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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 03/12/2025 08:42
La obesidad abdominal representa un mayor riesgo para la salud cardíaca que el sobrepeso general, según un estudio europeo (Imagen Ilustrativa Infobae) Un reciente estudio europeo destacó la importancia de la distribución de la grasa corporal en la salud cardíaca. Más allá del peso total, la acumulación de grasa en el abdomen parece tener repercusiones mucho más graves en el funcionamiento del corazón, incluso antes de que se manifiesten síntomas clínicos. Diferencias entre obesidad general y obesidad abdominal El equipo liderado por la doctora Jennifer Erley del University Medical Center Hamburg-Eppendorf en Alemania analizó, mediante resonancia magnética cardíaca avanzada, a 2.244 adultos de entre 46 y 78 años sin antecedentes de enfermedad cardiovascular. Todos los participantes formaron parte del Hamburg City Health Study. Para medir la obesidad, compararon dos índices: el índice de masa corporal (IMC), asociado a la obesidad general, y el índice cintura-cadera (ICC), que refleja la cantidad de grasa en la zona media. Los hombres muestran cambios cardíacos más severos por obesidad abdominal, con alteraciones en el ventrículo derecho detectadas por resonancia magnética (Imagen Ilustrativa Infobae) Los resultados fueron claros: el 69% de los hombres y el 56% de las mujeres tenía sobrepeso u obesidad de acuerdo con el IMC. Sin embargo, el 91% de los hombres y el 64% de las mujeres fueron identificados con obesidad abdominal según los valores definidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) usando el ICC. El impacto sobre el corazón varió entre ambas mediciones. El sobrepeso general se asoció con el agrandamiento de las cavidades cardíacas, mientras que la obesidad abdominal provocó un engrosamiento de las paredes del músculo cardíaco y una reducción del espacio interno. Este patrón se llama hipertrofia concéntrica: el órgano no aumenta de tamaño exteriormente, pero sus paredes se hacen más gruesas y las cámaras internas, más pequeñas. Como resultado, el corazón tiene menor capacidad para bombear sangre y dificultades para relajarse. La acumulación de grasa en el abdomen provoca engrosamiento de las paredes cardíacas y reduce la capacidad de bombeo del corazón (Imagen ilustrativa Infobae) En palabras de la doctora Erley, “la obesidad abdominal, un alto índice cintura-cadera, se asocia con patrones de remodelado cardíaco más preocupantes que un IMC elevado por sí solo”, según declaraciones recopiladas por la Radiological Society of North America. Los hombres enfrentan mayores riesgos cardíacos por grasa abdominal El estudio encontró que los efectos negativos de la obesidad abdominal son más marcados en los hombres. En este grupo se observaron cambios significativos en el ventrículo derecho, la cámara cardíaca encargada de enviar la sangre a los pulmones. Los investigadores plantean dos hipótesis: que los varones desarrollan este tipo de obesidad antes y de forma más severa, o que las mujeres están, en parte, protegidas gracias al efecto del estrógeno. Además, en los hombres se detectaron cambios sutiles en el tejido cardíaco solo visibles con tecnología avanzada de resonancia magnética, lo que sugiere que el corazón podría estar sometido a estrés mucho antes de que se presenten síntomas o enfermedades diagnosticables. Radiólogos y cardiólogos deben considerar la obesidad abdominal como un factor independiente de alto impacto en el remodelado cardíaco (Imagen Ilustrativa Infobae) Para asegurarse de que estos resultados estaban relacionados realmente con la obesidad abdominal y no con otros factores de riesgo, como hipertensión, tabaquismo, diabetes o colesterol alto, los autores del estudio ajustaron sus análisis estadísticos. Medición práctica y recomendaciones para la prevención La Radiological Society of North America hace hincapié en que estos descubrimientos pueden transformar tanto la prevención como el manejo de las enfermedades cardiovasculares. En lugar de centrarse únicamente en reducir el peso corporal total, los adultos de mediana edad deberían prestar atención a la grasa acumulada en el abdomen. Según la doctora Erley, las medidas preventivas más eficaces incluyen ejercicio regular, una dieta equilibrada y consultar a un médico si es necesario. Calcular el índice cintura-cadera resulta sencillo: solo es necesario tomar la medida de la cintura en su parte más estrecha y dividirla entre la medida de la cadera en su parte más ancha. Si el resultado supera 0,90 en hombres o 0,85 en mujeres, según la OMS, se considera que existe obesidad abdominal, con el consiguiente aumento del riesgo cardiovascular. La vigilancia médica activa de la grasa abdominal es clave para mejorar la salud pública. Los autores del estudio recalcan que los profesionales sanitarios deben medir y dar seguimiento a este parámetro en sus pacientes, ya que su impacto sobre el corazón puede ser mayor que el del sobrepeso general. El 91% de los hombres y el 64% de las mujeres presentan obesidad abdominal, superando las cifras de sobrepeso general (Imagen Ilustrativa Infobae) Desde la perspectiva radiológica, la doctora Erley indica que, cuando se observan ciertos cambios en la estructura del corazón, los especialistas suelen pensar en patologías como la miocardiopatía o la cardiopatía hipertensiva, pero rara vez relacionan estos hallazgos con el exceso de grasa abdominal en sus reportes clínicos. La Radiological Society of North America resalta la necesidad de que tanto radiólogos como cardiólogos consideren la obesidad abdominal como un factor independiente y de alto impacto en el remodelado del corazón. Las conclusiones de este estudio invitan a un cambio de paradigma: no basta con controlar el peso total, sino que es indispensable vigilar cómo y dónde se acumula la grasa corporal. Medidas tan simples como el uso de una cinta métrica pueden marcar una gran diferencia para anticipar y reducir el riesgo cardiovascular en la población adulta.
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