12/2025 17:21
Compartir en: En un contexto político nacional de profundas transformaciones y desafíos, el Movimiento Nacional Justicialista se encuentra, una vez más, ante una encrucijada definitoria. Las tensiones entre tradición y renovación, entre el apego a las estructuras del pasado y la imperiosa necesidad de conectar con las urgencias del presente, son el telón de fondo de una interna tan vital como compleja. Analizar esta realidad sin caer ni en el elogio ciego ni en la crítica destructiva requiere volver la mirada al núcleo duro de la doctrina: su espíritu fundacional, dinámico y profundamente esperanzador. El mensaje vigente El General Perón, en su mensaje dirigido a “las nuevasgeneraciones”, no legó un “museo de consignas”, sino un mandato de lucha y continuidad creativa. Su llamado —“La nueva generación debe continuar la lucha”— es una brújula en la tormenta. No se refiere a una mera repetición de fórmulas, sino a la capacidad de interpretar, en cada época, las banderas históricas de la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política. La lucha hoy no es idéntica a la de 1945 o 1973, ni las que se sucedieron antes y después de la crisis del 2001; se libra en el territorio de la economía digital, la crisis ambiental, la batalla cultural y la defensa de la dignidad del trabajo en un mundo globalizado. La pregunta que debe responder la dirigencia peronista es si está preparada para librar esa batalla con herramientas nuevas y una visión de futuro. Sin repeticiones que ahuyentan o que generan rechazo. La crítica y la semilla Aquí reside la crítica y, a la vez, la semilla de la esperanza. Perón fue lapidario al definir las cualidades del verdadero dirigente: “Para ser dirigentes políticos no es suficiente poseer prestigio personal. Es indispensable poseer virtudes políticas, porque dentro de ellas la honestidad de procedimientos, la lealtad, la fidelidad a la causa que se sirve y el desinterés personal… es lo fundamental”. Este párrafo es infalible. El prestigio mediático, la herencia familiar o la habilidad para la negociación coyuntural son insuficientes, y su exaltación por sobre las virtudes políticas ha sido, a menudo, la fuente de la debilidad y el descreimiento. La esperanza para el Justicialismo no radica en un regreso nostálgico, o en que le vaya mal a unos para que otros puedan volver. Sino en una renovación ética y generacional que se apropie del mandato de continuar la lucha con los valores originales como estandarte. Es la esperanza de una nueva camada de personas comprometidas y dirigentes que, desde los barrios, los sindicatos, las universidades y las fábricas, prioricen la lealtad a la causa del pueblo por sobre la lealtad a la cúpula; la honestidad en la gestión por sobre el oportunismo; y el desinterés personal por sobre el acomodo. Son ellos, los que sirven en silencio, los que sostienen los comedores, los que defienden los puestos de trabajo, los portadores auténticos del espíritu peronista, los militantes sanos de mente y puros de corazón. Resilencia El futuro del Movimiento, por lo tanto, no está escrito en las actas de sus disputas internas, sino en su capacidad para canalizar esa energía nueva y pura hacia un proyecto nacional popular creíble y convocante. Debe ser una herramienta capaz de unir, más que de dividir; de proponer, más que de resistir; de construir soberanía en el siglo XXI, entendiendo que sin independencia económica y justicia social no hay verdadera libertad posible. La crisis actual, en este sentido, no es un signo de muerte, sino el doloroso parto de una necesaria reinvención. El peronismo, por su naturaleza popular y flexible, ha demostrado a lo largo de la historia una resilencia única. Su esperanza está en volver a ser, fiel a su esencia, el movimiento de las mayorías populares organizadas, con una dirigencia a la altura de esas mayorías, imbuida de las virtudes políticas que el propio Perón exigió. Ese es el camino: honrar el pasado no venerando sus cenizas, sino avivando su fuego para iluminar los desafíos del mañana. La lucha, como bien se supo, continúa. Y en esa continuidad radica toda la esperanza. (*) Abogado. Concejal 2023-2027. Vicepresidente 1° HCD. Presidente del Bloque Concejales PJ 2023-2027. Apoderado del Consejo Departamental PJ Uruguay. Congresal Provincial PJ ER. Secretario de Gobierno 2019-2023. Concejal 2015-2019. Presidente del Bloque Concejales PJ 2017-2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.
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