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  • De la pasión heredada al podio internacional: la historia de Nicolás Varrone, el chico que creció entre autos, desafió el camino tradicional y llegó a la Fórmula 2

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 02/12/2025 05:21

    Random con Nicolás Varrone Nicolás Varrone, piloto argentino, inició su trayectoria en karting y en 2018 emigró a Europa, donde ese año se proclamó campeón del V de V Challenge Monoplace. Desde entonces enfocó su carrera hacia el automovilismo de resistencia, compitiendo en diferentes categorías de sportscars. Entre sus logros más importantes se destacan la victoria de clase en la 24 Horas de Le Mans 2023 (LMGTE Am) y el triunfo de clase en la 24 Horas de Daytona 2023 (LMP3). Estos resultados lo consolidaron como piloto internacional y le otorgaron el estatus de “FIA Gold”. En octubre de 2025 se anunció su incorporación a Van Amersfoort Racing para participar en la temporada 2026 de la FIA Formula 2, lo que marca su regreso a los monoplazas y lo posiciona cerca de la Fórmula 1. De Corvette, Porsche y Ferrari al sueño de Fórmula 2: el piloto argentino enfrenta el próximo año un nuevo desafío. Fotografía: Maximiliano Luna —Vas a competir desde marzo de 2026 en la Fórmula 2. —Sí, se confirmó hace poco. Así que ahora empezamos con las pruebas de postemporada en diciembre en Abu Dabi. Pero el campeonato empieza en marzo, así que va a ser un desafío importante de mi carrera. Fue un poco anormal el camino para llegar a Fórmula 2, porque en el medio estuve corriendo en carreras de Endurance, de resistencia, como las 24 horas Le Mans. Vengo de ese lado. Normalmente vos subís Fórmula 4 a Fórmula 3 y a Fórmula 2. Y así... —O sea que lo tuyo no es el camino habitual. —No es el camino habitual en los últimos años, al menos. Pero a mí, por una cuestión de presupuesto, cuando estaba en Fórmula 3, allá por 2019 y durante pandemia, tuve que dejar por cuestiones económicas, que me llevaron para el mundo de Endurance. Eso me dio una carrera, un montón de lindos resultados y me hizo convertirme en piloto profesional. Y cuando te vas para ahí normalmente se cierra la puerta de Fórmula porque es como que ya está, ya te asentaste, ya estás contratado por una fábrica, ya este es tu laburo… —Como que son dos palos diferentes entonces uno no mira el otro. —Exactamente. Y con todo este boom que el año pasado en Argentina con Franco Colapinto en Fórmula 1, con la gente mirando las carreras, hay más empresas interesadas en la Fórmula 1, ¿viste? Todo el mundo hoy mira Fórmula 1. Yo cuando era más pendejo, de mi edad, era el único loco que miraba las carreras los domingos. —O la gente en la época de Lole Reutemann. —Exacto, muchísimo más atrás. Pero se había perdido eso del automovilismo y con todo eso fue una expansión terrible. Cuando me plantearon: “Che, ¿querés estar? ¿Estás para intentarlo?” Dije que sí porque son esas cosas que se te presentan una vez en la vida y si decís que no, te vas a arrepentir. —O sea que el boom Colapinto de alguna manera hizo que pusieran los ojos en vos también y decir: “Este argentino también es talentoso, vamos a darle la chance”. —Sí. A veces es difícil de entender el automovilismo, por ahí en otros deportes, como básquet, fútbol o lo que sea, a vos te contrata un equipo y te dicen: “Che, vení, sos talentoso, te vamos a pagar, te contratamos y jugás”. En automovilismo, más que nada en el mundo de Fórmula 3, 2 o 1, si vos no tenés sponsor y no tenés el presupuesto, no te subís al auto y podés ser el próximo Verstappen. Pero si no tenés los recursos para pagarte tu asiento y correr en las categorías formativas, no llegás. —O sea que hay chicos muy talentosos que si no tienen ese apoyo de las empresas, quedan en camino. —Exactamente. Vos fijate que todos, ahora en Fórmula 1 hay un montón de chicos que llevan sponsor, llevan presupuesto, porque si no, no se suben. Es parte del negocio. En Fórmula 2 todos los pilotos pagan. Hay muchos que son familias millonarias, otros que, como en mi caso, que con todo este boom las empresas argentinas