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  • Cómo la vacuna contra el herpes zóster podría prevenir y ralentizar la demencia en personas +60

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 02/12/2025 18:35

    La vacuna contra el herpes zóster se asocia con un veinte por ciento menos de riesgo de desarrollar demencia en adultos mayores (Imagen Ilustrativa Infobae) Un análisis de los registros médicos de adultos mayores en Gales ha revelado que la vacuna contra el herpes zóster podría prevenir y ralentizar la demencia. Esta investigación, liderada por el Centro Médico de la Universidad de Stanford, se apoya en una política de vacunación inusual implementada en Gales, que permitió a los científicos aislar el efecto de la vacuna de otros factores de salud y estilo de vida. El estudio, publicado inicialmente en Nature, examinó los historiales de más de 280 mil personas de entre 71 y 88 años que no presentaban demencia al inicio del programa de vacunación. Ahora, se divulgó un seguimiento del trabajo en la revista Cell. Los investigadores centraron su análisis en quienes se encontraban justo en el umbral de elegibilidad: aquellos que cumplieron 80 años la semana anterior al 1 de septiembre de 2013, fecha de inicio del programa, y quienes los cumplieron la semana posterior. Esta diferencia mínima de edad determinó el acceso a la vacuna, ya que solo quienes tenían 79 años en esa fecha podían recibirla durante un año, mientras que quienes ya habían cumplido 80 quedaban excluidos de forma permanente. Científicos de Stanford analizaron datos de más de 280.000 adultos mayores en Gales y observaron efectos protectores - (Imagen Ilustrativa Infobae) Según explicó el doctor Pascal Geldsetzer a Stanford Medicine, esta circunstancia permitió crear un “grupo de control” y un “grupo de intervención” prácticamente idénticos en todas sus características, salvo por la elegibilidad para la vacuna. “Sabemos que si se toma al azar a mil personas nacidas en una semana y a mil personas nacidas al azar una semana después, no debería haber ninguna diferencia en promedio entre ellas”, afirmó Geldsetzer. “Son similares entre sí, salvo por esta pequeña diferencia de edad”. Durante los siete años posteriores, los resultados mostraron que quienes recibieron la vacuna contra el herpes zóster presentaron un 20% menos de probabilidades de desarrollar demencia en comparación con quienes no la recibieron. Este efecto se mantuvo constante incluso tras analizar los datos desde diferentes ángulos, como el rango de edad o las causas de muerte atribuidas a la demencia. Geldsetzer subrayó a Stanford Medicine: “La señal en nuestros datos era tan fuerte, tan clara y tan persistente”. El análisis también confirmó que la única diferencia significativa entre los grupos fue la reducción en los diagnósticos de demencia. No se observaron variaciones en el nivel educativo, la recepción de otras vacunas o tratamientos preventivos, ni en la incidencia de enfermedades comunes como diabetes, enfermedades cardíacas o cáncer. “Debido a la forma única en que se implementó la vacuna, el sesgo en el análisis es mucho menos probable de lo que sería habitual”, señaló Geldsetzer. El herpes zóster afecta hasta a un tercio de los adultos y su frecuencia aumenta a partir de los cincuenta años Créditos: Freepik La investigación fue más allá de la prevención. Un estudio de seguimiento, publicado el 2 de diciembre en Cell, demostró que la vacuna también podría beneficiar a quienes ya han sido diagnosticados con demencia, al ralentizar el avance de la enfermedad. Los datos indicaron que las personas vacunadas tras recibir un diagnóstico de demencia tenían significativamente menos probabilidades de morir por esta causa en los nueve años siguientes. De los 7.049 adultos mayores galeses con demencia al inicio del programa, casi la mitad falleció por demencia durante el seguimiento, pero solo alrededor del 30% de quienes recibieron la vacuna murieron por esta causa. El estudio publicado en Cell recoge: “La vacunación contra el herpes zóster parece actuar a lo largo de todo el curso clínico de la demencia”. Además, los autores señalan: “Observamos que la vacunación contra el HZ también reduce el diagnóstico de deterioro cognitivo leve y, entre los pacientes con demencia, las muertes por demencia”. Otro hallazgo relevante fue la diferencia de respuesta entre sexos. La protección frente a la demencia resultó ser más pronunciada en mujeres que en hombres, lo que podría estar relacionado con diferencias inmunológicas o en la evolución de la enfermedad. Geldsetzer explicó a Stanford Medicine que las mujeres suelen mostrar una mayor respuesta de anticuerpos a la vacunación y que el herpes zóster es más frecuente en mujeres. La vacuna mostró beneficios tanto en la prevención como en el retraso del avance de la demencia ya diagnosticada (Imagen Ilustrativa Infobae) A pesar de estos resultados, aún no se ha determinado si la protección se debe a una estimulación general del sistema inmunológico, a la reducción de las reactivaciones del virus o a otros mecanismos. Tampoco se sabe si la versión más reciente de la vacuna, basada en proteínas virales y más eficaz para prevenir el herpes zóster, podría tener un impacto igual o superior sobre la demencia. El