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  • Tiburones

    » Diario Cordoba

    Fecha: 05/12/2025 02:24

    Aunque parece que ha pasado un siglo, no hace tanto que estábamos con un extraordinario sol, soportando las terribles temperaturas habituales en nuestra ciudad, nos habíamos ido de vacaciones, descansábamos en el pueblo, en la naturaleza o bien estábamos disfrutando de esa maravilla que se llama mar. Sin duda, el mar ha fascinado desde siempre a la humanidad, le hemos inventado dioses, batallas, poderes curativos, leyendas, monstruos marinos y un sinfín de aventuras que nos han sobrecogido a lo largo de la historia, de la literatura, del cine o de la pintura. Entre todas estas criaturas -mitológicas o reales-, personalmente, debo confesar que tan sólo hay una que me da pánico sólo escuchar su nombre: el tiburón. Hasta el propio sonido de la palabra parece que te sentencia. Posiblemente sea algo generacional, pertenezco a aquella generación ochentera que creció viendo esa película en cines (posiblemente de verano) cuando, además, era repetida anualmente por televisión por la misma época cada año... consiguiendo fijar en nuestra memoria la imagen de aquella mandíbula infinita, poderosa, mientras que la banda sonora escrita por John Williams se iba incrustando en tu archivo de sonidos espeluznantes. Evidentemente, hay otros tiburones importantes en la historia del arte como el tiburón tigre (real) que el artista inglés Damian Hirst suspendió en un enorme tanque de formol para venderlo como una instalación escultórica, por una millonada, en el año 1991. La pieza, de más de cuatro metros aparece etéreo, congelado, flotando en el enorme contenedor que lo contiene. Por supuesto, con las enormes fauces abiertas. Curiosamente, el pasado 29 de agosto se reestrenó en cines la célebre película. Ese día, que me pilló cerca del mar, hice mi particular homenaje a Spielberg y, aunque por la mañana se habían avistado dos tintoreras, entré en el mar llena de un coraje y valor (que me llena de orgullo todavía), en pleno ataque de heroísmo, con el fin de homenajear al director. Al salir del agua pensé que, ahora con la edad que tengo, es posible que me den el mismo miedo otros tiburones. Tiburones que han creado una crisis de vivienda, que roban dinero público, que se ríen de la ciudadanía, que fomentan el odio, que engañan cada vez que abren la boca, que bombardean a otros ciudadanos o que gestionan empresas que idiotizan a nuestros jóvenes. Pero, sobre todo, dan pánico esos tiburones que han estado bajo el agua desde 1945 y que, ahora, empezamos a verles la primera aleta dorsal, esa forma triangular y enfilada que es la primera que asoma cuando persiguen a su presa. Y esto, no necesita ni una nota musical Williams para ser aterrador. *Artista y catedrática de la Universidad de Sevilla

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