dijeron: “Che, vamos a apoyar a otro piloto, queremos tener otro piloto en ese mundo”. Cuando llegó el boom que explotó, me ayudó en ese sentido. Diferentes son las carreras de Endurance, que es más parecido a otros deportes. Cuando te agarran las fábricas o Corvette no les interesa tanto lo económico, sino les interesa si andás bien y te hacen pruebas. Te prueban con otros chicos y si quedás, ahí sí sos contratado y sos piloto oficial de la marca. —¿Y hay pilotos que no son tan buenos, pero pueden pagarlo? —Sí, bueno. Está lleno de esos... —Hace poco estuvo Fasaroli acá y mencionó a un piloto de Fórmula 1. Creo que era un canadiense, de una familia con mucho dinero, que lleva años en la categoría y comentó algo así como “no debería seguir ahí”... —Yo siempre digo lo mismo: no hay pilotos malos en Fórmula 1, no existe. Tenés pilotos menos buenos, quizás. Pero por ahí ese piloto que habla no se lo critica, es un piloto que tiene un podio en Fórmula 1, que no muchos pilotos tienen. Tiene una pole en Fórmula 1. O sea, clasificó primero una vez. —Siempre con respeto al término sería “menos bueno que los demás”. —Pero bueno, pasa mucho también en Fórmula 2 o 3. Está lleno de eso porque es un deporte que si vos no tenés el presupuesto, no corres. Entonces obviamente habilita que entren muchos más que tienen la plata y compran el asiento. En realidad todos lo compran, porque todos tienen que llevar el presupuesto, pero los que no pueden llegar obviamente lo ocupa otro que por ahí tiene el presupuesto. —¿Sentís que tu experiencia en las carreras largas de 24 horas te pueden beneficiar para la Fórmula 2? —La primera vez que tuve que correr carreras de más de 40 minutos y manejar una hora y diez seguida, sentía que no se termina más. Era una cosa re loca mentalmente. Después me tocó manejar un poco más: dos horas y era como mucho tiempo. Y hoy por ahí me decís: “Hacete un steam de tres horas” Y lo hago como si nada. Te vas acostumbrando mentalmente. Entonces creo que me dio una cabeza más tranquila a la hora de pensar. Poder esperar el momento y no por ahí volverme loco en las primeras dos vueltas, sino esperar la situación, esperar las carreras. Eso puede ser un beneficio. —¿Te hizo más paciente, mejor estratega? —Sí, ponele. Porque al principio no lo tenía cuando venía de correr en Fórmula. Y con todos estos años desarrollé eso. Así que puedo esperar más la carrera, viendo que a veces a las situaciones no hay que crearlas, sino que vienen cuando uno es paciente, así que eso puede ser un plus. También otra ventaja es el hecho de haber corrido siempre con diferentes autos, porque en estos últimos 4 o 5 años corrí con autos completamente diferentes de un estilo u otro. —Claro porque no tiene nada que ver un auto de Le Mans o Daytona con Fórmula 2. —No, para nada. Y mismo entre los que corrí en Le Mans y Daytona hay diferentes categorías. Me tocó manejar turismos, prototipos, diferentes autos de turismo que de una marca a la otra cambia un montón. —Manejaste Porsche, ¿no? —Manejé Porsche Hypercar con prototipos, soy piloto oficial de Corvette en Gran Turismo, en autos de GT. También corrí con Ferrari en GT. El de carrera es hermoso. También corrí para Ferrari, entonces manejé muchos diferentes tipos de autos. Entonces te tenés que adaptar y cambiar el chip de manejo de un fin de semana al otro y todo. Eso siento que, con el poco tiempo que hay de entrenamiento en Fórmula 2, puede ser un plus el poder adaptarte rápido. En Endurance antes a los autos le tenías que cuidar los frenos, las gomas para que llegue al final después una carrera de 24 horas. Hoy en día con la tecnología que hay, los autos están diseñados para durar 48 horas corriendo a fondo. Entonces uno va a correr una carrera 24 horas y, obviamente son tres pilotos y es por turnos, pero las tres horas que vos estás arriba del auto, dos horas o dos horas y media… Nicolás Varrone competirá en la Fórmula 2 en 2026, tras una destacada carrera en Endurance y Le Mans. Fotografía: Maximiliano Luna —¿Eso es lo máximo que pueden hacer en cuestión de turnos? —Y más o menos siempre se