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  • Portela repasó sus dos años al frente del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos y anticipó los retos que quedan por delante

    Gualeguaychu » El Dia

    Fecha: 06/12/2025 04:43

    Hace cuatro días, en una reunión de Acuerdo Especial, los nueve miembros del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos designaron por unanimidad como presidente del Alto Cuerpo al vocal Germán Carlomagno para el período 2026-2027, en reemplazo del gualeguaychuense Leonardo Portela, quien dejará su lugar el próximo 1º de febrero tras culminar su dos años de mandato. Acerca de este tiempo al frente del principal estamento del Poder Judicial de la Provincia, conversó con Ahora ElDía en exclusiva. ¿Qué balance hace de su presidencia? En el contexto económico en el cual se desarrolló, en lo personal me queda ese gusto agridulce, son horas y días que uno le dedica a este tema y no logra concretar los proyectos porque en definitiva todo termina traduciéndose en necesidad económica. Sin embargo pudimos hacer varias cosas, porque obviamente el Presidente no decide solo. Hubo una muy buena relación con los ministerios públicos, donde se logró avanzar en varios protocolos para el abordaje de la adherencia de manera temprana. Hubo también la creación de un área sensible y que va a ser de mucha utilidad para el año que viene, que es la Administración General. A partir de esto, se le quitó al Tribunal el peso de la administración diaria y eso le va a dar mucho más tiempo a quien ejerce la Presidencia para poder dedicarse a proyectar a largo plazo porque hoy el problema que tenemos es que no podemos hacerlo porque la actividad diaria no te da tiempo. Todavía no la pudimos poner en funcionamiento, pero estimo que en febrero el doctor Carlomagno ya va a poder hacerlo. Y después, el balance es positivo con respecto a lo que son los Poderes Políticos, tuvimos discusiones como siempre y como corresponde, cada uno con sus posturas, limitaciones, necesidades y aspiraciones, pero dentro de un marco de respeto y diálogo. En dos años de presidencia, desde un punto de vista es poco, pero desde lo personal es mucho, porque es muy desgastante debido a la forma en la está organizado, donde casi toda la presión se concentra en una sola persona, pero en definitiva el balance es positivo. Puede interesarte ¿A qué se debió su salida de la presidencia? La presidencia se renueva cada dos años y quien la ejerce a veces repite y a veces no. En mi caso, hace un mes ya había adelantado a mis colegas que no quería seguir y a Carlomagno le interesaba. Nos parece una buena opción porque es una persona con mucha experiencia, prudente, tiene mucho oficio, tanto en la profesión de juez como en lo que es el juego de la democracia, de los tres poderes, cómo manejarse, conoce perfectamente todos los detalles, así que estamos muy contentos y muy tranquilos con la elección. Ahora vuelvo a mi vocalía. ¿Cuáles son los proyectos que pudo concretar? Desarrollamos internamente programas de software a costo cero, que nos van a permitir darle un salto de calidad en los procesos de violencia, tanto de género como doméstica. Eso se va a empezar a sentir a partir del año que viene, le va a dar mucho aire a los jueces y juezas de familia para que puedan dedicarse más a la magistratura y no tanto a lo administrativo, porque hoy prácticamente la mitad del trabajo de los juzgados de familia es administrativa. El software, que se llama “detección temprana de riesgo”, les permitirá a los jueces contar con una ayuda de inteligencia artificial al momento de evaluar cada denuncia. Me interesa también destacar el tema de la administración general, un proyecto que armamos en estos dos años y que entendimos que es un paso de calidad. En 2026, Calomagno la va a poner en funcionamiento, ya la aprobamos y parametrizamos cuáles son las facultades que tiene, la capacidad que tiene esa persona para intervenir en los procesos, lo que podría convertirse en una forma de liberar a quien ejerce la presidencia y así planificar a futuro. También quiero destacar la buena relación, franca y permanente, que tuvimos con el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. Siempre que pedimos una entrevista o una audiencia la tuvimos y viceversa, hemos ido a la Legislatura con proyectos, a defenderlos, a criticarlos. Me queda la sensación de que, en ese sentido, la institucionalidad funciona. ¿Uno de los desafíos pendientes es el edificio de los Tribunales de Gualeguaychú? Sí, totalmente, y el de Paraná, que es más grande todavía, tiene 18.000 metros cuadrados, mientras que el de Gualeguaychú son 14.000. Recientemente terminamos la segunda etapa en ambos edificios, porque eso se viene tramitando en simultáneo. En esa fase, los arquitectos y los ingenieros hicieron la planimetría de dónde iría cada pared interna, donde iría cada baño, donde iría cada toma de luz, entre otras cuestiones. En total salió alrededor de 300 millones de pesos en cada ciudad. En 2026, seguiremos intentando conseguir los fondos del Ejecutivo para que continuar con la obra que va a ser un salto de calidad importante para las dos ciudades, en cuanto a comodidad para los empleados como para el público. Puede interesarte ¿Qué imagen cree que tienen los entrerrianos de la justicia provincial? Lamentablemente los grandes medios de comunicación instalan una visión de la Justicia que es muy diferente a lo que ocurre en cada provincia que tienen realidades distintas. La nuestra, dentro de lo que es el contexto nacional, es de lo mejor. Tiene los menores plazos. Para que te des una idea, un juicio de primera instancia laboral en la provincia de Buenos Aires tarda cuatro años, mientras que en Entre Ríos sólo uno. Otro ejemplo: en la Cámara de Buenos Aires, un juicio laboral tarda cuatro años y acá entre 6 y 10 meses. Lo que ocurre es que la sociedad está disconforme con todo lo que es la institucionalidad del país y ahí el Poder Judicial también entra y no digo que sea injusto, es parte de la realidad y los ciudadanos tienen derecho a quejarse si el servicio que recibe le parece que no es el adecuado. Por eso hay que tomar nota y mejorarlo, tenemos la obligación de apuntar al ideal. Después, las causas que se deciden políticamente en Buenos Aires son las que se imponen en la agenda y nos parece injusto, pero es lo que hay, es también parte de la falta de federalismo que tiene el país. Además, en Entre Ríos hay muchas personas que ejercieron cargos públicos que están condenadas. El poder judicial, por supuesto, no da respuesta en los tiempos que la ciudadanía exige, pero porque tenemos procedimientos del siglo XIX. Eso es lo que queremos cambiar, pero después ha habido condenas en casos de corrupción de la clase política. Hay estudios que hacen las consultoras sobre qué cantidad de denuncias por corrupción llegaron a juicio y cuántas a condena y el Tribunal de Entre Ríos está entre las primeras tres en ese ranking. En ese sentido, estamos orgullosos de la justicia que tenemos. ¿Y en Gualeguaychú? Gualeguaychú siempre avanza y es un orgullo para mí decirlo: hay muy buenos jueces, fiscales y asesores. Por supuesto que eso no significa que todo está perfecto, porque tenemos una escasez generalizada de infraestructura y de medios que impiden hacer todo lo que nos gustaría hacer. Pero estamos en esa senda, intentando volcar los pocos recursos que tenemos en culminar con la infraestructura.

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