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Parana » Uno
Fecha: 04/12/2025 08:57
Si bien ya hay una versión nacional de semaglutida para tratar la diabetes que se usa también en casos de sobrepeso, esta opción abre un nuevo panorama La semaglutida es una droga que comenzó a utilizarse inicialmente para regular los niveles de glucemia en personas con diabetes, pero al observarse que muchos pacientes presentaban descenso de peso, se abrió una puerta a nuevos estudios y ampliaciones en sus usos. Su creciente aplicación para acompañar planes de descenso de peso y la reciente aparición de una versión nacional en comprimidos impulsaron aún más el interés del público, y en los últimos meses se convirtió en uno de los medicamentos por los que más consultan en las farmacias argentinas. Para el tratamiento de la diabetes tipo 2, el medicamento mundialmente más conocido es Ozempic . Posteriormente, se habilitó su uso en la obesidad bajo la marca Wegovy . Ambos están disponibles en el país. Tráfico de drogas: el Gobierno de Entre Ríos y la Policía brindaron detalles sobre los operativos Droga milagorsa Anmat obesidad sobrepeso.jpg A su vez, los pacientes con diabetes tipo 2 también cuentan con una versión nacional, Dutide, fabricada por el laboratorio Elea, que ante su exponencial demanda para bajar de peso, esta semana anunció el lanzamiento de Obetide, elaborado con la misma droga pero en dosis más altas para tratar puntualmente la obesidad y casos de sobrepeso. Si bien Obedite aún no está a la venta en las farmacias de Paraná, sí se viene comercializando el Dutide, que cuesta 105.000 pesos en su presentación inyectable de 0.25 miligramos (mg), y 136.000 pesos la de 1 mg. En comprimidos, se vende a 193.000 pesos la caja por 30 en la dosis de 3 mg, a 215.000 pesos la de 7 mg, y a 375.000 pesos la de 14 mg. En cuanto a las versiones importadas, la diferencia de precios es muy marcada: Ozemic se comercializa de modo inyectable en el mercado local, y está a 305.198 pesos la dosis de 0.25 mg y a 366.238 pesos la de 1 mg. Según afirmaron desde el laboratorio Elea, con el lanzamiento de Obetide esperan “democratizar el acceso al tratamiento” contra la obesidad. Al respecto, señalaron: “Vamos a estar en torno a un 70% por debajo del costo del medicamento de referencia en el mercado”, comparado con la versión que se fabrica en el exterior. Tratamiento médico Cabe aclarar que en todos los casos el medicamento requiere prescripción y control médico. El medicamento Obetide se administra semanalmente mediante jeringa prellenada para facilitar el tratamiento de la obesidad. De esta forma, el principio activo actúa imitando la hormona GLP-1 y regula la saciedad, los niveles de azúcar y las funciones digestivas. La diferencia principal entre la fórmula para la diabetes tipo 2 y para la obesidad radica en las dosis y presentaciones. En el caso de la obesidad, la semaglutida se emplea en concentraciones mayores para favorecer la pérdida de peso, mientras que en diabetes se utiliza en dosificaciones más bajas para mejorar el control glucémico en personas que no logran resultados adecuados con otros tratamientos. UNO consultó sobre este tema a Claudio Iriberry, vicepresidente del Colegio de Farmacéuticos de Entre Ríos (CoFaEr), quien contó que las farmacias a menudo reciben consultas sobre la disponibilidad de este medicamento. Además, como cada año en esta época, se incrementan las consultas en el mostrador sobre productos para bajar de peso, y la semaglutida se sumó a esa tendencia, pero con particular fuerza debido a su notoriedad en redes sociales y medios de comunicación. Sin embargo, advirtió que no existe un adelgazamiento “milagroso, y afirmó: “El tratamiento debe ir acompañado de una dieta y actividad física. No es tan milagrosa como se propone”. Semaglutida La semaglutida para tratar la obesidad también se fabrica en el país. En este marco, los farmacéuticos cumplen también un rol educativo: comunican los límites del medicamento, la importancia de usarlo correctamente y la necesidad de combinarlo con hábitos saludables. Iriberry insistió en que no se trata de un producto de venta libre ni de uso meramente estético. “La semaglutida debe ser indicada y controlada por un profesional médico, ya que forma parte de tratamientos que requieren seguimiento y controles periódicos. No es cuestión de ir y comprar un medicamento porque