pone un máximo de tres horas seguidas para no matarte. —Ocho horas de esas 24 son tuyas, en tres espacios de tres horas aprox. —Sí, más o menos. Así se divide, pero a veces cambia. Una vez me tocó manejar once horas. Porque tenés por ahí mejor ritmo o estás mejor o lo que sea, otro no se siente muy bien y por ahí te toca manejar mucho más. —Con menos descanso entre medio. —Claro. Terminás matado. Pero, como te decía antes, lo que tiene es que no venís cuidando los frenos. Vas a fondo todo el tiempo. En cambio en Fórmula 2 si bien las carreras son más cortas por el tipo de goma que tiene y demás, tenés que gestionar las gomas y cuidarlas mucho más. Tenés que cuidar más el auto, que llegue al final, por más que sea menos vueltas y controlar todo porque sino no llega. Todo tiene su táctica, una estrategia. Entender cómo es la carrera, qué es lo mejor para llegar al resultado y planearlo de antemano es clave. —Después de correr, ¿cómo son tus siguientes 24 horas de recuperación? ¿Qué haces? —La primera vez que gané Le Mans y gané Daytona el mismo año, en un espacio de tres o cuatro meses, era una locura. Yo decía: “Listo, terminó”, estaba sacado, imaginate. Podio, todo. Dije: “Ahora vamos de joda, vamos a festejar”. La primera grande que gané fue Daytona. Llegaron las nueve de la noche, fuimos a una cena del equipo y me dormía como los bebés en la silla. “No puedo más, no puedo salir a ningún lado”, dije. Es como que me cayó la ficha y me fui a dormir. En Le Mans me pasó lo mismo. Y el año pasado en Le Mans llovía y fue terrible la carrera. La última Le Mans en 2024, en el espacio en el que esperas la conferencia de prensa después del podio, estaba sentado en una silla y me dormí (risas). Hay una foto mía que estoy dormido con el trofeo en el piso. Son letale las carrerass. Me toma como tres días reponerme. Es mucho cansancio. —Ahora la gente te está conociéndote cada vez más, pero ¿vos cómo te sentís con todo eso? —Yo me considero un pibe súper tranquilo, normal. Me siento un poco incómodo a veces con todo esto que está pasando, de que me conoce más la gente, con toda la repercusión, porque no estaba acostumbrado. Me pasó últimamente que hay gente que por ahí me conoce y se pone medio nerviosa o te tratan como si fueras diferente y no me gusta porque yo me considero un pibe normal. —Pasa eso. Pero sos bueno, sos fachero, sos simpático y además Argentina tiene una gran cultura automovilística. —Es verdad. Pero a veces la gente te pone como si fueras, no sé, un dios inalcanzable y no, en realidad, sos una persona normal. Entonces, siempre intento tratar de, al menos en los segundos que tengo para hablar con la gente, demostrarle que soy una persona normal, que no me traten así, porque obviamente lo aprecio. Pero que no se pongan nerviosos, que al final somos todos iguales. —¿Cuáles son tus ídolos dentro del automovilismo? —Ayrton Senna es mi ídolo de siempre, por más que no lo vi correr, hoy en día con los documentales, puedo ver carreras viejas y demás. Para mí era un distinto, no solo como piloto, sino como persona, por su mentalidad fuera de la pista y todo lo que hacía. Era un crac. Después tuve varios, cuando era más chico, era Vettel, por ejemplo, cuando empezó a ganar con Toro Rosso y después con Red Bull. Tuve varios referentes que fui viendo a medida que crecía y que vas tratando de copiar. —¿Tu familia cómo está conformada? —Mi familia es mi papá y mi mamá, Sandra y Martín, que corrían en autos. Ellos se conocieron corriendo en autos y... —O sea, no te quedó otra. Contador no podías ser (risas). —No, en realidad yo me crié en ese ambiente. Mi papá tenía taller de autos de carrera. Yo jugaba con autitos y estaba arriba de los autos todo el día. Mi vida era alrededor de los autos, ya de chico. Iba a las carreras que corría mi papá. Desde ahí fue todo una sola pasión que tuve y arranqué a correr. Mi familia igual no quería que corra. Mi mamá era la que menos quería porque el automovilismo es un mundo muy difícil, muy cruel y también es peligroso. Pero yo insistí bastante. Mi papá puso primera y dijo: “Vamos a llevarlo al