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Concordia » Nuevaprensaentrerios
Fecha: 04/12/2025 08:45
¿Quedan terrenos públicos para urbanizar o construir vivienda social en Concordia? ¿La ciudad cuenta con suelo disponible o se enfrenta a un mapa saturado? ¿Qué pasa con los asentamientos informales y cómo se decide qué se puede regularizar y qué no? Para responder estas inquietudes Despertar Entrerriano conversó con Matías Julián Dupleich, presidente del InVyTAM, para conocer de cerca cómo funciona hoy el sistema, qué registros existen, cuál es la situación de los terrenos ocupados y qué alternativas se están trabajando ante la escasez de lotes municipales. Un punto de partida claro: hoy Concordia no tiene terrenos municipales libres Dupleich inicia con una aclaración contundente: “Actualmente no hay terrenos libres para adjudicar”. Según explica, las gestiones anteriores sí contaban con suelo urbano, pero “se adjudicaban sin un criterio que buscara la capacidad de pago ni un seguimiento de los planes”, lo que terminó en un escenario complejo: no solo no quedaron terrenos disponibles, sino que el instituto tampoco conservó ingresos suficientes como para adquirir nuevas tierras. Matías Julián Dupleich, presidente del InVyTAM. Frente a ese contexto, el InVyTAM decidió reordenar prioridades y avanzar sobre la regularización dominial. Para Dupleich, si no hay tierras para entregar, lo central es “ver qué es lo que sí tenemos, organizar y controlar”. Hoy el instituto cuenta con un registro detallado: “Tenemos 6.523 beneficiarios y el 40% tiene adjudicaciones activas”, señala, destacando que esta información se actualiza constantemente gracias a relevamientos comunitarios diarios. Equipos técnicos recorren los barrios para verificar la situación real de cada familia, su nivel de ingresos, si habitan el lote asignado y si cumplen las condiciones establecidas. Ese trabajo permite ordenar, depurar datos y garantizar un uso adecuado del suelo. El eje del control: qué se evalúa y cómo se define si un terreno puede urbanizarse A la hora de establecer si un terreno puede urbanizarse, Dupleich marca reglas precisas. “Para que podamos intervenir, el terreno tiene que ser municipal”, explica. En ocasiones se reciben propuestas de donación de privados o entidades públicas, pero la intervención solo es posible una vez que el lote ingresa efectivamente al dominio municipal. Además, debe encontrarse dentro del área urbana, no debe ser un humedal ni una zona de riesgo socioambiental. En este punto aparece el programa de relocalización, uno de los ejes fuertes de la gestión. “Trabajamos con familias que están hace años en zonas inundables o de riesgo, para trasladarlas a lugares seguros”, detalla. En marzo se finalizaron nueve viviendas en Agua Patito con fondos municipales, y las familias fueron relocalizadas. Ese avance permitió gestionar una segunda etapa con financiamiento provincial, que habilitará la construcción de quince nuevas viviendas el próximo año. El crecimiento de asentamientos informales también obliga a revisar el uso del suelo público. Cuando surge una ocupación, intervienen el área comunitaria y la de obras para analizar el caso. Dupleich remarca que “no es lo mismo un terreno destinado a habitación que uno afectado a un sistema ambiental o a infraestructura hídrica”. En los casos regularizables se evalúan condiciones habitacionales, posibilidades de pago y adecuación a la normativa urbana. Allí subraya un punto clave: “El único instrumento válido que te da el título de dueño es la escritura pública”, un recordatorio necesario en una ciudad donde durante años se entregaron tenencias precarias que generaron confusión. Hacia dónde se avanza: nuevas alternativas y la búsqueda de suelo urbano Si bien hoy no existen terrenos municipales disponibles, el InVyTAM trabaja en alternativas para ampliar la oferta futura. Hay proyectos en marcha con privados interesados en donar inmuebles, aunque Dupleich prefiere mantener cautela: “No quiero ingresar en detalles porque hay gestiones en distintas etapas”. Muchas de esas propuestas incluyen cargos específicos —como destinar parte del lote a actividades comunitarias— y requieren estudios técnicos, aprobación legislativa y formalización del traspaso. Al mismo tiempo, el instituto impulsa el programa “Cerca de tu vecino”, que recorre barrios para explicar la importancia de la escritura, la seguridad jurídica y las herramientas de regularización. La transparencia, sostiene Dupleich, es un eje central: “Invitamos a todos a inscribirse en el registro de postulantes, porque es lo que nos permite tener el termómetro de la comunidad”. Actualmente, ese registro reúne a 920 familias, y el análisis de sus perfiles permite planificar futuros proyectos según composición familiar, situación económica y necesidades reales. “Nuestro objetivo es acompañar al vecino y encontrar una alternativa posible para cada caso”, resume el titular del InVyTAM, convencido de que ordenar, regularizar y transparentar son hoy los pasos esenciales para pensar la urbanización del futuro.
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