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  • Cafetines de Buenos Aires: el sueño cumplido de dos porteños que abrieron un sitio en la cuadra más parisina de la ciudad

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 07/12/2025 03:12

    Fachada del Café Rivarola En pleno Centro de la ciudad, barrio San Nicolás, un pasaje rompió el dibujo primitivo trazado por Juan de Garay antes de que sucediera el ensanche de Avenida Corrientes, la construcción de la 9 de Julio o el trazado de las diagonales Roca y Sáenz Peña. Es el Pasaje Rivarola, inaugurado en 1924 y que corre con sentido sur/norte en la manzana de las calles Mitre, Talcahuano, Perón y Uruguay. Un siglo más tarde de su construcción, por primera vez, en sus escasos 100 metros, abrió una cafetería: Café Rivarola. Antes de contar el Café Rivarola creo conveniente darle un poco de contexto a este rincón no muy conocido de Buenos Aires. En 1924 el país estaba presidido por Marcelo Torcuato de Alvear, un radical liberal porteño que, luego de desempeñarse como embajador en Francia, vino a suceder al gobierno de Hipólito Yrigoyen. La Capital atravesaba su período de la Belle Époque. Y París era el modelo cultural a copiar. Por entonces, la Compañía de Seguros La Rural pidió autorización para perforar la manzana mencionada con la idea de abrir un pasaje. La traza definitiva se recostó sobre Talcahuano porque de haberlo hecho justo por el centro de la manzana hubiese afectado al edificio que la colectividad italiana inauguró en 1914 con entrada por Tte. Gral. Juan Domingo Perón 1372. Se trata de la sede de la Mutual Unione e Benevolenza, la institución italiana creada en La Boca a mediados del siglo XIX que brindaba apoyo a los miembros de la comunidad más numerosa y poderosa de la ciudad por sobre las veleidades de parecer franceses que reinaban entre unas pocas familias porteñas. Denominado originalmente Pasaje La Rural, el actual Pasaje Rivarola fue inaugurado en 1924 en la manzana de las calles Mitre, Talcahuano, Perón y Uruguay Lo cierto es que la apertura del Pasaje La Rural —tal fue su denominación original— resultó un negocio inmobiliario formidable porque transformaba los fondos de los lotes que miraban hacia Talcahuano, con escaso valor comercial por metro cuadrado, en dos frentes de nuevas viviendas. El proyecto arquitectónico fue realizado por el Estudio Petersen, Thiele y Cruz. Y la construcción estuvo a cargo de la empresa de capitales alemanes Geopé, responsable de grandes edificios en la ciudad como por ejemplo: el Correo Central, el Colegio Nacional de Buenos Aires, el Obelisco y el estadio del Club Atlético Boca Juniors “La Bombonera”. Lo extraordinario del diseño del Pasaje es la perfecta simetría entre ambos frentes lo que lo convierte en la cuadra más parisina de todo Buenos Aires. La calle espejada. A cada lado se repiten balcones, molduras, herrajes, ventanas, puertas de acceso, etcétera. No existe en Retiro ni Recoleta algo similar. Son ocho edificios con locales comerciales en planta baja y en las cuatro esquinas —dos en el cruce de Rivarola con Mitre y dos en el cruce con Perón— rematan cúpulas con mirador. Esas cuatros cúpulas idénticas fue lo que llamó la atención a Gabriela Wiesztort y Christian Lorences que se encontraban en una visita guiada al Palacio Barolo cuando, desde lo más alto de la torre, observaron el cuarteto de domos. Fue entonces que le preguntaron al guía que llevaba adelante el recorrido del edificio ideado por el arquitecto italiano Mario Palanti. “Ni idea” contestó el desinformado cicerone. En fin. El Café Rivarola abrió el 24 de noviembre de 2023. Ofrece una pastelería exquisita pero, como corresponde al perfil del lugar, lo mejor son sus croissants Terminado el paseo, Gabriela y Christian partieron raudos al encuentro de las cúpulas cuando, para su sorpresa siendo ambos en la práctica vecinos del barrio, descubrieron la existencia del Pasaje. Paso siguiente, se propusieron ir por su sueño: abrir un café en el Pasaje Rivarola. Las dificultades se presentaron de inmediato. Los reglamentos de copropiedad de los edificios de la cuadra prohibían la apertura de espacios gastronómicos. Tozudos los dos, generaron una alarma en buscadores inmobiliarios para ser avisados cuando se desocupara un local. Hasta que recibieron la señal de uno ubicado al 154 del