karting”. Y arranqué y no dejé nunca. Después, obviamente, en el medio era siempre prioridad los estudios, pero en un momento se complicaba... —¿Qué ibas a estudiar? ¿Habías arrancado la facultad? —Terminé el secundario y en un momento muy difícil en pandemia me quedo sin correr en Fórmula 3 y mi mamá me decía: “Quiero que empieces en la universidad, porque en automovilismo no sabemos...” En ese momento no sabíamos si iba a llegar o no. Me anoté en la universidad de forma online porque viajaba. Pero después dejé y no les dije nada. Como un mes después que le dije que lo había dejado. —¿En qué te habías anotado? —Administración de empresas. Dentro de todo lo que había, me gustaba. Y aparte, no me iba a meter a ingeniería porque era un quilombo. No le dije que había dejado hasta un mes y pico después. Igual medio que se habían empezado a dar cuenta y un día le dije: “Mirá, la verdad, dejé porque estoy enfocado en esto”. Imaginate el quilombo que se armó. Así que le dije a mi mamá: “Hagamos un trato. Dame dos años”. Yo tenía 17 o 18 años. “Si en dos años veo que todo sigue igual, que no vamos para ningún lado, yo te prometo que dejo los autos y arranco a la universidad. Pero dame dos años que le meta todas las fichas y que intente”, le dije y le di la mano. Ella medio obligada tuvo que acceder. Y así fue. Zafé. Por suerte la pegué porque si no, no me veía estudiando nada (risas). —¿Y hoy qué dice mamá? —Hoy siempre me lo recrimina igual. “No estudiaste”, me dice. Pero bueno. No puedo hacer todo (risas). —Las mamás son así. —Sí, obviamente. En diálogo con Leo Montero, Varrone explicó las diferencias entre el automovilismo de Endurance y la Fórmula 2, resaltando la importancia del presupuesto y los sponsors. Fotografía: Maximiliano Luna Quién y por qué Leo desafió a Nicolás a resolver distintos escenarios hipotéticos y elegir cuál de las tres figuras del automovilismo: Franco Colapinto, Lewis Hamilton y Max Verstappen encajaría en cada situación propuesta. —Primera situación. Tenés que hacer un viaje de 12 horas en auto. ¿A quién no elegirías como copiloto porque te la complicaría? —Yo soy hincha de Verstappen. Pero te digo que lo sacaría porque siento que es tan monotemático. Hablaría solo de auto todo el día y por ahí te quema. En cambio Hamilton te pone algo de música, ¿viste que hace un poco de todo? Franco también porque me tomo unos mates y es más divertido. —Segunda situación. Te para un control policial y necesitas alguien que hable por vos. ¿Quién de estos tres sería mejor para hablar con el oficial? —Y Franco tiene eso que es medio charlatán. Chamuya al toque. Así que vamos con Franco. Aparte es argentino, habla lo mismo que vos. Entiendo lo que está diciendo, así que mandamos a Franco. El creo que me hace zafar. —Franco termina invitando a los policías a la carrera, firmando un autógrafo y ya está. Tercera situación. Hay un solo asiento libre en tu auto y el que se sienta ahí elige la música para todas esas 12 horas de viaje. Es el que va a manejar la playlist. ¿Cuál de estos tres sería mejor? —A ver Verstappen… viste que a los holandeses les gusta todo el house, medio electrónico todo. A mí no me gusta. Así que afuera. Hamilton no sé qué música escucha, pero imagino que más rap o más England. Aunque puede tener una buena música… —Oasis, Beatles…. —No sé como estará su estilo. Franco es más como nosotros y pone cumbia. Lo que escuchamos nosotros: Bizarrap. Entonces eso está bueno también... —Pero pensá que son 12 horas. —Entonces vamos por Hamilton, algo más tranquilo. Porque 12 horas de cumbia, por ahí va a ser muy movido. —Último escenario. Se te pierde la llave del auto. ¿A quién culpas aunque no haya estado en el lugar? —Yo compartí muchos años de chico con Franco en karting y, de hecho, compartí viajes y demás, así que de una lo culpo a Franco porque no los conozco a los otros. Pero sé que es maldito con esa jodas, así que es el primero que te puede hacer una joda que te saca la llave y te la esconde o te la mete en algún lado es él y te dice: “No vi nada” (risas).

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