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» Elterritorio
Fecha: 07/12/2025 01:18
La CAIJ denuncia competencia desigual, contrabando y un mercado saturado que obliga a rematar mercadería para sostener sueldos. También reclama controles estrictos ante la expansión de artículos inseguros. sábado 06 de diciembre de 2025 | 20:00hs. Jugueterías en crisis: alertan por caída del consumo, importaciones y cierres en todo el país. A dos semanas de Navidad, la industria del juguete atraviesa una de las situaciones más delicadas de las últimas décadas en la Argentina. La Cámara Argentina de la Industria del Juguete expresó su preocupación por la combinación de factores económicos, comerciales y sociales que colocan al sector en un escenario crítico, con consecuencias tanto para la producción nacional como para el comercio minorista. La entidad señaló que la caída en la población infantil, producto del descenso en la tasa de fecundidad desde 2015, redujo de manera estructural la demanda de juguetes. A esto se suma el avance de los dispositivos digitales, que desplazan tiempo e interés del juego tradicional y modifican los hábitos de consumo de las familias. Otro eje de preocupación es el aumento de productos inseguros que ingresan como compras internacionales a través del comercio electrónico. Según la Cámara, varios de esos artículos registraron alertas de retiro en Estados Unidos y en países de la región por contener metales pesados o sustancias prohibidas. La entidad reclama controles más estrictos en frontera, regulaciones claras para la venta online y sistemas de trazabilidad obligatoria. El frente comercial también muestra señales de deterioro. Entre enero y octubre de 2025 las importaciones de juguetes crecieron casi un 60 por ciento en valores y un 94 por ciento en volumen, alcanzando 17,5 millones de kilos, con China como origen del 95 por ciento del total. En solo un año el sector pasó de 199 a 530 importadores, lo que evidencia un ingreso masivo de operadores y productos de muy bajo costo, muchos de ellos subvaluados. A este panorama se suma el avance del contrabando que, según la CAIJ, ya representa cerca del 30 por ciento del mercado, especialmente en regiones fronterizas donde proliferan bazares y polirrubros que se abastecen de mercadería sin controles de seguridad ni fiscales. En paralelo, las jugueterías tradicionales atraviesan una crisis profunda. Se registraron cierres históricos en distintas ciudades del país y muchos comercios operan con márgenes negativos debido al aumento de tarifas, la competencia online y la caída del consumo. El ticket promedio se ubica en torno a 22 mil pesos en comercios de barrio y 49 mil en grandes cadenas, con un 85 por ciento de las compras financiadas con tarjeta de crédito. Las fábricas tampoco escapan a la situación. La Cámara afirma que seis de cada diez máquinas están paradas y que muchas empresas recurren al crédito no para invertir, sino para pagar sueldos y aguinaldos. La sobreoferta heredada de 2023 y el ingreso masivo de importados obligan a rematar productos para recuperar liquidez, lo que profundiza la distorsión de precios y pone en riesgo la continuidad de compañías de todos los tamaños. Frente a este escenario, la CAIJ presentó una serie de reclamos destinados a recomponer las condiciones del mercado. Entre ellos, fortalecer los controles en frontera, exigir certificaciones visibles en las plataformas online, garantizar trazabilidad en todo el territorio, frenar el ingreso de artículos de bajo valor sin certificación y asegurar reglas de competencia equitativas entre la industria local y los importadores formales. También pidió proteger a niños y niñas frente a productos que no cumplen con las normas vigentes de seguridad. La Cámara advirtió que, de no revertirse la tendencia, el país podría enfrentar una reducción significativa del número de jugueterías, fábricas e importadores en los próximos meses, en un sector que históricamente ha sido clave para la producción nacional y el empleo en fechas clave como Navidad y el Día del Niño.
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