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Concordia » Hora Digital
Fecha: 02/12/2025 06:02
Desde Casa Rosada consideran que intervenir la Asociación del Fútbol Argentino es complicado, ya que la mayoría de los presidentes de clubes respaldan a Tapia. En las últimas horas, el Gobierno nacional dejó en claro que no tiene intención de intervenir la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), a pesar de mantener una disputa abierta con su presidente, Claudio “Chiqui” Tapia. La decisión responde a la complejidad que implica intervenir una asociación civil, especialmente cuando la mayoría de sus socios, que son los presidentes de los clubes de fútbol, están alineados con Tapia. Desde Casa Rosada continúan buscando una estrategia para avanzar en contra de la conducción de la AFA, aunque reconocen que la tarea es difícil debido al fuerte respaldo que Tapia recibe dentro del organismo. En este contexto, el oficialismo evalúa diferentes caminos para ejercer presión o influir en la gestión de la casa madre del fútbol argentino. En la residencia de Olivos tienen claro que Tapia arrastra una mala imagen en gran parte de la sociedad desde hace tiempo, pero también reconocen que mantiene vínculos estrechos con el peronismo, lo que complica cualquier intento de intervención directa. Por esta razón, el Gobierno optó por posicionarse en la vereda opuesta a Tapia, buscando distanciarse públicamente de su figura. Esta postura quedó evidenciada en la actitud del diputado Javier Milei, quien aprovechó la disputa que se generó entre Tapia y Estudiantes de La Plata por el trofeo entregado a Rosario Central. El conflicto se profundizó cuando el club dirigido por Juan Sebastián Verón decidió no participar de la ceremonia de premiación, lo que Milei utilizó para expresar su rechazo al presidente de la AFA. La posición del Gobierno y sus aliados es tan firme que Milei difundió tres imágenes distintas con camisetas de Estudiantes, una de ellas durante una reunión clave que mantuvo con el canciller de Israel, Gideon Saar. Este gesto simboliza el respaldo a la postura opuesta a Tapia y refleja la tensión existente entre el oficialismo y la conducción del fútbol argentino.
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