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Parana » Radio La Voz
Fecha: 01/12/2025 17:11
Tras el escándalo que generó el evento antivacunas que organizó en el Congreso la diputada chaqueña del PRO Marilú Quiróz, donde un hombre se sacó la remera y comenzó a pegarse imanes en el cuerpo con la intención de “probar” que la vacuna contra el Covid-19 “causa magnetización”, científicos salieron a aclarar que se trata de un fenómeno físico que no está relacionado con la inmunización. La razón por la que en ocasiones ciertos objetos se quedan pegados al cuerpo, según un informe de Chequeado, es la “tensión superficial”. La piel, explican expertos, contiene grasas naturales y humedad que hacen que la superficie del cuerpo se comporte como una membrana delgada, capaz de sostener objetosligeros, sean estos metálicos o no. Se trata de "un fenómeno general del cuerpo" que ocurre en personas vacunadas y no vacunadas, precisó María Noelia Lardizábal, doctora en Ciencias Biológicas, quien aclaró que el efecto desaparece si se utiliza talco en la zona. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los CDC de Estados Unidos confirmaron repetidamente durante la pandemia que las vacunas son seguras y no contienen metales pesados o componentes magnéticos capaces de atraer imanes. En ese sentido, el físico Alberto Nájera aclaró que, incluso si tuvieran material magnético, la cantidad inyectada es demasiado pequeña para generar el efecto en la piel. Evento antivacunas en el Congreso El jueves pasado, la diputada chaqueña del PRO Marilú Quiróz, férrea aliada del oficialismo, logró lo que especialistas, sociedades médicas y colegas de distintos bloques habían pedido evitar: un encuentro antivacunas en el Congreso. La autorización llegó de la mano de Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, pese a las advertencias sobre el riesgo sanitario y el impacto en la confianza pública y en un contexto muy delicado, ya que la vacunación infantil en Argentina se encuentra en su mínimo histórico. Apenas comenzó, el Anexo A del Congreso se volvió un lugar donde activistas antivacunas y expositores sin respaldo repitieron viejos mitos. No hubo datos ni intercambio real, solo frases que buscaban generar miedo, teorías conspirativas y anécdotas sacadas de redes sociales.
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