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» Diario Cordoba
Fecha: 05/12/2025 11:02
RTVE no mentía. Si Israel participaba en Eurovisión 2026, abandonaría. Y así ha sido. 65 años después de debutar con Conchita Bautista, España no estará por primera vez en el festival. Se retira sin fecha de regreso tras la decisión que la Asamblea General de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) adoptó este jueves: lo hace junto a Eslovenia, Países Bajos e Irlanda en un contexto de politización absoluta de un concurso que nació, paradójicamente, ojo, con otro sentido. Jamás debieron dar voz a quienes no respetan los derechos humanos. Por ello, precisamente, expulsaron a Rusia y Bielorrusia en el pasado. Una línea roja que nunca debió cruzarse. ¿Hace lo correcto España dejando Eurovisión en manos de Israel? Los expertos hablan. "Quedarse y pelear desde dentro era una postura idílica. Nadie querría deshacerse de aquello que le hace feliz para entregárselo al villano. Por lo que permanecer para confrontarlo era, quizá, el último halo de esperanza para salvaguardar un certamen herido y manchado por el sionismo. Sin embargo, ayer, quedó retratado de manera cristalina lo que veníamos intuyendo: que la organización quiere blindar a toda costa la participación israelí", apunta Rocío Muñoz, redactora de Eurovision-Spain. El genocidio en Gaza comenzó el 7 de octubre de 2023 y, desde entonces, a lo largo de dos ediciones, Israel ha utilizado la plataforma para mostrar su particular visión de los hechos con dos propuestas claramente politizadas: Hurricane y New Day Will Rise. Yuval Raphael representó a Israel en Eurovisión 2025. . / ARCHIVO "La gente se va, pero nunca dice adiós. Alguien robó la luna esta noche, tomó mi luz. Ahora todo es blanco y negro", interpretó Eden Golan. "Amanecerá un nuevo día, continuará la vida. La oscuridad se desvanecerá, todo el dolor pasará, pero nosotros quedaremos", defendió Yuval Raphael. De nada sirvió el intento de la UER por censurar las pitadas que recibieron durante sus respectivas actuaciones: mientras las dos cantaban, su país seguía matando personas en Palestina. "El paquete de medidas que se han adoptado era una trampa para imposibilitar una votación acerca de si una televisión pública como la KAN puede formar parte de un concurso que instrumentaliza para blanquearse, retorciendo su valores fundacionales de forma diabólica", continúa Muñoz. Melody defendió 'Esa diva' en Eurovisión 2025. / RTVE Basta recordar que España fue llamada al orden tras reseñar en la primera semifinal de 2025 la situación que estaba dándose en Oriente Medio: los comentaristas, Julia Valera y Tony Aguilar, informaron sobre las víctimas y lanzaron un mensaje de paz. "Superan ya las 50.000 y entre ellas hay más de 15.000 niños y niñas", dijo ella. "Esta no es una petición contra ningún país. Es un llamamiento por la paz, la justicia y el respeto acorde con la vocación integradora y pacífica de esta cita", añadió él. Un gesto que llevó a la organización a amenazar con multa a RTVE en caso de repetirlo. En la final, la cadena se limitó a poner el siguiente mensaje en pantalla: "Frente a los derechos humanso, el silencio no es una opción". Oídos sordos Hubo quien, incluso, achacó el mal resultado de Melody a esta petición: el Partido Popular, por ejemplo, publicó un tuit en el que culpaba directamente a Pedro Sánchez por ello. Razones que llevaron al ente liderado por José Pablo López a consensuar su futuro en el festival. Un giro que también ha encontrado voces disidentes, como la del experto Álvaro Salas: "Es un error irnos. Siempre he defendido que es mejor luchar por cambiar las cosas desde dentro. Al no estar, perderemos el altavoz. Además, entramos en una etapa de incertidumbre sobre nuestra vuelta a Eurovisión" ¿Si durante los próximos años Israel sigue dentro no volveremos a pisar este escenario? Es precisa una renovación del reglamento y la adopción de nuevas medidas, pero esto no va a solucionarse con la