equipo de Geldsetzer replicó estos hallazgos en otros países como Inglaterra, Australia, Nueva Zelanda y Canadá, donde la vacuna se implementó de manera similar. “Seguimos observando esta fuerte señal de protección contra la demencia en un conjunto de datos tras otro”, afirmó Geldsetzer a Stanford Medicine. El investigador considera que estos resultados justifican la realización de un ensayo controlado aleatorizado a gran escala, que permita establecer con mayor certeza la relación causal entre la vacunación y la reducción del riesgo de demencia. Geldsetzer busca financiación filantrópica para este proyecto, ya que la vacuna viva atenuada utilizada en el estudio ha perdido la patente, pero es la que ha mostrado evidencia convincente en los experimentos naturales. Según sus observaciones, los efectos protectores de la vacuna comienzan a manifestarse aproximadamente un año y medio después de la inmunización. Los resultados sugieren que las mujeres vacunadas presentan una mayor reducción del riesgo de demencia (Imagen Ilustrativa Infobae) El estudio en Cell concluye: “Nuestros hallazgos sugieren que la vacunación contra el HZ con virus vivos atenuados previene o retrasa el deterioro cognitivo leve y la demencia, y ralentiza la evolución de la enfermedad en quienes ya viven con demencia”. La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia en adultos mayores, según la Organización Mundial de la Salud. En 2021, más de 57 millones de personas vivían con demencia en todo el mundo, y se proyecta que esa cifra llegará a 139 millones para 2050. Por otra parte, el herpes zóster, conocido popularmente como culebrilla, es una infección viral provocada por el virus varicela-zóster, el mismo que provoca la varicela. Afecta hasta a un tercio de los adultos a lo largo de sus vidas y su frecuencia aumenta con la edad, especialmente después de los 50 años. Otro estudio sobre vacunación contra herpes zóster y demencia En tanto, anteriormente, un estudio de gran escala publicado en Nature Medicine y difundido por The Washington Post indicó que disminuir la incidencia de brotes del virus mediante la vacunación puede relacionarse con una menor frecuencia de deterioro cognitivo en la vejez, sobre todo en mujeres y adultos mayores. El virus varicela-zóster, tras causar varicela en la niñez, permanece inactivo en el sistema nervioso por años. Con el paso del tiempo, debido al envejecimiento o a la inmunosupresión, puede activarse nuevamente bajo la forma de herpes zóster. Esta infección, conocida principalmente por el dolor y las erupciones en la piel, se asocia de manera creciente con daños neurológicos. Entre quienes recibieron la vacuna solamente un treinta por ciento falleció por demencia durante el estudio (Imagen Ilustrativa Infobae) Anupam Jena, internista en el Hospital General de Massachusetts, expresó al The Washington Post que la cuestión central era determinar si la reactivación del virus solo genera problemas físicos o si también deja una marca duradera en el cerebro. La investigación de Nature Medicine analizó los registros médicos de más de 100 millones de personas en Estados Unidos y detectó que quienes experimentaron dos o más episodios de herpes zóster tuvieron entre un 7% y un 9% más riesgo de desarrollar demencia en los años posteriores, en comparación con aquellos que solo sufrieron un brote. La hipótesis de los expertos sostiene que cada reactivación desencadena una respuesta inflamatoria fuerte, capaz de ocasionar daños sutiles pero sostenidos en áreas cerebrales responsables de la memoria, la atención y la función cognitiva. Patrick Schwab, director senior de inteligencia artificial en GSK y coautor del trabajo, afirmó que si bien la demencia tiene determinantes genéticos, metabólicos y ambientales, el hallazgo sugiere que reducir la recurrencia viral en la vida adulta —y evitar múltiples reactivaciones— puede convertirse en una estrategia concreta para bajar el riesgo. Al menos tres estudios científicos en el último tiempo analizaron el vínculo entre vacunación contra el herpes zóster y la ralentización del deterioro cognitivo (Imagen Ilustrativa Infobae) Otras investigaciones complementarias, como el Baltimore Longitudinal Study of Aging publicadas en la revista Neurology, confirmaron que las infecciones herpéticas sintomáticas se correlacionan con una reducción acelerada del volumen de sustancia blanca en el cerebro —sobre todo en el lóbulo temporal— y con disminución gradual de la capacidad de atención. Aunque no todos los estudios coinciden en el impacto exacto, la evidencia apunta en una dirección común: un mayor número de episodios de herpes zóster implica un riesgo más alto de deterioro cognitivo en la siguiente década. En los años recientes, la principal novedad es que la vacunación contra el herpes zóster no solo reduce la aparición de brotes, sino que también produce una disminución importante en el riesgo de demencia. Según el análisis realizado en Nature Medicine, las personas que recibieron la vacuna experimentaron entre un 27% y un 33% menos riesgo de demencia en los tres años posteriores a la aplicación. La magnitud de este efecto depende del tipo de vacuna utilizada y del número de dosis administradas.

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