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» Elterritorio
Fecha: 01/12/2025 07:28
Misiones vive un auge del arte mural: las ciudades testimonian en sus paredes cultura, memoria, naturaleza e identidad comunitaria. La voz de los artistas, el motor de sus obras y los desafíos. domingo 30 de noviembre de 2025 | 1:30hs. Una esquina con historia en el centro posadeño luce ahora los diseños de Fernando Gross. //Foto: Agustina Vera. “En las profundidades de una cueva del Río Pinturas, un cazador estampó en la piedra su mano roja de sangre. Él dejó su mano allí, en alguna tregua, entre la urgencia de matar y el pánico de morir”... escribió Eduardo Galeano en un pasaje de su libro Bocas del Tiempo sobre las figuras de la Cueva de las Manos. Otras falanges y palmas se unieron a esa expresión de humanidad temprana que quizás buscaba dejar un testimonio de existencia. De aquel tiempo ancestral a este presente de vórtice digital, el arte es una manera de resistir a esa lógica tecnovoraz, y más cuando se sale del canon clásico del caballete y la galería para imprimirse en el lienzo dinámico de la ciudad. En la provincia se experimenta un auge del arte mural con obras individuales y colectivas que se integran al paisaje para hablarnos de nuestra historia, de nuestra cultura, para cuestionar y denunciar, para dejar una marca de época. Hace bastante que el muralismo pasó de ser perseguido con paredes vedadas a insertarse dentro del circuito de arte público, que convive con la comunidad y fortalece identidad y turismo. Aparecen estas obras en muros de casas, en el interior de instituciones públicas y privadas y con una diversidad de técnicas y estéticas. La artista visual Mago en un mural que pintó a pedido de los vecinos del barrio Santa Rita y que muestra imágenes de pertenencia y memoria. Foto: Marcelo Rodríguez Este informe dominical de El Territorio (que se despliega hasta la página 11) recorre las calles de la ciudad capital y otros municipios de la tierra colorada para observar de qué nos hablan los murales, quiénes hablan o están representados en esas paredes, y cómo construyen los artistas las narrativas de sus obras: Belleza, ejercicio colectivo, revalorización de las costumbres, historia y memoria, disconformidad con el orden actual y activismos se fijan a pincel o aerosol. Para el caso de las pintadas con intención política grafitis y plantillas son portavoz de un sentir popular. Paseo de imágenes La presencia del arte en los barrios suele ser más o menos periférica y el mural suele ser una herramienta más accesible de expresión urbana. Hay murales en escuelas, algún cartel de un candidato de un partido político y leyendas e iniciales en clave que sólo pueden decodificar los moradores del vecindario. En Villa Cabello, un mural homenaje a Messi se erige sobre la avenida Tacuarí, detrás de la figura del 10 de la Selección se emplazan los asentamientos de las chacras 158 y 159. En la torre de agua de la chacra 148, en el revoque descascarado y algo borroso se lee “que florezcan mil flores”. Y pasando la avenida una pintura enseña una regla de convivencia “juntá la caca de tu perro”. De cosas cotidianas, de ídolos, de bandas de rock y de la selva saben las paredes, que además pueden resignificar a través del arte el dolor de la ausencia y los sueños inconclusos. En la plaza del barrio Santa Rita, en avenida Martín Fierro pasando Areco, un mural recuerda a Dilan González, de la cantera del Club Libertad. La joven promesa del fútbol jugó en el club del barrio en su infancia, se desempeñaba en Mitre e iba a integrar las filas de Vélez Sársfield, pero a sus 17 años falleció ahogado en aguas del Paraná. Organizar la belleza En este momento, desde la Municipalidad de Posadas se viene poniendo en marcha una iniciativa que impulsa la pintura mural desde un plan para promover la belleza y el cuidado de los espacios públicos, poner en valor este arte y dar participación a los artistas. En este sentido, recientemente se presentaron nuevas obras