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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 03/12/2025 08:44
Octopath Traveler 0, de Square Enix. Octopath Traveler 0 es el nuevo título de la franquicia de Square Enix y ocupa un lugar particular dentro de la serie. Se trata del cuarto juego lanzado, pero el tercero de las entregas principales, porque entre el primero y el segundo apareció Octopath Traveler: Champions of the Continent, un spin-off gacha para dispositivos móviles cuya historia completa sirve de base para este nuevo exponente. La narrativa de Octopath Traveler 0 está, en esencia, dividida en dos grandes mitades. Por un lado tenemos la historia de Champions of the Continent rediseñada para un JRPG tradicional; por el otro, la historia original de Octopath Traveler 0, centrada en el protagonista que creás al inicio y ambientada en la ciudad de Wishvale. Square Enix habla de una proporción 60/40 a favor de Champions of the Continent. Más allá de si ese porcentaje es exacto a nivel “minutos de juego”, en términos de peso dramático la parte heredada del gacha tiene claramente más importancia que la historia nueva. Aun así, no se sienten como dos bloques pegados sin trabajo alguno, ya que todo fue reescrito y ajustado para convivir con el nuevo protagonista, con Wishvale y con las novedades propias de Octopath Traveler 0. Octopath Traveler 0, de Square Enix. La parte original es la más sencilla de describir. En Octopath Traveler 0 creás un personaje desde cero (valga la redundancia). Elegís su nombre, su comida favorita, algunos ítems iniciales y ciertos detalles básicos. Ese protagonista vive en una ciudad llamada Wishvale, junto a su madre, su padre y una comunidad de aldeanos que funcionan como familia elegida. Muy temprano en el juego, y esto está presente incluso en los tráilers oficiales, Wishvale es atacada y arrasada. La ciudad arde, tus padres son asesinados y ese desastre se convierte en el gran motor de la nueva historia, ya que nuestro personaje jura vengarse de tres figuras clave, cada una involucrada de forma distinta en la destrucción del lugar. Después de la tragedia, nuestro protagonista decide reconstruir Wishvale junto a los sobrevivientes. Ahí entra en juego un componente de construcción de ciudad muy sencillo, casi un minijuego, que recuerda levemente a la sensación de ir armando un pueblo en un simulador de vida, pero en versión acotada. A medida que avanzamos en la historia principal, exploramos el mundo y completamos capítulos, desbloqueamos nuevos habitantes, edificios e instalaciones para Wishvale. Reconstruir la ciudad no es solo una actividad paralela, sino que también alimenta la narrativa personal del protagonista y funciona como la columna vertebral de la parte original de Octopath Traveler 0. Octopath Traveler 0, de Square Enix. La otra mitad de la experiencia viene de Octopath Traveler: Champions of the Continent. Esa historia se reorganiza en grandes arcos temáticos denominados “Maestro del Poder”, “Maestro de la Fama” y otros similares que el juego va presentando. Cada arco suele estar dividido en tres capítulos numerados y, en general, son autoconclusivos. Estos tienen un personaje central propio, un villano definido y un conflicto que se presenta y se resuelve dentro de esos tres capítulos. Con el correr del juego, estos arcos dejan de ser como islas aisladas, ya que ciertos personajes reaparecen, algunas consecuencias se arrastran hacia adelante, mezclándose, y todo se va ensamblando en una trama mayor que no se queda en guiños, sino que realmente une lo que parecía separado. El punto donde esta estructura se vuelve problemática es en la relación con el protagonista nuevo. Todos estos arcos funcionaban, originalmente, sin que tu personaje existiera. En Octopath Traveler 0 lo insertan en escenas y diálogos importantes, ya que los villanos te interpelan, los aliados reconocen tu tragedia, se menciona Wishvale y se modifican líneas para que también seamos parte de ese mundo. A veces funciona muy bien, otras se nota el parche, sobre todo porque nuestro protagonista no tiene voz propia. No habla, no responde, no sostiene diálogos, más allá de lo que el juego sugiere que siente. Entonces se dan escenas en las que un villano nos provoca, nos atribuye deseos de venganza o oscuridad en el corazón, nos llama por nuestro nombre… y nosotros no contestamos. La conversación “real” ocurre entre el antagonista y el personaje original de ese arco, que no somos nosotros, y queda la sensación de que estamos presenciando una obra donde nuestra presencia es secundaria. Octopath Traveler 0, de Square Enix. En los mejores momentos, el juego se apoya más en esos personajes y nos deja de lado, y curiosamente esos son los arcos que mejor fluyen. En los que no lo hacen tan bien, la trama intenta colocarnos como eje emocional, pero la imposibilidad de que nuestro protagonista se exprese rompe la inmersión y le resta fuerza a escenas que, sin nuestro personaje, funcionarían mejor. En la segunda mitad del juego esto se acentúa en algunos capítulos, aunque no se puede profundizar sin entrar en spoilers importantes. Lo relevante es que el problema no desaparece, aunque tampoco arruina la experiencia. La historia de Octopath Traveler 0 se disfruta de principio a fin y sigue siendo, con todo lo que dijimos, el punto más fuerte del juego. Esa fortaleza narrativa se ve potenciada por una banda sonora espectacular. Si las de los dos primeros Octopath Traveler ya eran candidatas naturales a banda sonora del año, la de Octopath Traveler 0 eleva todavía más la vara. El juego mezcla temas de las entregas anteriores, música de Champions of the Continent y nuevas composiciones específicas de esta entrega, y el resultado es una colección variadísima de piezas que van de lo íntimo a lo épico sin perder nunca el nivel de refinamiento al que el compositor de la saga nos tiene acostumbrados. Cada escena importante y cada combate se benefician de una música que