salida de España". José García, director de Eurovisión-Spain, también es partidario de trabajar desde dentro siempre y cuando puedan llevarse a cabo las reformas necesarias. Algo que, en esta ocasión, como expone, no ha sido posible: "Se ha demostrado que, pese a las propuestas realizadas constructivamente para garantizar la neutralidad del festival, la UER ha hecho oídos sordos. Entonces, con este planteamiento, no tiene sentido continuar es un concurso que prioriza a países que están cometiendo un genocidio y vulnerando la normativa. Es una decisión valiente y contundente. La retirada evidencia una fractura interna y un problema reputacional de la marca". Pérdida de audiencia y capital Como consecuencia, España no emitirá ninguna de las tres galas habituales de Eurovisión. Lo que podría tener una repercusión en términos de espectadores y, por tanto, ojo, de financiación. Así lo asegura Fran Justicia, creador de contenido especializado: "Habernos quedado no hubiera cambiado nada. Si, por ejemplo, RTVE hubiera optado por no emitir la actuación de Israel, hubiera sido penalizada. Lo mismo que se hubiera realizado un comentario como los de Valera y Aguilar. En cambio, yéndonos sí podemos hacer algo. La audiencia y el capital que pierden al salirnos sí va a afectar de alguna manera a la UER. El ente público ha sido coherente con la posición que defendió desde el principio. De no haberla cumplido, estaría afrontando una crisis de imagen importante". Blanca Paloma interpretó 'Eaea' en Eurovisión tras ganar el Benidorm Fest. / EBU Blanca Paloma, representante de España en 2023 con Ea Ea, fue la primera artista en poner el grito en el cielo y firmar una carta para solicitar la expulsión de Israel por emplear el certamen "como herramienta para encubrir crímenes contra la humanidad". Un gesto que también respaldaron otros 70 nombres, entre los que se encontraban Salvador Sobral (Portugal, 2017), Charlie McGettigan (Irlanda, 1994), La Zarra (Francia, 2023) y Mae Muller (Reino Unido, 2023). "Es verdad que esta decisión habría que haberla tomado antes, pero se ha hecho tras dos ediciones de manipulación evidente por parte de la KAN. Desde dentro no hubiéramos podido batallar nada porque los apoyos de España son escasos. Sólo se han plantado cuatro países. Y lo que aparentemente iban a plantar más cara, como Bélgica e Islandia, se están quedando en la duda", señala Odi O'Malley, periodista musical. Desprestigio irrecuperable ¿En qué se traducirá este portazo entonces? Luis Mesa da en la clave: "La UER ha sentado un precedente bastante peligroso. No hizo valer sus estatutos para sancionar a un país que incumple las normas del festival. En este sentido, RTVE no tenía otra salida. Ha remado con otras delegaciones, proponiendo una votación que ha sido denegada. Nuestra salida es dolorosa, sobre todo tras haber recuperado la ilusión con el Benidorm Fest. Era mirar hacia otro lado o respetar los derechos humanos. Estoy convencido de que volveremos. Esta es nuestra medida de presión. Seguramente, esta edición tendrá un cauce de inversión inaudito para salvar el golpe, pero el desprestigio de ayer es irrecuperable". Chanel dio a España la mejor posición en 27 años: un tercer puesto. / RTVE El tira y afloja que ha azotado a Eurovisión en las últimas horas ha dejado temblando su credibilidad. Laura Orts, experta, así lo considera: "Permanecer habría sido regalar legitimidad a una edición marcada por la deriva moral de la UER. Ésta lleva tiempo entregando el control y la narrativa a aquello que precisamente debía evitar: las presiones políticas, los intereses económicos y la incapacidad de actuar con firmeza ante situaciones que muchos consideramos inaceptables. Quedarse habría significado aceptar el doble rasero y silenciar amenazas. Habría implicado renunciar a la coherencia que RTVE ha mostrado en estos meses, cediendo ante una organización que dejó de proteger lo que Eurovisión representaba".
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