uno quiere adelgazar. Siempre tiene que haber prescripción médica, seguimiento del paciente y en general acompañamiento nutricional”, remarcó. También explicó que si bien la semaglutida es segura y sus efectos adversos son relativamente bajos, el uso indebido puede traer complicaciones. Por eso, desde las farmacias enfatizan la necesidad de que el paciente concurra con una indicación formal y cuente con controles. ¿Cubren las obras sociales la semaglutida? Sobre las obras sociales, el vicepresidente del Colegio de Farmacéuticos explicó que no todas cubren la semaglutida, pero muchas sí lo hacen cuando existe indicación clara. El panorama es más favorable para pacientes diabéticos, ya que en el caso de la semaglutida inyectable algunas obras sociales autorizan el 100% del tratamiento cuando se utiliza. En cuanto a la semaglutida en comprimidos, contó que al ser una presentación más reciente y aún no ampliamente incorporada como tratamiento crónico, no suele tener cobertura total, aunque sí parcial, dependiendo de cada prestador. La obesidad es una enfermedad que puede reducir las expectativas de vida de quien la sufre..jpg La obesidad es una enfermedad que puede reducir las expectativas de vida de quien la sufre Tecnología médica La irrupción de la semaglutida como herramienta terapéutica representa un avance farmacológico que está transformando el manejo de la diabetes y de la obesidad. Pero, al mismo tiempo, plantea desafíos: evitar la automedicación, garantizar el acceso sólo a quienes lo necesitan, promover un uso racional y prevenir expectativas irreales. Iriberry subrayó que el medicamento llegó para quedarse y seguirá creciendo en indicaciones y evidencia científica. Pero insistió en que el eje debe ser siempre la responsabilidad médica y farmacéutica: “Sería una pena desperdiciar las tecnologías nuevas por un uso inadecuado. Si lo usamos bien, puede ayudar muchísimo”. Parte de un plan integral Yanina Gioria, licenciada en Nutrición en Paraná, también se refirió al tema y recordó a UNO: “La semaglutida ya existe hace un montón. Es una droga que se usa para diabetes. En cambio, con otra dosis sirve para tratar la obesidad”. “También hay otras drogas con ese fin y además hay varias marcas que tiene esta droga semaglutida, que la deben indicar brindan los médicos, y en general la prescriben muchos endocrinólogos. Algunas son inyectables y otras en pastillas. El Obetide es inyectable, y el Dutide es en comprimidos y también inyectable”, precisó. En cuanto al éxito del tratamiento con esta droga para bajar de peso, opinó: “Pueden ser una herramienta útil y es una buena opción, pero para mí falta un poco más de más estudio e investigación. Si mirás los estudios científicos, es una droga muy buena, pero en base a la experiencia con mis pacientes que la toman con la correspondiente prescripción médica, los resultados han sido variados: en algunos funciona muy bien y en otros no. Hay personas que no la toleran, que presentan vómitos o malestar. Lo que hay que aclarar es que es un tratamiento que siempre debe ir acompañado de actividad física, una alimentación saludable, e implementar un cambio de hábitos”. nutricionista.jpg Presencia. La incorporación de un nutricionista en los equipos o disciplinas es tan importante como un preparador físico o kinesiólogo. Imagen ilustrativa Para la nutricionista los medicamentos basados en semaglutida no deben presentarse como una solución milagrosa. “No son la salvación. La clave sigue siendo el cambio de hábitos. Si vos sólo consumís la medicación, puede ser que llegues a bajar de peso, pero si no se cambian los hábitos, entonces vas a tener un efecto rebote, o vas a tener una frustración en el tratamiento, otros efectos que ya no dependen sólo de la droga sino del modo en que se baja de peso: si el paciente no entrena y no cubre sus requerimientos nutricionales, puede perder masa muscular. Eso pasa con cualquier dieta mal diseñada: ayuno, hipocalóricas de Internet, o incluso con semaglutida si no hay supervisión”, recalcó. En este marco, la especialista subrayó que el paciente que toma este medicamento debe acompañar su proceso con un nutricionista que le haga un plan de alimentación adecuado, y contar con la supervisión médica correspondiente que vaya lo evaluando a través de análisis de laboratorio y otros controles.
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