no solo acompaña nuestra aventura, sino que empuja emocionalmente el entramado hacia arriba. Octopath Traveler 0, de Square Enix. La otra gran mitad del juego, obviamente, es el combate. Octopath Traveler 0 toma la base de los sistemas clásicos de la saga (el uso del “Boost” y el “Break”, la importancia de explotar debilidades elementales y armas) y los mezcla con ideas heredadas y refinadas desde Champions of the Continent. El resultado es un sistema que se siente familiar para quien venga del primero o del segundo título, pero que introduce cambios suficientes como para obligarte a repensar por completo cómo armás tu equipo. En lugar de controlar solo a cuatro personajes, acá manejás a ocho al mismo tiempo. Cuatro están en la línea activa y cuatro en la retaguardia, pero no funcionan como reservas “muertas”, ya que el grupo se organiza en cuatro parejas fijas, y con solo tocar un botón intercambiamos al personaje de adelante con el de atrás dentro de cada dupla. Es decir, la primera posición adelante y la primera posición atrás comparten un turno, lo mismo la segunda, la tercera y la cuarta, pero no podemos combinar libremente, por ejemplo, al personaje de la primera posición con el de la segunda. Esto, que sobre el papel parece un detalle pequeño, cambia por completo la forma de construir un grupo. Como el sistema de Break sigue girando en torno a golpear las debilidades del enemigo hasta romper sus escudos, tener ocho personajes nos da una cobertura muchísimo más amplia de posibles debilidades. Pero si, por ejemplo, ponemos a dos usuarios de arco en la misma pareja —uno adelante y uno atrás—, y el jefe es débil al arco, en ese turno solo uno de ellos va a poder atacar esa debilidad, porque comparten acción. Podemos intercambiarlos cuantas veces necesitemos, pero esa posición sigue siendo única. Esto convierte la formación en un pequeño rompecabezas permanente. Ubicamos tanques, curanderos y atacantes físicos o elementales pensando no solo en qué rol cumple cada uno, sino también en cómo se combinan sus debilidades, qué pareja conviene que comparta tipo de daño y cuál debería mezclar funciones distintas. Octopath Traveler 0, de Square Enix. A este esquema se suman los sistemas nuevos de Octopath Traveler 0, como la posibilidad de desbloquear habilidades con un personaje y trasladarlas a otro, o de equipar pasivas y activas que funcionan casi como ítems configurables. El grado de personalización es altísimo y el juego nos empuja a experimentar para aprovechar sinergias entre habilidades aprendidas, roles bien delimitados y la estructura de parejas. A diferencia de lo que pasa en otros Octopath Traveler, acá es más difícil convertir a un solo personaje en una máquina que rompe por completo el juego. Ningún integrante del grupo alcanza por sí solo esos extremos casi ridículos de poder, pero el conjunto de ocho, bien armado, se complementa de maneras muy satisfactorias. Eso no significa que no podamos alcanzar números de daño absurdos ni humillar jefes si nos dedicamos a exprimir el sistema. Todavía es posible llegar a golpes que hacen 99.999 de daño y a estrategias que despeinan la barra de vida del enemigo, y para mucha gente eso es parte del encanto. Pero los jefes están diseñados para limitar abusos más extremos a nivel de acciones infinitas, evasión perpetua y otros bucles rotos, en parte gracias a escudos de Break mucho más altos. Así, algunos pueden tener valores de defensa de hasta 24, lo que hace mucho más complicado mantenerlos en estado de ruptura constante o borrarlos en un solo turno. ¿El resultado? Un combate que se siente exigente, variado y muy entretenido durante todo el juego, con una curva de dificultad que escala bien desde el principio hasta el final. Todo esto se integra con naturalidad en la estructura general: no hay sistemas de gacha, todos los personajes se desbloquean jugando y avanzando en la historia y el diseño de encuentros aprovecha el formato de ocho integrantes sin volverse inabarcable ni caótico. Octopath Traveler 0, de Square Enix. No hay dudas de que Octopath Traveler 0 es un gran exponente para la franquicia donde, si te gustaron el primero y el segundo Octopath Traveler, es recomendable también jugar. Como nueva entrega principal se planta con muchísima fuerza, es claramente superior al primer Octopath Traveler y, en varios aspectos, también se siente más sólido que el segundo, aunque este último conserve ventajas puntuales en otros terrenos. Donde el juego puede generar más debate es en su relación con Champions of the Continent. No estoy del todo de acuerdo con la idea de que alguien que jugó a fondo el gacha vaya a sentir que esto es un juego “100% nuevo”, ya que la historia principal de Octopath Traveler 0, la que involucra al jefe final y al gran conflicto de fondo, es esencialmente la misma que la de Champions of the Continent. Pero también es cierto que el título introduce una cantidad considerable de contenido original (incluyendo la historia de Wishvale, el nuevo protagonista, jefes inéditos y todo el rediseño del combate), y que la experiencia completa se siente diferente, más cerrada y más cuidada. Dicho esto, si nunca jugaste Octopath Traveler: Champions of the Continent y te gustan los JRPG por turnos con buen sistema de combate, grandes historias y bandas sonoras memorables, Octopath Traveler 0 es, directamente, obligatorio. Y si venís del gacha, aunque algunas piezas te resulten familiares, hay lo suficiente reimaginado y expandido como para justificar el viaje de vuelta a este mundo. 8 Entrega obligada Octopath Traveler 0 mezcla una historia más sólida con un combate renovado que aprovecha un equipo de ocho personajes. Combina la trama reescrita del gacha con un arco original y logra una experiencia intensa, variada y bien construida. Revisado en Nintendo Switch 2 Plataformas: Nintendo Switch Nintendo Switch 2 PC PlayStation 4 PlayStation 5 Xbox Series S Xbox Series X
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