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» Voxpopuli
Fecha: 02/12/2025 11:21
Cierres Históricos y Pérdida de Empleo Martín Pinto, presidente del Centro de Panaderos de Merlo, reveló cifras alarmantes: 1.800 panaderías cerraron sus puertas en todo el país, lo que se traduce en la pérdida de más de 15.000 puestos de trabajo en tan solo dos años. Pinto fue contundente al comparar la situación actual con momentos históricos de gran adversidad, como la pandemia, los años ’90 y la crisis de 2001. Según sus declaraciones, la coyuntura de hoy es mucho peor: «no es nada comparado con lo que estamos viviendo hoy». El sector, en general, está «trabajando siempre a pérdida» y se encuentra apenas «subsistiendo». La Pinza Imposible: Costos vs. Demanda La tormenta perfecta para las panaderías es la combinación letal de aumento de costos y desplome de la demanda. Costos Disparados: Pinto señaló que las boletas de luz, un insumo crítico para el sector, registraron un aumento de entre un 45% y un 50% de un mes al otro. El sector, afirma, tiene que enfrentar un incremento constante de sus insumos, lo que hace «imposible sostener» la operación. Demanda Aniquilada: En paralelo, el sector experimentó una caída de venta de un 55%. La razón es el bajo poder adquisitivo de los consumidores. La gente hoy «compra lo que puede y no lo que quiere», pues ya no tiene recursos en el bolsillo para mantener los niveles de consumo habituales. Esta combinación obliga a los panaderos a trasladar los aumentos de costos a los precios, una medida que resulta inútil para reactivar las ventas. Sueldos «Pisados» y Crisis Estructural El análisis de Martín Pinto apunta a un problema estructural bajo la actual política económica: los aumentos de costos no han sido acompañados por una mejora salarial. Mientras los precios de la energía y los insumos se disparan, la población tiene los «sueldos pisados a un año atrás». Esto significa que subir el precio del pan y otros productos solo profundiza la caída de las ventas, ya que el poder de compra de la gente está estancado. La crisis de las panaderías, un termómetro de la economía cotidiana, evidencia el profundo sufrimiento de la clase media y trabajadora ante la gestión del gobierno ultraderechista.
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