de grandes dimensiones en la zona céntrica y en los barrios. Personajes de nuestra idiosincrasia, naturaleza realista, la maternidad y la vida, lugares tradicionales, son algunas de las imágenes que se hallan a la vista de todos y es imposible no detenerse a observar en detalle. Sin embargo, desde la Asociación Misionera de Trabajadores de las Artes Visuales (Amtav), en sus redes, se cuestionan sobre la real apertura de esta participación que significa trabajo para los artistas. Desde la entidad sostienen que es esencial descentralizar las prácticas artísticas, abrir más territorios y redistribuir oportunidades dentro de la comunidad. Una tarea que requiere del acercamiento y diálogo entre las áreas de gobierno y los trabajadores de la cultura. Posturas, logros y desafíos Sandra Gularte, artista visual y referente del muralismo en distintas técnicas en la provincia, consultada para esta nota, señaló: “El mural, para mí, no debe ser decorativo, sino una obra que posibilite la reflexión creativa y el diálogo colectivo”. De esta manera entiende el muralismo como constructor de discursos visuales. “El muralismo argentino persiste como tradición del arte social. En lo personal a nivel nacional me gusta el arte de Martín Ron. Pero hoy en día hay una corriente volcada a la tradición del arte social y comunitaria y otra corriente con una tendencia a la utilización de nuevas estéticas, tomadas de los avances tecnológicos, nuevas producciones culturales”, explicó. Gularte organizó en marzo de este año junto a Valeria Garibotti y Carlos Nacimiento un Encuentro de Muralismo en la localidad de Profundidad. “Invitamos a diez artistas de distintas localidades, Posadas, Oberá, Candelaria, Eldorado, y una reflexión que despertó el encuentro fue que no encontramos artistas jóvenes del arte mural (de 20 a 25 años)”. Ese punto disparó un análisis, y una de las respuestas posibles, esbozó la artista, “es que quizás los artistas jóvenes prefieran enfocarse en otro tipo de arte más ligado a la tecnología, lo que no está mal, pero preocupa que no haya un grupo de esa generación en el arte mural”, planteó. Gularte creó el grupo muralista Pie Elefante con el que encaró obras de mural en cerámica y pintura, también realizó murales de manera individual. Otro asunto pendiente, enunció, “es la falta de apoyo para fomentar convocatorias y encuentros en este tiempo, y se hace más difícil sostener este tipo de arte”. Paredes políticas Por su parte, la artista visual Mago (Mariana Gómez), hace 20 años se dedica al muralismo, entre otras artes, y sus obras están por distintos rincones de Posadas y de la provincia. “El muralismo para mí siempre fue algo donde expresar lo que yo sentía en relación a ciertas cosas. Si bien el arte visual, como cualquier arte, habla del artista, de uno mismo, a mí me gustaba hablar de situaciones sociales y políticas. Y en la Facultad de Arte tenía otros compañeros y amigos que tenían esa inquietud y así empezamos a muralear”. Analizó que si bien hay un auge del mural en Misiones, el muralismo siempre estuvo en todas partes en diferentes contextos históricos, y que sería bueno más apoyo. “Depende de la época, pero el arte siempre estuvo en la calle o en espacios públicos y siempre intentó decir algo de lo que pasaba en la vida cotidiana o en la vida social de una comunidad. No es algo del orden privado, siempre está tratando de dialogar. Desde ese punto de vista es político”. En este sentido, rememoró el revuelo que causaron los muros construidos por Yacyretá en el centro de frontera y que luego ese malestar social se resignificó con el arte mural. “La gente finalmente se apropió del lugar y hoy muchos van a tomar mate, a sacarse fotos; no digo que es lo mismo que cuando el muro no estaba y veíamos el río desde ahí, pero es una muestra de lo poderoso que es el arte, de la identidad que genera y del rol de los artistas, que somos trabajadores del arte y la cultura”. Informe de domingo
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