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Fecha: 04/12/2025 14:08
El último informe del banco estadounidense subraya la necesidad de recomponer las tenencias internacionales a fin de robustecer el frente externo. Las proyecciones de inflación y actividad económica. La acumulación de reservas internacionales aparece como un objetivo central para la política económica de Argentina en 2026, según último informe del JP Morgan. El reporte sostiene que el Gobierno enfrenta desafíos para sostener el esquema actual sin ampliar antes el colchón de dólares disponibles y marca como prioridad fortalecer la posición hacia las elecciones generales del año siguiente. “La lección para 2026 es clara: aumentar las reservas debe ser una prioridad para fortalecer las defensas del país antes de las elecciones generales de 2027. El aval estadounidense debería utilizarse estratégicamente y con urgencia para construir colchones internos", resalta el documento, a la vez que advierte que la fuga de capitales del peso hacia el dólar “no puede sostenerse sin antes reponer reservas internacionales” y que las turbulencias políticas despliegan presión sobre la banda superior del régimen de tipo de cambio. El respaldo político de Estados Unidos figura como ancla estratégica, tanto en términos financieros como diplomáticos a favor de la administración local. Desde JP Morgan destacan que “el prolongado calendario electoral dejó en claro el sólido respaldo estadounidense, tanto en términos políticos como financieros. Sin embargo, este apoyo externo expuso una vulnerabilidad crítica: la fuga de capitales del peso hacia el dólar, motivada por el riesgo político, no puede sostenerse sin antes reponer reservas internacionales”. También pone sobre la mesa el debate sobre el régimen cambiario. Los expertos remarcan que si bien la banda cambiaria sirvió para moderar el traslado de la depreciación a los precios, persiste la discusión sobre el origen de ese comportamiento. “Los defensores de la banda cambiaria señalan con razón su papel en limitar el traslado de la depreciación del tipo de cambio a los precios al consumidor. Si este resultado se debe a la banda misma, a la política monetaria restrictiva o a los fundamentos fiscales es algo que aún se discute. Es un hecho que el tipo de cambio se incrementó 21% en tres meses, pero la inflación mensual apenas se movió”, suma. “El proceso de estabilización sorteó una prueba exigente y salió ileso. Todo indica que la desinflación continuará”, señala el reporte. Sobre las perspectivas, plantea: “De cara al futuro, 2026 será un año crucial para el gobierno de Milei. Con apoyo probable del Congreso para las reformas, las perspectivas de crecimiento y desinflación son mejores que en cualquier otro momento desde que Milei asumió el cargo”. En materia de inversiones y acceso a mercados internacionales, el documento apunta: “El respaldo financiero de EE.UU. y un nuevo acuerdo comercial pueden catalizar inversiones directas en sectores estratégicos, mientras que el acceso mejorado a los mercados, mediante operaciones de manejo de pasivos o recompras de deuda, parece cada vez más probable”. El texto suma que “si el esquema cambiario se sostiene, el sector público podría acumular reservas, aunque probablemente por debajo del 1% del PBI”. El informe introduce una comparación regional relevante: “Contra lo que se suele pensar acerca de la estabilización en economías bimonetarias, ni Uruguay ni Perú lograron superávits de cuenta corriente durante sus respectivas etapas de expansión. En ambos casos, el aumento de reservas fue resultado de ingresos netos de capital”. En el plano de la actividad real, JP Morgan espera que el crecimiento se acelere, mientras que la desinflación continuará, aunque a menor ritmo. En tal sentido, alerta que el dinamismo económico podría impedir un descenso más rápido de la inflación. Sobre la dinámica del endeudamiento, el texto puntualiza: “En el ámbito externo, se prevé que el Tesoro implemente operaciones de gestión de pasivos para aliviar el servicio de deuda externa de 2027, recuperando el acceso a los mercados en 2026. Esto proveería otra fuente de resiliencia para el año electoral”. Uno de los ejes destacados es la función política y financiera de Estados Unidos. Al respecto, el informe define que “la asistencia estadounidense se percibe como un ancla estratégica que ofrece ayuda financiera, sobre todo para choques de corto plazo o necesidades de transición. Así, el Gobierno, a pesar de errores previos, dispone de una ventana de oportunidad única para consolidar el poder y ejecutar reformas”. El enfoque estratégico en la gestión y ejecución de políticas económicas sobresale en el análisis. “La aprobación de la agenda de reformas será una señal, pero los verdaderos parámetros serán la gestión y ejecución económica. Las perspectivas de reelección en 2027 dependen de mantener una trayectoria económica favorable — la fragmentación de la oposición aumenta las chances de Milei si logra exhibir crecimiento”. El documento agrega que “la reactivación de la demanda interna debería permitir que la economía recupere dinamismo. La recuperación del crédito en moneda local observada en la segunda mitad de 2025 se interrumpió en el tercer trimestre de 2026, principalmente por la incertidumbre política y la consecuente política monetaria restrictiva. Sin embargo, a diferencia de episodios anteriores, el crédito en moneda dura siguió aumentando por el crecimiento de los depósitos en dólares”. Sobre las metas fiscales, el texto detalla: “Para 2026, proyectamos un presupuesto equilibrado, con el superávit primario (1,5% del PIB) compensando los pagos de intereses. Nuestro pronóstico incorpora un aumento de 0,4 puntos porcentuales en el total de ingresos, favorecido por la recuperación de la actividad y buenas perspectivas agrícolas. Este aumento será contrapesado por mayores gastos, por una recuperación real de 3% en jubilaciones y una suba en transferencias a provincias”. La inflación aparece como una variable clave en el horizonte inmediato. Para 2026, el banco estadounidense prevé que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se reducirá a 1,5% en el primer semestre y a 1,1% en el segundo. La estimación asume estabilidad del tipo de cambio real y un avance de las reformas tras el resultado electoral. Esto llevaría la inflación de fin de año a 17%. Los analistas destacan que un superávit creciente de cuenta financiera y flujos de inversión extranjera directa serían las fuentes principales para la acumulación de reservas. “Por el lado financiero, anticipamos un creciente superávit de cuenta financiera de USD 12.700 millones, impulsado por mayor inversión extranjera directa y entrada de capitales de cartera, así como menores compras de activos externos ante una menor prima de riesgo político. Suponemos también acceso al mercado para refinanciar pagos de capital desde la segunda mitad de 2026, y USD 5.000 millones de financiamiento multilateral neto ese año”, acota. Sobre la política de reservas, la publicación anticipa que las reservas brutas tienen un margen para aumentar USD 5.000 millones durante el año. Asimismo, argumenta que un tipo de cambio real más alto o mayores ingresos financieros podrían elevar aún más las reservas, aunque el diseño actual contempla un tipo de cambio real por debajo del promedio histórico. El informe cierra con una hoja de ruta orientada a la remoción de trabas y a la construcción de consenso político: “Construir consensos políticos, desmantelar controles de capital remanentes y avanzar más decididamente hacia un régimen de flotación sucia permitiría aprovechar el respaldo estadounidense y la sintonía política para atraer inversiones y recomponer reservas. Estos pasos fortalecerían los colchones financieros de cara a las elecciones de 2027”.
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