Pasaje y, lo más importante, el reglamento interno omitía la cláusula de impedimento a la apertura de una cafetería. Así nació el Café Rivarola que abrió el 24 de noviembre de 2023. Su gran mérito es haber captado la atmósfera de la cuadra. Poco pudieron hacer Gabriela y Christian con la espacialidad del interior. Las restricciones a las modificaciones son rotundas. Bastante que les permitieron abrir una cafetería. En el único ambiente persisten dos medias paredes que debieron mantener intactas. Sin embargo, se arreglaron creando pequeños boxes privados que sirven para reuniones íntimas o como espacios de trabajo. También incorporaron el patio interno como otra opción donde sentarse. El Café Rivarola acompaña la calma del pasaje homónimo. La música está en armonía con el entorno, tiene una biblioteca a disposición de la clientela que permite tomar un libro y leer un rato, y en las paredes se exhiben pinturas y dibujos originales La pastelería es exquisita y, como corresponde al perfil del lugar, lo mejor son sus croissants. Otro logro sublime lo alcanzaron con el nombre. Café Rivarola es perfecto. Es un anclaje identitario. Un comercio que invita a conocer una calle desconocida por muchos —como lo acreditan sus dueños—o un pasaje que permite descubrir un nuevo café. En cualquiera de los casos, se retroalimentan. ¿Y quién fue Rivarola? El Dr. Rodolfo Rivarola fue abogado, docente y autor del proyecto del Código Penal argentino en 1890. En 1957, con motivo del centenario del nacimiento, por ordenanza municipal, el Pasaje dejó de llamarse La Rural para recibir su definitiva denominación. Lo más notable al recorrer el Pasaje Rivarola es cómo baja el nivel de ruido urbano. Sin duda que la calidad de vida de los vecinos es superior. Mucha gente de la cultura ha elegido vivir en la cuadra. Por ejemplo, Teresa Parodi, cantautora y ex ministra de Cultura de la Nación. También Pablo Saraví, violinista concertino de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires y de la Academia Bach y ganador del Premio Konex de Platino en 2009. Otros vecinos del Pasaje son el artista franco-argentino Alexis Yebra, la coleccionista de arte Mariela Ivanier y el Estudio Jurídico del abogado penalista y escritor Pablo Slonimsqui que se desempeñó como secretario del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 2 de Capital Federal. Y publicó, entre otros títulos más académicos, La vereda impar del Pasaje Rivarola, una novela con mucho de ironía narrada por quien conoce por dentro los vínculos entre el poder judicial, periodistas, espías, jueces y amantes. Todos los mencionados forman parte de la clientela del café, por supuesto. Las restricciones a las modificaciones de los edificios del Pasaje Rivarola no permitieron que Gabriela y Christian, dueños del café, pudieran alterar nada en la estructura. Sin embargo, se arreglaron creando pequeños boxes que sirven para reuniones privadas o como espacios de trabajo e incorporando el patio interno como otra opción donde sentarse El Pasaje Rivarola ha servido de set para producciones audiovisuales. Entre sus construcciones mellizas se han filmado escenas para los films Hay unos tipos abajo y Argentina, 1985, y también para las series Santa Evita y Envidiosa. Ya no existe la antigua “Chacarita de los relojes”, la célebre Casa Raab, pero persiste la Ferretería GA-TA “el imperio del bulón”, la Vidriería del Centro, la librería visual Asunto Impreso, la Librería de la Mujer y, tímidamente, comienzan a aparecer talleres y galerías de arte. El Café Rivarola acompaña con charme la calma de esa rue porteña. La música de la cafetería está en armonía con el entorno. Una biblioteca, a disposición de la clientela, permite tomar un libro y leer un rato. Y con regular rutina en las paredes del salón se exhiben pinturas y dibujos originales. Aquí viene el aviso parroquial. Por estos días están colgadas obras de diferentes Cafetines de Buenos Aires dibujadas por Lucio Cantini. O sea, mi primo. Pour finir, el Café Rivarola es el sueño cumplido de dos porteños que desearon y apostaron por abrir una cafetería donde no se podía tenerla. Ah, olvidé decir que Gabriela es y trabaja de pediatra. Christian, es y ejerce como ingeniero. Buenos Aires, tierra de emprendedores. Chapeau! Instagram: @cafecontado

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